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Los niños volverán a clase en septiembre, salvo excepciones

Las aulas acogerán a los alumnos que optan a un título -Bachillerato, ESO o FP- si quieren y a los menores de seis años cuyos padres no trabajen en casa

Un aula vacía de un colegio de Villanueva del Río Segura (Murcia) el 20 de abril. En vídeo, los centros educativos permanecerán cerrados hasta septiembre, salvo para algunos cursos.Vídeo: MARCIAL GUILLÉN (EFE) | Atlas

“Las clases vuelven en septiembre salvo algunas excepciones para reabrir centros educativos con tres propósitos: actividades de refuerzo, garantizar que los niños menores de seis años puedan acudir a los centros en el caso de que ambos padres tengan que trabajar presencialmente y, lógicamente, para celebrar la EVAU [Evaluación para el Acceso a la Universidad]”, ha afirmado el presidente del Gobierno Pedro Sánchez al detallar el plan de desescalada tras el confinamiento por la pandemia.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, durante una rueda de prensa este martes. En vídeo, declaraciones de Sánchez sobre la fase dos del desconfinamiento.Vídeo: EFE | EP

Pero, dos horas después, el Ministerio Educación ha ido más allá. En la fase 2 podrán acudir a clase en tres supuestos: estudiantes de infantil menores de 6 años cuyos dos padres no puedan teletrabajar; estudiantes especialmente vulnerables de primaria, para recibir refuerzo educativo; y, si lo desean (es voluntario), no solo los que se presentan a Selectividad (unos 217.000), sino los alumnos del resto de cursos terminales (4º de ESO, 2º de FP de grado Medio y Superior y último año de Enseñanzas de régimen especial).

Además, una portavoz del Ministerio de Educación ha aclarado a este diario que los equipos directivos irán incorporándose también a finales de mayo a sus centros, siempre y cuando se cumplan las condiciones de control de la pandemia. Serán estos equipos los que diseñen cuántos docentes y de qué curso deben incorporarse a las aulas. Está previsto que ocurra en la fase 1 de la desescalada. El plan de desescalada en esta fase contempla respecto a los colegios e institutos que los centros educativos "abrirán para su desinfección, acondicionamiento y el trabajo administrativo y preparatorio de los docentes y personal auxiliar”.

Los centros estarán abiertos en la fase 2 también para los alumnos especialmente vulnerables de cualquier curso, “un 10 o 12% de los estudiantes”, según ha confirmado la portavoz del ministerio. Serán los profesores quiénes decidan qué alumnos pueden regresar en esta fase. “Esta medida está pensada para aquellos alumnos especialmente vulnerables, que no disponen en casa de recursos tecnológicos, y para que estos alumnos hagan refuerzo y no lleguen con más lastre del que ya llevan al curso siguiente”, explicó esta portavoz.

La incorporación de estos alumnos se hará siguiendo las medidas de seguridad recomendadas. “Estos escolares se dividirán en grupos de 15 estudiantes y podrán alternar las clases presenciales con las online". Además, se permite también en esta fase la apertura de los centros de educación especial, donde cursan estudios 38.000 niños.

En el caso de los menores de seis años -hay 1,7 millones matriculados en centros- las familias van a tener que acreditar que ambos progenitores no pueden teletrabajar y habrá limitación de aforo. Sánchez no ha precisado en qué momento será este regreso minoritario al aula, pero sí que será en la fase 2. A partir del 25 de mayo las provincias que cumplan los indicadores marcados ingresarán en esa fase.

El 26 de marzo la ministra Isabel Celaá se mostró confiada en una vuelta parcial de los alumnos, y así ha sido en parte: “Si no de todos a la vez, sí se espera que haya una vuelta progresiva a finales de mayo o a principios de junio”. Y desde el principio, el Ministerio de Educación tuvo claro que los primeros en retornar serían los alumnos de 2º de Bachillerato, con el fin de que tuviesen “unas semanas de refuerzo”. La EVAU determina el futuro laboral de los jóvenes, motivo por el cual el Ejecutivo desde el principio ha dado un trato especial a los bachilleres. Retrasada por la pandemia -se celebrará antes del 10 de julio-, es el único acto multitudinario previsto para las próximas semanas.

Los ocho especialistas de la Asociación Española de Pediatría que asesoran al Gobierno -un psiquiatra infantil, un especialista en enfermedades infecciosas, expertos en ética del ejercicio pediátrico y atención primaria- habían aconsejado al Ejecutivo que el regreso a los centros se produjese en septiembre. Y Sánchez les ha escuchado a medias. La comunidad médica cree que para los centros es muy complicado controlar que los alumnos de menor edad -infantil, primaria y primeros cursos de ESO- cumplan las medidas higiénicas y de distanciamiento social.

