La Fiscalía pide dos años y medio de cárcel para un concursante de ‘Gran Hermano’ por abusos sexuales
El ministerio público pide 12.000 euros por los daños morales causados a Carlota Prado. La mitad deberá la productora del programa, que hasta ahora no estaba en el proceso
La Fiscalía Provincial de Madrid ha solicitado dos años y medio de prisión para José María López Pérez, exconcursante del programa de televisión Gran Hermano Revolution, como posible autor de un delito de abusos sexuales cometido durante su participación en el reality en una casa en Guadalix de la Sierra (Madrid). El ministerio público también pide una indemnización de 12.000 euros por los perjuicios morales causados a Carlota Prado, la víctima. La mitad la debe pagar el acusado. Y la otra mitad la productora del programa, Zeppelin TV, "por los daños ocasionados a raíz de la exhibición a la perjudicada de las imágenes grabadas".
Hasta ahora, las responsabilidades jurídicas no habían pasado por la productora. Esta se había limitado a admitir, una vez que se hicieron públicas las imágenes que muestran cómo el programa comunicó a la concursante lo sucedido, que enseñarle la grabación a la joven fue un error. La Fiscalía recuerda en el escrito de acusación que "el objeto del programa es la retransmisión durante 24 horas de la convivencia de los participantes conforme al reglamento de convivencia del programa, del que se deduce una relación de trabajo de los concursantes con la productora".
Este periódico ha solicitado, sin éxito, recabar una respuesta de Zeppelin TV y de Telecinco. Antonio Madrid, abogado del acusado, ha lamentado que el escrito de la Fiscalía aún no les ha sido notificado: "Es un despropósito tener que enterarnos por la prensa", ha señalado el letrado, que añade: "No tenemos cuáles son los artículos del Código Penal en los que se basan y no puedo entrar en el fondo pero entiendo que la petición de la pena es absolutamente desproporcionada".
Los hechos se produjeron en la madrugada del viernes 3 al sábado 4 de noviembre de 2017, cuando se organizó una fiesta en el interior de la casa "en la que por el programa se suministró a los concursantes bebidas alcohólicas", según detalla el escrito de la Fiscalía. Una vez destapado el caso, la productora aseguró recientemente que el programa estudia "instaurar la política de cero alcohol y reforzar la atención a los concursantes durante y una vez que hayan abandonado la casa".
El reality expulsó al concursante, apartó temporalmente a Carlota Prado y denunció ante la Guardia Civil "una relación sexual no consentida" pero no facilitó las imágenes pese a que las cámaras del programa grabaron los hechos. Lo ocurrido se seguía en la sala de control de la casa, capitaneada por la figura del Súper, un productor que observa a los concursantes y les da indicaciones. Ese día, además, fin de semana y de noche, había una Súper de guardia con menos experiencia y menor capacidad para cambiar el rumbo del programa. También registraron el momento en que se lo comunicaron a Prado en el confesionario de GH, unas imágenes que fueron difundidas por El Confidencial el pasado noviembre.
La madrugada de los hechos, Carlota Prado bebió "al menos cuatro chupitos de tequila, por lo que alcanzó un estado de embriaguez que fue acentuándose y evidenciándose a partir de la media noche", explica la nota de la Fiscalía. De madrugada, cuando Prado y López estaban en el dormitorio, este último "se quitó los pantalones, ayudó a la otra concursante a descalzarse y a introducirse en la cama que venían compartiendo". Prado estaba vestida totalmente, en silencio y con los ojos cerrados. En ese momento, López, "guiado por un ánimo libidinoso y a sabiendas del estado de semiinconsciencia en que (…) se encontraba y aprovechándose de esta circunstancia, comenzó a realizar bajo el edredón movimientos de claro contenido sexual, pese a que la chica balbuceando débilmente dijo 'No puedo".
La Fiscalía explica que el concursante desvistió a la joven, "pese a que esta se encontraba ya en estado de inconsciencia". Sobre la 1.40 horas, ella se destapó la cara y un brazo, "dejando ver su estado inerte", lo que motivó la intervención de uno de los miembros del programa encargado del visionado de la grabación, "quien hasta ese momento no estaba en condiciones de saber lo que estaba ocurriendo, dado que el acusado había utilizado el edredón para taparse".
Las imágenes grabadas de estos hechos se las mostraron a Carlota Prado a la mañana siguiente en el confesionario de Gran Hermano, "encontrándose esta sola y sin más compañía que la voz en off del conocido como Súper, lo que provocó un incremento del estado de desasosiego, trastorno y perturbación de ánimo que los hechos sufridos horas antes habían producido en ella", señala la Fiscalía. En el vídeo de ella en el confesionario, publicado por El Confidencial a partir de metraje grabado pero no emitido, se ve que rompe a llorar al ver las imágenes. Se tapa la cara con las manos. Se le corta la respiración. "Para ya, Súper, por favor", suplica.
Esa secuencia en la que se le muestran las imágenes del abuso contraviene lo que se recomienda para tratar a las víctimas de violación. Está sola, como subraya la Fiscalía, no tiene a nadie de confianza alrededor, no es un espacio privado y nadie le ha dado la opción de decidir si quiere verlo o no. Aunque el vídeo no está completo, parece evidente que ella no estaba preparada para ver aquello. Lo que era una situación grave de por sí se convirtió en uno de los mayores fallos de cálculo de la televisión, entre una cámara que inexplicablemente seguía encendida y una chica aterrada y superada.
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