Alemania registra la mayor cifra de muertes en un día de la pandemia con 952 fallecidos y empieza un confinamiento duro
Las autoridades sanitarias contabilizan más de 27.700 nuevos contagios en el país
Alemania ha vuelto a registrar este miércoles cifras récord de afectados por la pandemia, con casi un millar de muertos. Esta segunda ola golpea con fuerza el país más poblado de la Unión Europea, que sin embargo había superado con relativo éxito la pandemia hasta el final del verano. Los fallecidos en las últimas 24 horas suman 952, coincidiendo con la entrada en vigor del cierre casi total de la vida pública desde este miércoles y hasta el 10 de enero. En total, el Instituto Robert Koch (RKI) alemán contabiliza 23.427 muertos desde el inicio de la pandemia, en un país de 83 millones de habitantes.
Los contagios en los últimos días han vuelto a sufrir un repunte. En las últimas 24 horas los positivos por covid-19 ascienden a 27.728. La incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días es de 342, según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (por compararlo, en España es de 198, según el último informe del Ministerio de Sanidad). Según el RKI, las nuevas infecciones ascendieron en la última semana a 149.552. Los contagios se distribuyen por todo el país, pero hay regiones especialmente afectadas como Sajonia, Baviera o Berlín.
Las elevadas cifras constatan que el confinamiento light que entró en vigor a principios de noviembre no ha logrado reducir los contactos. Ante el agravamiento de la situación, el Gobierno federal y los Estados pactaron el pasado fin de semana un endurecimiento de las medidas que implica el cierre casi total de la vida pública desde este miércoles y en principio, hasta el 10 de enero. Las escuelas y los comercios, excepto los esenciales, permanecen cerrados, así como los bares y restaurantes excepto para ofrecer comida para llevar. La restauración y las actividades culturales permanecen cerradas desde principios de noviembre, sin que la medida haya logrado la contención del virus y el descenso de contagios. Por eso, las autoridades han optado por el cierre casi total antes de Navidad.
Estas Navidades serán particularmente sombrías para muchos alemanes. Este año no habrá los tradicionales y muy concurridos mercadillos de Navidad y se ha prohibido incluso vender alcohol en la calle, lo que implica el cierre de los tradicionales puestos de vino caliente, convertidos en punto de reunión este invierno tras el cierre de los bares. El lunes y el martes fueron días para muchos alemanes de compras navideñas, ante el cierre de este miércoles. No habrá tampoco los tradicionales petardos de Nochevieja.
El martes por la tarde, los niños se despedían en las escuelas ante unas vacaciones especialmente prolongadas. En Berlín por ejemplo se adelantan tres días y se alargan hasta el día 10 de enero, en lugar de volver el día 4 como estaba previsto. Los hijos de padres con profesiones que se consideran esenciales podrán llevar a sus hijos a la escuela, donde habrá un retén. El Gobierno se ha comprometido además a ampliar los días libres remunerados para los padres que tengan que cuidar de sus hijos en casa estos días.
El instituto Robert Koch indica que los focos de contagios se localizan sobre todo en domicilios, en residencias y centros de dependientes y ocupacionales. Reconocen sin embargo la dificultad a estas alturas de identificar el origen de los contagios. La canciller alemana, Angela Merkel, reitera casi a diario que a partir de una incidencia de 50 casos por cada 100.000 habitantes no es posible realizar el rastreo. El RKI asegura que “la propagación es crecientemente difusa”.
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