El coronavirus confina a un tercio de la humanidad
Rusia limita también la movilidad de sus ciudadanos para intentar contener el avance de la pandemia
Un tercio de la humanidad se encuentra confinada en sus viviendas. Los Juegos Olímpicos han quedado aplazados por primera vez en la Historia. La actividad económica se desploma y los Gobiernos buscan frenéticamente vías para dar asistencia a sus poblaciones. El coronavirus causante de la nueva enfermedad Covid-19 ha creado, en los cuatro meses desde que se detectaran los primeros casos de una extraña neumonía en diciembre en la ciudad china de Wuhan, un panorama propio de una película de ciencia-ficción, que nadie hubiera creído posible hace poco más de tres meses.
Hasta el momento, la Covid-19 ha dejado más de 19.000 muertos y ha infectado a cerca de 430.000 personas en unos 175 países, en unas cifras que aumentan por millares diariamente. El foco, originalmente en la provincia china de Hubei —donde se encuentra Wuhan— se ha movido a Europa, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) cree que en unas semanas podría desplazarse de nuevo, hacia América. “La pandemia se está acelerando”, ha advertido la OMS. A medida que se extiende, más países adoptan medidas más o menos estrictas para limitar el movimiento de sus habitantes, o confinarlos por completo: al menos 2.600 millones de personas, según los cálculos de la agencia de noticias francesa AFP, se encuentran bajo ese tipo de restricciones. Las escuelas permanecen cerradas en numerosos países, de Chile a Japón.
La gran señal positiva es, este miércoles, el levantamiento de la cuarentena en la provincia de Hubei, a la espera de que el día 8 lo haga también Wuhan. Los primeros trenes y autobuses que comunican la zona con el resto de China han empezado a rodar, después de dos meses de interrupción. Las montañas de Wudang, un importante punto turístico de la región, han reabierto. El riesgo de epidemia en Wuhan ha quedado rebajado de altoa a medio. No se han anunciado nuevos casos en la ciudad esta jornada, aunque sí dos muertes. En todo el país, desde el comienzo de la epidemia, se han detectado unos 81.000 contagiados, de los que 3.287 han fallecido.
En cambio India, el segundo país más poblado del mundo, se ha levantado este miércoles con sus casi 1.300 millones de habitantes en “confinamiento total” de 21 días, entre interrogantes de si será posible hacerlo cumplir. El objetivo es frenar la propagación del virus tras alcanzar los 482 casos detectados y nueve fallecidos, pese a las medidas adoptadas en los últimos días de clausura de centros educativos, suspensión de eventos deportivos, transporte de pasajeros y cierre del país al exterior. “Estimamos que, en la peor situación, pueda haber entre 20.000 y 50.000 pacientes (de coronavirus) en la India”, ha dicho a Efe el doctor K. Aggarwal, miembro de la Asociación Médica de la India (IMA).
Medidas similares se han adoptado en otros países del sureste asiático, desde Tailandia a Malasia. En Indonesia, donde se teme que el número real de afectados sea muy superior al declarado tras una lenta reacción oficial —686 casos y 55 muertes—, preocupa la presión que una escalada en las infecciones pueda suponer sobre un sistema sanitario más débil que otros estados de la zona. Suben los números también en Corea del Sur —un centenar de nuevos casos— y Japón, dos países que han conseguido mantener bajo control sus curvas. En Tokio, la gobernadora de la capital, Yuriko Koike, ha pedido a los cerca de 14 millones de habitantes que viven en la ciudad que no salgan de casa en los próximos días, después de que se hayan confirmado 41 nuevas infecciones en esta metrópoli.
En Europa, continúan los intentos de aplanar las curvas en los distintos países. En España, se han detectado 7.937 casos más, hasta llegar a los 47.610, y se han superado, con 3.434 fallecidos, las cifras de víctimas mortales en China. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, ha apuntado que “no estamos muy lejos” del pico. Italia, el país más afectado en Europa y el que ha registrado mayor número de fallecimientos en el mundo, contabiliza 69.176 contagios y 6.820 muertes. En el Vaticano, el papa Francisco encabezaba un rezo del Padre Nuestro al que se han sumado católicos de todo el mundo para pedir el fin de la pandemia.
Alemania, por su parte, ha prohibido la entrada de los cerca de 300.000 trabajadores temporales, la mayoría de Rumania y Polonia, que contrata anualmente en el sector agrícola. Francia, que también ha ordenado a su población quedarse en casa, calcula que las medidas durarán “unas seis semanas”. En el Reino Unido, tras una serie de titubeos se ha impuesto también el confinamiento a sus 66 millones de habitantes. Únicamente se podrá salir de casa, solo o en pareja, para hacer la compra, ir al trabajo si es “estrictamente necesario” o hacer un poco de ejercicio. En este país, el príncipe heredero, Carlos de Inglaterra, ha dado positivo de coronavirus, según ha confirmado el palacio de Buckingham.
Rusia también se ha sumado a los países que entran en cuarentena y sus ciudadanos no irán a trabajar la semana próxima, según ha anunciado su presidente, Vladímir Putin. Los servicios fundamentales seguirán abiertos. El coronavirus también ha forzado al líder ruso a aplazar, por el momento, la consulta ciudadana sobre la reforma de la Constitución que podría prolongarle en el poder.
La incidencia del virus ha hecho que la alta comisionada de la ONU para Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet, haya lanzado un llamamiento para flexibilizar o suspender las sanciones a países muy castigados y con sistemas sanitarios muy débiles, como Corea del Norte, Cuba, Venezuela o Irán, uno de los países más afectados por la pandemia y que ha suspendido el transporte interprovincial para intentar contenerla.
En América Latina, donde el caso español ha causado una fuerte alarma, Panamá ha decretado una cuarentena, Paraguay ha cerrado sus fronteras y aeropuertos hasta el domingo, y Uruguay también ha cortado el paso a los extranjeros.
En cambio, Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, continúa minimizando la pandemia y asegura que los gobernadores que adoptaron medidas de cuarentena ponen en riesgo la economía con una política de “tierra arrasada”.
En África, donde la expansión de la pandemia preocupa enormemente, Sudáfrica ya lleva más de 700 casos. Libia y Malí han confirmado este miércoles sus primeros contagios, y la República Democrática de Congo, que se había despedido del ébola con cantos y bailes, ha decretado el estado de emergencia y confinado Kinshasa, la capital. En Washington, el Fondo Monetario Internacional ha advertido que la propagación del coronavirus en la región subsahariana supondrá un duro golpe para estos países que causará una reducción del comercio, una caída de los precios de las materias primas e impactos directos en los medios de vida de sus habitantes, entre otras cuestiones.
Pese a la cautela generalizada, Estados Unidos, que ya acumula casi 50.000 contagios y amenaza con convertirse en uno de los focos mundiales de la enfermedad, considera relajar sus medidas de aislamiento para mediados de abril. “Nuestro país no está diseñado para cerrar. Puedes destruir un país de esta manera, cerrándolo”, indicó el presidente de EEUU, Donald Trump, en declaraciones a la cadena Fox News. No obstante, el doctor Anthony Fauci, experto en enfermedades infecciosas y asesor de la Casa Blanca, ha pedido “mucha flexibilidad” con esa fecha.
Información sobre el coronavirus
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