Italia logra un mejor control del virus que España
Los casos importados son ahora la principal preocupación en el país, que ha ampliado el estado de emergencia
Italia ha sido el espejo en el que España se ha mirado durante la pandemia para ver una imagen adelantada de los efectos del virus. Italia confinó antes, el 9 de marzo, y tiene más fallecidos: 35.132 frente a los 28.445 que admite el Ministerio de Sanidad español como casos confirmados de covid-19.
El virus golpeó primero a Italia, a finales de febrero, pero desde que comenzó a retirar de manera gradual las restricciones impuestas para combatirlo, a finales de mayo, parece que sus cifras de nuevos contagios reflejan un mayor control de la epidemia que las de España. Allí solo hay ahora 47 pacientes de covid ingresados en unidades de cuidados intensivos (son 250 en España) y 748 hospitalizados (casi 2.000 en España). La media nacional de contagios en el último mes está en torno a los 200 diarios, sin repuntes bruscos, mientras que en España supera los 1.500 al día. No obstante, las autoridades italianas insisten en llamar a la prudencia porque consideran que en algunas zonas del país la circulación del coronavirus sigue siendo relevante.
Los casos importados son ahora su principal preocupación, ya que la mayoría de los rebrotes, controlados por el momento, procede de ciudadanos extranjeros. Cuando se identifica uno —el Gobierno solo informa de los más relevantes—, se impone cuarentena en el edificio, lugar de trabajo o incluso barrio, si es el caso. Italia decidió mantener la cuarentena obligatoria para todos los países que no pertenecen al área Schengen ni a la UE y, recientemente, ha sumado a la lista a Rumania y Bulgaria. Además, ante un aumento de casos de ciudadanos procedentes de Bangladés, suspendió las conexiones con ese país.
El Gobierno italiano descarta de momento imponer restricciones para los viajeros de España. Pero mira a este país con particular preocupación. De hecho, Italia, donde las aglomeraciones están prohibidas por decreto, ha pospuesto la reapertura de los locales de ocio nocturno, prevista para finales de julio, para evitar un repunte como el español. Muchas comunidades españolas iniciaron hace semanas la apertura de discotecas y otros establecimientos de diversión hasta altas horas de la noche y ahora se están replanteando la medida e imponiendo restricciones al funcionamiento de estos negocios ante las dificultades para controlar los brotes.
Además, Italia ha ampliado el estado de emergencia hasta el 15 de octubre. La situación preocupante de países vecinos como Francia (1.377 nuevos contagios el pasado jueves) o España (3.092 el pasado viernes) fue uno de los motivos de la prórroga. “El virus sigue circulando, la situación internacional requiere que estemos atentos”, alertó el primer ministro italiano, Giuseppe Conte.
Para los virólogos italianos, el uso de mascarillas, obligatorias solo en lugares cerrados, también es uno de los factores que puede explicar la contención del virus. Según las estadísticas que maneja el comité científico que asesora al Gobierno, en torno al 85% de la población utiliza esta protección siempre. Quienes no la lleven cuando sea preceptivo se enfrentan a multas de hasta 1.000 euros y los contagiados que no respeten la cuarentena obligatoria se exponen a penas de cárcel.
Sin embargo, no toda la comunidad científica concuerda en las razones detrás de la contención de los contagios o incluso en si esta es real. Algunos especialistas creen que no se están realizando suficientes pruebas como para tener una panorámica completa de la situación o, como mínimo, que no se está buscando en el lugar correcto. “Tal vez no estamos haciendo pruebas a las personas adecuadas”, señaló el virólogo Andrea Crisanto, uno de los más reputados del país y que logró poner coto a la difusión del virus en la región del Véneto. “En las zonas de fiesta hay una concentración de personas con muchos contactos, incluso desprotegidos, por lo que es el lugar ideal para ver si hay infectados”, añadió. También propuso hacer pruebas a todos los pasajeros que lleguen de fuera del país. Algunos gobernadores regionales, como el de Toscana, Enrico Rossi, se han sumado a la idea y han sugerido campañas masivas de exámenes en lugares particularmente concurridos como las ciudades costeras o las zonas más turísticas.
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