Las autoridades británicas piden que se evite la vacuna de Pfizer en pacientes con historial alérgico grave
Dos trabajadores sanitarios sufren reacciones tras recibir la inyección. Durante los ensayos clínicos no se observaron estos efectos
La autoridad británica reguladora de los medicamentos (MHRA, en sus siglas en inglés) ha enviado este miércoles una nota de advertencia a los hospitales que distribuyen la vacuna de Pfizer y BioNTech para que se evite suministrar el tratamiento a todos aquellos pacientes que tengan un historial relevante de reacciones alérgicas a otras vacunas, medicamentos o alimentos. Dos miembros del personal sanitario sufrieron reacciones anafilactoides tras recibir inyecciones el martes, según Stephen Powis, el director nacional médico del NHS (el Servicio Nacional de Salud, en sus siglas en inglés), aunque “ya se están recuperando de modo satisfactorio”. Estas reacciones son similares a las anafilácticas, aunque no se demuestra que se deban a un mecanismo de respuesta inmunológico, pero tienen los mismos síntomas (dificultad respiratoria, hinchazón, prurito, mareos, náuseas) y riesgos (son potencialmente mortales). Por historial relevante, la MHRA entiende casos graves, como aquellos pacientes que hayan sufrido reacciones anafilactoides previas, o aquellos que deban llevar un autoinyector de adrenalina, como era el caso de los dos sanitarios afectados. También añade que la vacunación debería realizarse solo en instalaciones donde haya disponibles medios de reanimación.
“Como es común con las vacunas nuevas, la MHRA ha recomendado como medida de precaución que los pacientes con un historial relevante de reacciones alérgicas no reciban la vacuna, después de que dos personas con dicho historial respondieran de modo adverso”, ha explicado Powis. La directora ejecutiva de la MHRA, June Raine, ha explicado que la reacción alérgica no fue un efecto secundario observado en los ensayos. Preguntada al respecto, una portavoz de Pfizer citada por la BBC ha dicho que la MHRA ha emitido la advertencia como medida de precaución mientras realiza una investigación sobre cada caso y sus causas. La portavoz ha recordado que su medicamento fue “bien tolerado” durante el ensayo clínico en fase tres, y que el comité independiente de seguimiento no informó de problemas graves de seguridad. Los ensayos, en los que han participado más de 44.000 personas, excluían a personas con antecedentes de reacciones alérgicas graves a vacunas o a alguno de sus componentes.
El Reino Unido comenzó el martes su campaña de vacunación masiva, después de ser el primer país europeo en dar autorización oficial a la vacuna contra la covid-19 desarrollada por Pfizer y BioNTech. Cincuenta hospitales de todo el país distribuyen las dosis que han llegado ya a territorio británico (unas 800.000) a las personas mayores de 80 años y al personal sanitario en primera línea de combate contra la enfermedad. El NHS llama por teléfono a los pacientes y les convoca para el día siguiente. Después de recibir la primera dosis (el tratamiento incluye dos), cada persona recibe una tarjeta recordatoria con la fecha prevista para la siguiente inyección, 21 días después.
Miles de personas se han vacunado con normalidad en estos dos primeros días de la campaña. “Entre ayer y hoy se han puesto más de 5.000 dosis, muchas de ellas a personas delicadas, y solo se han producido dos accidentes en personas con un perfil muy especial, que habían sufrido reacciones alérgicas tan graves que salían a la calle con adrenalina”, recuerda Amós García Rojas, presidente de la Sociedad Española de Vacunología. García opina que la noticia no va a tener impacto sobre la política vacunal, ya que aparte de la de Pfizer, hay varias con formulaciones distintas que irán llegando en los próximos meses, por lo que alguien alérgico a los componentes de una podría recibir otra distinta.
El experto explica que se pueden producir reacciones en todas las vacunas, y no solo en las de la covid, cuando la recibe alguien alérgico a alguno de sus componentes. Por eso, lo habitual antes de administrarlas es hacer algunas preguntas al paciente, que incluyen las posibles alergias. En el caso de la vacuna de Pfizer, con los datos hechos públicos se desconoce si se siguió algún tipo de protocolo prevacunal.
Peter Openshaw, ex presidente de la Sociedad Británica de Inmunología y profesor de Medicina Experimental en el Imperial College de Londres, pide poner en perspectiva el riesgo de que la vacuna produzca reacciones adversas. “Fue uno de los factores controlados en el ensayo clínico de fase 3, y se informó de un número muy pequeño de reacciones alérgicas, tanto en los grupos de vacuna como de placebo (0,63% y 0,51%)”, según Openshaw, citado por Science Media Centre. Openshaw valora el que se conozcan tan pronto estos casos adversos y la medida de precaución tomada por la MHRA, lo que indica que “el sistema de vigilancia está funcionando bien”. “Ahora investigarán estos casos con más detalle para comprender si las reacciones alérgicas estaban relacionadas con la vacuna o fueron incidentales”.
Stephen Evans, profesor de Farmacoepidemiología de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, coincide en que “la reacción alérgica se produce con bastantes vacunas”, por lo que no es un efecto inesperado. Para Evans, la vacuna solo estaría contraindicada si hay hipersensibilidad a la misma o a cualquiera de los excipientes, aunque como hay gente que desconoce si la tiene, la decisión de la MHRA le parece prudente.
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