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La rectora de la Universidad de Granada: “Trabajamos para que los estudiantes no noten los recortes”

Pilar Aranda censura el tijeretazo de 135 millones impuesto por la Junta y que sufren las 10 universidades públicas andaluzas

Pilar Aranda, rectora de la Universidad de Granada.
Pilar Aranda, rectora de la Universidad de Granada.Fermin Rodriguez
Javier Martín-Arroyo

Las 10 universidades andaluzas han sufrido el primer recorte ejecutado por la Junta en sus presupuestos para afrontar la crisis del coronavirus: 135 millones que rondan el 10% de su presupuesto y que dibujan un horizonte complicado para sus arcas. Pilar Aranda (Zaragoza, 61 años), rectora de la Universidad de Granada, una de las instituciones más prestigiosas y perjudicadas por el tijeretazo, asegura que de momento los estudiantes no se verán afectados, pero alerta de que compromete sus números de los próximos años y exige un plan de financiación claro al Gobierno andaluz. Para septiembre, la exvicepresidenta de la conferencia de rectores (CRUE) apuesta por una vuelta presencial a las aulas.

Pregunta. La Junta andaluza resta 135 millones del presupuesto de las universidades, pero a cambio les autoriza a destinar a gastos corrientes 135 millones de remanentes [importes no ejecutados de presupuestos anteriores], les habilita una línea de inversiones por 125 millones y les transfiere 126 millones de la deuda contraída. ¿Usa el Gobierno un eufemismo cuando dice que no impone recortes sino ajustes presupuestarios?

Respuesta. Sí, porque no incorpora al presupuesto actual los fondos que debe incorporar. La Junta se asegura de que todos vamos a cobrar porque lo incorporamos las universidades. El año pasado incorporamos 40 millones [de fondos propios], este año 135. ¿Qué va a ocurrir el año que viene? Ya no va a haber fondos y el mantenimiento y los costes estructurales están en el aire. No podemos hacer una planificación. La Universidad de Granada, con un presupuesto de 480 millones, se va a quedar con unos remanentes, que es una cifra bajísima para cualquier contingencia que venga. Es muy peligroso.

P. ¿Notarán los recortes los estudiantes?

R. Trabajamos para que este año no se note, aunque sea a costa de los presupuestos. Pero el curso que viene no vamos a reducir el personal y los gastos. El nivel de excelencia no se puede resentir, gracias a él atraemos a 25.000 estudiantes de otras provincias y mantenemos relaciones con 3.000 centros de investigación de todo el mundo. Con autocrítica y una evaluación continuada, pero con un compromiso social importantísimo y un conocimiento transformador de la sociedad.

P. ¿Se juega con la comprensión de la ciudadanía de la ingeniería financiera?

R. Sí, decir que los remanentes son ahorros de las universidades es simplificar el tema. No digo que sea malintencionado, pero nos dicen: ‘Si tenéis ahorros, gastároslos’. ¿Y el año que viene, que sabemos que será el peor de la crisis?

P. ¿Tiene lógica que la Junta afirme que no impone recortes y luego agradezca por carta su esfuerzo a la comunidad educativa?

R. Es la lógica política, el discurso que trata de animar. Somos solidarios, pero el problema es poner remanentes para gastos estructurales, pagar la luz con tus supuestos ahorros. Este año salvamos los muebles con lo ocurrido, pero ¿el que viene de dónde voy a cobrar? Ya no tendremos ese colchón de remanentes, ¿cómo vamos a asegurar los gastos corrientes y de personal?

P. ¿Y qué le responde el consejero de Economía, Conocimiento, Empresa y Universidad, Rogelio Velasco?

R. Que no nos preocupemos. Que se está haciendo una planificación. Pero las universidades necesitamos saber hacia dónde queremos ir, saber qué se va a priorizar: internacionalización, postgrados, doctorados, investigación...

P. ¿Ha servido de algo la negociación entre el consejero y las universidades?

R. No se ha movido nada, estamos igual. Bueno, quizás que en inversiones no todo vaya a ladrillo sino también a equipamiento científico. ¿Qué piensa la Junta para la provincia de Granada? La Universidad representa el 6% del PIB de su provincia, un porcentaje altísimo. Ya trasciende mi responsabilidad como rectora. Somos una universidad con 25.000 estudiantes de fuera de la provincia de los 50.000 que tenemos y quiero que me aseguren la sostenibilidad.

P. ¿De dónde recortará?

R. Ahora le damos un bocado a los remanentes, pero este año hay tres universidades que cubrimos el resto. La Junta debe saber que nosotros podemos ser la solución en empleo estable y de calidad con proyectos y contratos de investigación. Cada euro invertido en enseñanza superior puede cuadriplicarse o quintuplicarse. ¿Qué euro inviertes directamente que reporte esa valía?

P. La Junta alega que la educación superior y la investigación en excelencia mejoraron su financiación un 5% y un 14% con los últimos ajustes.

R. Los rectores no lo vemos así porque ese incremento ha sido incorporando remanentes, un dinero ya propio. En esto no nos ponemos de acuerdo. El incremento viene de presupuestos anteriores, de proyectos que no se pusieron en funcionamiento. Granada es víctima de este modelo de financiación que le ha castigado desde 2015, porque todo es cantidad y no calidad.

P. ¿Qué medidas han pedido a la Junta? ¿Se sienten maltratados?

R. Pedimos un modelo de financiación estable, unas directrices claras para nuestros títulos, clarificar los parques tecnológicos en los que estamos y una planificación que nos lleve a una sostenibilidad. Y que nos evalúen. Ahora tenemos un informe por parte de Airef [el organismo público que evalúa la gestión económica de las Administraciones] para ver la eficiencia y eficacia del sistema universitario, como servicio público queremos que nos digan esto lo hacéis mal.

P. ¿Cómo será la vuelta a las aulas en su campus?

R. Apostamos por una presencialidad guardando la normativa de seguridad. Con clases y laboratorios más reducidas, pero defendemos la presencialidad aunque algunas materias requieran un apoyo online. Todo lo que pueda ser presencial, será presencial. Queremos que los estudiantes estén en Granada porque esta ciudad necesita a sus estudiantes.

P. ¿Comparte la percepción del presidente de la conferencia de rectores, José Carlos Gómez, de que las universidades están al borde del colapso?

R. Pues sí. Estamos en una situación muy al límite. La Universidad de Granada, casi cinco siglos presencial, en 48 horas pasó a ser una universidad necesariamente virtual. Esto ha supuesto un esfuerzo colectivo importantísimo del profesorado, el personal administrativo y los estudiantes, acostumbrados a relacionarnos y obligados a una metodología diferente. Un viernes nos fuimos a casa con nuestro ordenador y así ha salido.

Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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