Toma, experiencia
Me han hablado incluso de tours para mujeres modernas, con posibles y muy atentas a los aconteceres globales, que recorrían los lugares de exguerra con una periodista en paro como guía

Estoy pensando mucho en esos sensibles damas y caballeros que se hicieron adictos, en los últimos tiempos, a lo que se ha dado en llamar turismo oscuro, el turismo de tragedias. Ya sabéis: Auschwitz, Sarajevo, el edificio Dakota, Chernóbil, Fukushima, Líbano, partes de Siria, de Irak. Carne de gallina, selfie. Cualquier lugar previamente visitado por el dolor y la destrucción, abierto al mercado turístico de las aves rapaces que convierten la muerte en negocio, y de los narcisistas adinerados que pagan por creer que viven lo de otros (si quisieran de verdad informarse, bastaría con que leyeran libros). Me han hablado incluso de tours para mujeres modernas, con posibles y muy atentas a los aconteceres globales, que recorrían los lugares de exguerra con una periodista en paro como guía, preferiblemente una antigua enviada especial, cuyo alquiler por día costaba menos que una noche en los hoteles de lujo en donde descansaban.
No hace falta llegar a tal extremo. Recordad cuando cenar en un restaurante de moda obligaba a llegar a las 20.15 y a ahuecar el ala una hora después, tras haber vivido “una experiencia inolvidable”. Inolvidable, única, real, como si estuvieras allí, excitante, la hostia en verso, los pelos de punta. Mis amistades y yo, que reivindicamos la buena cocina y el manjar honesto y bien servido (fuerza, Melquíades y toda la peña), las experiencias las llevamos puestas. Y las hemos vivido, sin hacer excursiones vicarias.
Buenas noticias, pues, para los turistas mórbidos. Tenéis el pánico gratis, y sin salir de casa. La experiencia total.
Información sobre el coronavirus
- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia
- El mapa del coronavirus: así crecen los casos día a día y país por país
- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus
- Guía de actuación ante la enfermedad
- En caso de tener síntomas, estos son los teléfonos que se han habilitado en cada comunidad
- Pinche aquí para suscribirse a la ‘newsletter’ diaria sobre la pandemia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El Consejo de Estado cuestiona a la CNMC y complica la aprobación de la nueva retribución a las eléctricas
Trump maniobra para prohibir los tratamientos de género a los menores trans en Estados Unidos
Robo de votos en Extremadura: la banda común que no quería asaltar la democracia
El Banco de México recorta la tasa de interés y la ubica en 7%
Lo más visto
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado
- Irene Escolar: “Si la gente se droga es porque encuentra en ello una anestesia que necesita. Negarlo es absurdo”
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle




























