El pediatra y epidemiólogo Quique Bassat, parte de este grupo de especialistas, cree que el Gobierno se está precipitando reabriendo los centros, a pesar de que sea para conciliar. “Yo siempre he abogado por la prudencia, si la salida del domingo en algunos casos no fue muy prudente, nos estamos precipitando innecesariamente. Pero lo sabremos pronto: todo lo que hagamos mal ahora lo veremos en dos semanas”, insiste. Sobre que los primeros en regresar sean los pequeños hasta 6 años para garantizar la conciliación cree que tiene cierto sentido desde la lógica de la salud pública: “Es cierto que son los más incontrolables, pero son los de menos riesgo de contagio, los casos clínicos con infección se concentran en niños más mayores”, apunta el pediatra.

Bassat señala que la apertura “debería ser de forma muy escalonada y muy prudente, primero se deberían hacer pruebas monitorizadas, quizá por edades o por barrios”. Y añade: “El problema es que se están tomando las decisiones con el método de ensayo-error, vamos haciendo pruebas porque no tenemos datos científicos suficientes. Ante esa realidad es mejor ser prudentes que arriesgarnos. Entiendo la lógica económica -.si no hay un lugar para que las familias dejen a sus hijos no pueden ir a trabajar-, pero desde el punto de vista de la salud pública no parece muy prudente”, concluye. Además, reclama a Sánchez que la información sea más clara: “La confusión en los mensajes es lo peor para una desescalada”.

Leticia Cardenal, presidenta de la confederación de AMPAS públicas Ceapa, explica que su institución “respeta las normas que los expertos sanitarios decidan”, pero reclama que el retorno de alumnos no se limite a la enseñanza infantil sino que alcance a la primaria. "Necesitamos volver a trabajar, necesitaremos también que nos ayuden a articular alguna medida de conciliación. Y esperemos que las clases de refuerzo a las que se ha referido sean para todos los alumnos de primaria”, sostiene esta madre cántabra. “Confiamos en que la vuelta de los de bachillerato se haga con las más estrictas medidas de seguridad, pero que nos expliquen cómo deben organizarlo los centros. Porque supongo que si la vuelta al colegio es peligrosa para los de primaria, también lo será Bachillerato”, concluye Cardenal.

Francisco García, responsable de la Federación de Enseñanza de CC OO, el sindicato mayoritario, critica que las primeras medidas anunciadas “tienen más que ver con conciliación que con educación”, y recuerda que los centros son espacios donde se educa, no lugares donde “dejar a los hijos mientras los padres trabajan”. Pero García sí respalda la vuelta oficial al colegio en septiembre: “Parece razonable por la evolución de la pandemia que se retrase a septiembre para garantizar la seguridad y que se puedan preparar los centros para adaptarse a la nueva situación”.


Desescalada desigual en las escuelas europeas

En Italia este lunes su Gobierno decretó que sus escolares no volverán a clase hasta septiembre, como ha ocurrido en España, pero ya su Ejecutivo había anunciado un aprobado automático si las clases no se reaunudaban. El arranque de curso se dedicará a que lo más rezagados se pongan al día. Por ello, las clases generales del curso 2020-21 podrían empezar más tarde. En su caso la maturitá (la Selectividad italiana) se celebrará de forma oral y online y no se prevé que retornen a los liceos.

En Alemania, los consejeros de Educación de los länder trazaron este martes una ruta ambigua de su plan, que prevé una vuelta desigual por el distinto grado de incidencia de la pandemia en cada territorio. En todo caso, todos los alumnos en algún momento de este curso pisarán la clase, unos de forma eventual y otros de forma más continuada. Más concretos son en Portugal, que reabre sus escuelas infantiles en junio y el Ejército está desinfectando las escuelas de secundaria para volver a las clases presenciales el 18 de mayo. El plan no incluye a los alumnos de primaria. O en Francia, donde podrán empezar a acudir a clase, de forma voluntaria, los alumnos de primaria y los que aún van a escuelas infantiles, pero todavía no los estudiantes de secundaria.

En China se preparan en el aula los jóvenes que se van a presentar al gaokao, considerada la Selectividad más dura del mundo y a la que se inscriben 10 millones de estudiantes. El regreso empezó por los cursos superiores y de forma escalonada están volviendo en secundaria, no así en primaria. Los profesores toman la temperatura a la entrada y la salida, los pupitres distan dos metros -en algunos casos separados con mamparas- y las clases se desinfectan constantemente.

Con información de Silvia Ayuso (París).

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