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La llegada de test rápidos peligra por nuevas restricciones de China

El país prohíbe exportar a empresas sin licencia nacional como Bioeasy, que debe reemplazar a España 640.000 test defectuosos

Prueba del coronavirus en el exterior del Complejo Hospitalario Universitario A Coruña. En vídeo, imágenes del primer avión con material sanitario de origen chino que ha comprado la Comunidad de Madrid.Vídeo: Óscar Corral | Atlas
Elena G. Sevillano

Tras el fiasco del envío de test rápidos de antígeno al Gobierno español, China ha decidido poner orden en los envíos al extranjero de material sanitario. El país asiático está preocupado por la imagen internacional que están dando sus exportaciones, después de que España detectara, como adelantó EL PAÍS, que los test de la compañía Bioeasy no cumplían con las especificaciones que anunciaba la empresa (el test tenía poca sensibilidad, lo que quiere decir que había mucha probabilidad de que diera como negativo a un contagiado de coronavirus). A partir de ahora, explica la Embajada china en Madrid, los productos exportados tendrán que haber sido registrados oficialmente en China además de contar con la correspondiente homologación extranjera.

Este es justamente el caso de Bioeasy, una empresa que carece de licencia en China, según alertó la Embajada de ese país en España. La compañía, que no responde a las peticiones de información de este diario, hizo llegar una carta al Gobierno español en la que explica que está orientada al cliente internacional y que tiene los permisos necesarios para exportar a la Unión Europea. El Ministerio de Sanidad hizo públicos dos permisos de importación que lo demuestran. Se trata de homologaciones de empresas certificadoras europeas que no analizan la calidad del producto sino que se limitan a revisar la documentación.

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El Ministerio de Sanidad decidió mandar de vuelta a China las 58.000 pruebas que el Gobierno había anunciado que se estarían empezando a usar la semana pasada. Del total de 640.000 test comprados a la empresa Bioeasy a través de un distribuidor español —cuya identidad se niega a desvelar Sanidad— solo habían llegado dos envíos. Uno de 8.000 unidades y otro de 50.000. El primero se distribuyó a varios hospitales madrileños, que hicieron análisis de fiabilidad clínica. Ante los malos resultados, Sanidad canceló los siguientes envíos y aceptó la propuesta de Bioeasy de sustituir todo el pedido por otro tipo de test de antígeno, también rápido (15 minutos) pero que necesita una máquina para leer el resultado.

Sanidad no ha contestado este miércoles a la pregunta de cuánto cree que se va a retrasar la llegada de estos 640.000 test tras la entrada en vigor de las nuevas restricciones chinas. El ministerio quería extender cuanto antes la prueba rápida a todos los sanitarios y a personas vulnerables como los mayores que viven en residencias y sus cuidadores. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que es necesario hacer cuantos más test mejor a la población para conocer la extensión real de la epidemia. Los datos actuales en España se consideran claramente infraestimados.

Tras conocerse el problema de los test en España ha trascendido que la República Checa también ha tenido que devolver pruebas diagnósticas rápidas compradas a Bioeasy por su baja sensibilidad. Según la agencia Reuters, Eslovaquia asimismo ha cuestionado los test que adquirió en China. De acuerdo con la agencia Bloomberg, que cita a una fuente oficial del Gobierno turco, “varios miles” de kits recibidos de China en marzo resultaron tener una fiabilidad media inferior al 35%.

Bioeasy asegura que fue creada en 2007 en Shenzhen, una de las ciudades que concentran las empresas biotecnológicas del país, y que ha vendido el tipo de test que compró España a países como Corea, Italia, Qatar y Ucrania, entre otros. La carta de Bioeasy dirigida al Gobierno español sugiere que los técnicos de laboratorio no han usado correctamente el kit. “Es muy importante seguir el protocolo”, asegura. En su cuenta oficial de la red social china WeChat la compañía asegura también que las muestras deben ser “tomadas y procesadas siguiendo estrictamente” las instrucciones del fabricante porque, de no hacerlo así, las pruebas pierden exactitud.

Además de los test rápidos, la prohibición de exportar material médico sin el permiso de las autoridades chinas se extiende a las mascarillas, a los trajes de protección, los respiradores y los termómetros infrarrojos. Todos estos productos deberán presentar a partir de ahora documentación adicional a los permisos de la Unión Europea cuando pasen por la aduana, ha anunciado este miércoles el Ministerio de Comercio chino en su página web. El Gobierno exigirá a todas sus empresas que demuestren que han sido registrados oficialmente en China. El ministerio de Comercio ha instado a los exportadores a “garantizar la calidad de sus productos” para ayudar al resto de países a combatir la epidemia.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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