Los directores de centros educativos creen precipitado regresar a las aulas a finales de mayo
Los sindicatos, preocupados por la reapertura escolar en la fase 2. Las familias de la escuela pública la apoyan con medidas de seguridad y las de la concertada prefieren terminar el curso ‘on line’
Los directores de colegios e institutos ven precipitada la reapertura de los centros escolares a finales de mes. Una vuelta a las aulas de forma parcial que el Gobierno permitirá solo en aquellas comunidades donde la pandemia esté lo bastante controlada como para pasar a la fase 2 del desconfinamiento. Los sindicatos también ven con preocupación el regreso de la docencia presencial, y ven imposible que los menores de seis años puedan cumplir las normas de distancia. Las familias de la escuela pública, así como los estudiantes, son, en cambio, partidarios de la vuelta a las aulas siempre que se adopten medidas que garanticen un alto nivel de seguridad. Todos los sectores de la comunidad educativa reclaman más información y un papel más activo en las decisiones del que se les ha concedido hasta ahora.
La vuelta a clase este curso anunciada por el Gobierno será limitada y dejará parte de las decisiones en manos de los centros. Las competencias educativas están, además, transferidas en gran medida a las comunidades autónomas, que serán las que concreten cómo y quiénes podrán volver a las aulas dentro de los límites máximos de apertura que establezca el Ejecutivo en la normativa del estado de alarma.
A partir del 25 de mayo podrán volver los niños de la etapa de infantil (hasta seis años) cuyos padres acrediten que tienen que ir a trabajar; y también, de forma voluntaria, los de los últimos cursos de la ESO, Formación Profesional y Bachillerato, así como los de los centros de Educación Especial. Además de estos, los equipos directivos de colegios e institutos podrán permitir la vuelta de los alumnos de otros cursos que estén teniendo más problemas para seguir la enseñanza a distancia. La selección quedará en estos casos en manos de los centros. Pero por encima de ellos, las comunidades establecerán hasta dónde llega la apertura. País Vasco tiene previsto, por ejemplo, que el regreso sea amplio en los últimos cursos, mientras Andalucía solo contempla la vuelta de los alumnos de segundo de Bachillerato y en reuniones individuales o, como mucho, de dos alumnos con un profesor.
“Queremos atender al alumnado lo más pronto posible. Pero hay que volver en condiciones. No solo disponer de mascarillas, gel, intervenciones arquitectónicas en los centros, instalación de mamparas o lo que se considere necesario, sino también sabiendo cómo se va a garantizar la distancia física del alumnado. Esto va a ser muy complicado cumplirlo con el alumnado más pequeño. Y con el resto, dentro del aula parece factible asegurarla, pero ¿cómo se va a hacer en el patio y en otros espacios comunes? A día de hoy nos falta información”, afirma Vicent Mañes, presidente de la federación de directores de infantil y primaria Fedeip. “La vuelta solo podría hacerse si existen medidas de seguridad. Y cumplirlas antes de que acabe el curso parece inviable. Hacerlo a finales de mayo nos parece precipitado”, añade.
“Esta vuelta es prematura, apresurada y presenta muchos inconvenientes. Nos preocupa que se den las garantías para realizar la actividad sin poner en riesgo la salud de nadie”, afirma Raimundo de los Reyes, presidente de la Asociación de Directivos de Secundaria Fedadi. “¿Y cómo debemos elegir los docentes que se incorporan? No me parece oportuno que nosotros decidamos sobre algo que puede poner en riesgo la vida de un profesor”.
Esteban Álvarez, presidente de la asociación de directores de Secundaria de Madrid, no cree que el riesgo en término de salud pública compense un beneficio académico incierto. “Lo que no entendemos es el cambio de criterio de la Consejería de Educación. Hasta hace dos semanas nos decía que la vuelta sería en septiembre y de pronto tenemos que hacerlo deprisa y corriendo”, prosigue Norberto García, portavoz de la asociación de directores de instituto de Cantabria, a quienes la consejería ha pedido que se compren sus materiales de protección.
Sindicatos, partidarios de esperar a septiembre
Con matices, los sindicatos de profesores CC OO, Anpe y STEs-Intersindical son partidarios de dejar para septiembre la vuelta a las aulas, porque no creen que vaya a poder asegurarse la seguridad. Los tres ven especialmente inadecuada la reapertura de infantil, y lamentan que el Gobierno plantee esta etapa como “asistencial” (para facilitar la conciliación de los padres). El presidente de Anpe, Nicolás Fernández, se muestra favorable si se establecen las precauciones necesarias, sin embargo, a que vayan a clase de forma voluntaria los alumnos que finalizan la Secundaria, FP y Bachillerato. “En esos cursos sería fácil de cumplir”, sostiene.
Las asociaciones de padres y madres de la red pública son partidarias de la reapertura si las autoridades sanitarias lo permiten y se garantiza la seguridad. “No solo por la conciliación, sino también porque la escuela funciona como un mecanismo de compensación social, y la pérdida ya ha sido muy grande”, afirma Belén Tascón, presidenta de la federación catalana Fapac. “Hay preocupación y cada familia tiene su propia sugerencia de lo que considera imprescindible para que sus hijos puedan volver. Pero si se dan las circunstancias, los profesores tienen que aceptar que la escuela cumple una función de ayudar a que los padres puedan trabajar”, afirma Sergio de la Fe, de la federación Galdós de Gran Canaria. “Si hay un plan bien organizado, es positivo”, agrega Màrius Fullana, de Fapa Valencia. Concapa, la entidad mayoritaria entre la escuela concertada, prefiere, por el contrario, que la apertura sea después del verano: “Somos partidarios de que el curso escolar no se reanude de forma presencial. Hoy aún no hay ningún protocolo para garantizar la seguridad necesaria para que los niños vuelvan con garantías.´Ahora no estamos preparados ni las familias, ni los centros, ni los docentes”, dice su presidente, Pedro José Caballero.
“Lo primero es la salud de los estudiantes. Pero si las autoridades sanitarias dan su visto bueno, nos parece que puede ser bueno volver”, afirma Daniel Sierra, secretario de la confederación de alumnos Canae. “Muchos estudiantes que se juegan su futuro con la selectividad están nerviosos y necesitan repasar”.
Andalucía aplaza el regreso y País Vasco negocia la vuelta
El País Vasco está negociando con el sector educativo una vuelta a las aulas que contempla el regreso de los alumnos de primero y segundo de Bachillerato, de cuarto de la ESO y de primero de FP (los de segundo estaban ahora en periodo de prácticas en empresas) en la forma en que las condiciones sanitarias lo permitan. El objetivo es que preparen los cambios de ciclo o las pruebas acreditativas correspondientes.
En Andalucía, la comunidad educativa ha negociado con el consejero Javier Imbroda que las clases no se reanudarán hasta septiembre ni para los menores de seis años, ni para clases de refuerzo. Solo habrá encuentros voluntarios de dos estudiantes de segundo de Bachillerato como máximo con sus profesores y previa solicitud. / PEDRO GOROSPE / JAVIER MÁRTIN ARROYO
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