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Las seis claves de California para salir de la cuarentena: “La normalidad no será normal”

El Estado que primero ordenó el confinamiento, hace casi un mes, describe las líneas maestras de lo que haría falta para reabrir la economía y recuperar la cotidianidad

El gobernador de California, Gavin Newsom, presenta el plan para salir de la cuarentena, este martes.Vídeo: RICH PEDRONCELLI / AP / REUTERS-QUALITY
Pablo Ximénez de Sandoval

Algún día, podremos volver a un restaurante. Pero habrá la mitad de mesas para garantizar cierta distancia. Quizá el camarero lleve guantes. A lo mejor te tienen que tomar la temperatura antes de entrar. Los cubiertos serán de usar y tirar. “Todo eso son escenarios posibles”, dijo este martes el gobernador de California, Gavin Newsom. Nadie puede poner fecha todavía al fin de las órdenes de cuarentena en Occidente. Pero sí va siendo hora preguntarse al menos qué tiene que pasar para que se considere, cuáles son los criterios. “La normalidad no será normal”, resumió Newsom.

La situación del coronavirus en California ha superado por el momento las expectativas más optimistas sobre fallecimientos y presión sobre el sistema de salud. Las nuevas proyecciones indican que el pico de la curva está siendo esta semana. No falta una cama de hospital, el número de ingresados en cuidados intensivos se ha estabilizado (en las últimas 24 horas incluso bajó un 1% hasta las 1.177 personas) y el número de fallecidos dos meses y medio después del primer caso está en 758. “Hemos aplanado la curva”, dice abiertamente ya Newsom, superado el miedo inicial a gafar los números.

California tiene 40 millones de habitantes y un tamaño parecido a España. Es la quinta economía del mundo, por encima del Reino Unido. Paralizar California, el pasado 19 de marzo, fue una señal inequívoca de lo que venía para el resto de Estados Unidos. La decisión de reabrir la economía del Estado tendrá implicaciones profundas para el resto de Estados Unidos y para México. Por eso, si bien nadie puede responder cuándo se retomará la actividad, “estamos obligados a hacer público al menos en qué estamos pensando”, dijo Newsom. El plan es un marco de debate. No ofrece respuestas. Pero en un momento de tanta incertidumbre, la propuesta de California al menos ayuda a centrar las preguntas.

La hoja de ruta para salir del confinamiento tiene en cuenta seis indicadores, según la presentación de este martes de las autoridades de California. Primero, que el Estado sea capaz de hacer pruebas diagnósticas masivas, rastrear los contagios y aislar a aquellos que sea necesario. Hay que hacerse dos preguntas, según el plan: ¿Estamos preparados para hacer pruebas a todo el que muestre síntomas? Y ¿tenemos capacidad para identificar a las personas en contacto con aquellos que dan positivo? Cuando la respuesta sea sí, se habrá cumplido el primer criterio para levantar la cuarentena. Newsom asegura que en los primeros días de la epidemia se pudo hacer seguimiento a “miles” de viajeros que entraron desde China, por lo que “las bases para hacerlo están puestas”.

Evolución de casos confirmados

El punto ciego de los buenos datos de California es que apenas se han hecho pruebas más allá de los casos con síntomas. Las autoridades calculan que será a finales de este mes cuando por fin se puedan realizar “decenas de miles” de test rápidos al día que permitan anticipar los focos de contagio, según dijo este martes el doctor Mark Ghaly, secretario de Salud del Estado.

El segundo indicador será “la capacidad para prevenir el contagio de los que tienen más riesgo”, es decir, los ancianos. No hay vacunas y no hay cura para la Covid-19, por lo que la única manera de protegerlos es que no se infecten. Este segundo criterio se podrá tachar de la lista cuando se pueda responder afirmativamente a estas dos preguntas: ¿Tienen los ancianos y los enfermos en sus casas apoyo para que puedan continuar con el distanciamiento físico? Y ¿tenemos un plan para detectar rápidamente brotes en residencias, en aquellos que tienen minusvalías, en cárceles y en aquellos con patologías previas?

El tercer indicador para ver si se puede levantar el confinamiento es asegurar la capacidad del sistema sanitario de asumir cualquier aumento repentino de los casos. El coronavirus ha agarrado a todos los sistemas sanitarios de Occidente sin recursos para atender miles de casos de enfermedad respiratoria a la vez. Los países y las regiones compiten por cosas tan elementales como mascarillas o guantes. California se ha asegurado 200 millones de mascarillas, según anunció el gobernador la semana pasada, y tiene respiradores suficientes para haber prestado 500 unidades a Estados como Nueva York, Nueva Jersey e Illinois.

El cuarto criterio es que haya tratamientos para la Covid-19. No esperar a que se anuncien en otro sitio, sino hacerlos. Newsom habla en este sentido de “una coalición de socios privados, públicos y del mundo académico para acelerar el desarrollo de tratamientos” contra la enfermedad. El quinto indicador es saber si las empresas, los colegios y las guarderías podrían continuar su actividad con nuevas normas de distanciamiento físico. Es decir, reconfiguración de las clases y teletrabajo.

Por último, hay un sexto indicador para decidir si se levanta la cuarentena. Y es la capacidad para volver a imponerla. California se quiere asegurar de que “si fuera necesario”, tiene “la habilidad para comunicar con rapidez la necesidad de reinstaurar las medidas”. El Estado busca desarrollar una especie de sistema de alerta temprana, como si se tratara de un incendio o un terremoto.

“No hay un interruptor”, dijo Newsom este martes. Lo más probable es que la salida de la cuarentena sea un “ir y venir” de medidas de aislamiento. “Esta es una ciencia imperfecta. No hay manual”. Lo que está claro es que las cosas no serán como antes. Newsom puso el ejemplo de los restaurantes. El plan asume, por ejemplo, que el uso de mascarillas “seguramente será común”. Las empresas tendrán que modificar su forma de trabajar. Cambiará la configuración de los colegios o los supermercados.

Algunas cosas directamente desaparecerán hasta que haya una vacuna, como los conciertos. La idea de “eventos a gran escala que juntan cientos o miles de extraños”, dijo Newsom, es “negligente como poco”. No sucederá en junio, ni julio, ni agosto, dijo. La doctora Sonia Angell, jefa del departamento de Salud Pública de California, lo dijo de otra manera. “Este no es un plan para volver al pasado, sino para avanzar hacia el futuro”. Un futuro en el que llamaremos normalidad a otra cosa, que no es normal.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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