Rescatados seis hermanos y su padre tras pasar nueve años encerrados en una granja holandesa
La policía ha detenido a un hombre de 58 años que estaba con los siete miembros de la familia
Un grupo de seis hermanos de entre 18 y 25 años vivían desde hace nueve años aislados en una granja de la provincia holandesa de Drenthe, al este del país, junto a su padre. Además, la policía encontró en la granja a una octava persona, un varón de 58 años sin relación familiar con el resto, que fue detenido ayer por no colaborar en las pesquisas policiales. La granja está apartada de la carretera y los vecinos han mostrado su sorpresa ante lo ocurrido, ya que ignoraban la existencia de la familia.
Los hermanos han permanecido sin contacto con el exterior desde que tenían entre 9 y 16 años, hasta que el mayor, actualmente de 25, apareció el pasado domingo por tercera vez en un café de Ruinerwold, la población más próxima a la granja. Llevaba el cabello y la barba muy largos y tenía la mirada perdida, ha declarado el dueño del local, Chris Westerbeek que llamó a la policía cuando el joven le contó que nunca había ido a la escuela y que quería “acabar con esta situación”. “Vino al café varias veces, la semana pasada pidió unas cervezas, pero luego cerramos y se fue. El domingo regresó y parecía muy confuso. Tomó cinco cervezas y hablé con él. Me dijo que se había escapado y necesitaba ayuda. Entonces llamé a la policía”, ha declarado Chris Westerbeek a la cadena de radio y televisión de Drenthe. “No sabía dónde estaba y me dijo que no había salido en nueve años. También me dijo que tenía hermanos y hermanas, que él era el mayor y quería cambiar de vida”.
“[La madre de los hermanos] murió años antes de que estas personas se trasladaran a la granja”, ha explicado a la prensa Roger de Groot, alcalde de De Wolden (municipio al que pertenece Ruinerwold). También ha señalado que el detenido “no es el progenitor y solo alquilaba la propiedad; en cuanto a los hermanos, algunos no están censados”.
Cuando los agentes acudieron a la granja encontraron un huerto de grandes dimensiones, una cabra, algunos gansos y un perro. Dentro, descubrieron varios "espacios aislados" donde se supone que vivía el padre con sus hijos, según los medios locales. Tanto su llegada a la granja como el arresto del otro hombre han sido detallados en la cuenta de Twitter de la policía de Drenthe, que también ha examinado la parcela desde el aire con un dron. La granja está oculta por los árboles y para acceder es preciso cruzar un puente sobre un canal.
El relato de los pocos vecinos que hablan es deslavazado. “No decía '¿hola, qué tal?”, aseguran unos al recordar a un hombre que aparcaba a diario desde hace algún tiempo un Volvo junto a la granja. “Era simpático y saludaba", señalan sin embargo otros. “Había una cámara en la granja y pensamos que podía tratarse de algo de drogas, tal vez de una secta”, murmuran varios más. No está claro si el detenido y el conductor del Volvo son la misma persona, ya que la policía no lo confirma. El cartero del pueblo no recuerda haber llevado en todos estos años ninguna carta a la propiedad. Ruinerwold es un pueblo de unos 4.000 habitantes y la familia residía en las afueras, en un vecindario de unas 200 personas que se sienten abrumadas: han pasado del anonimato y alguna murmuración local a convertirse en apertura de telediarios.
La policía ha instalado a los siete familiares en las casas de una urbanización de veraneo. “La investigación está en curso y hay muchas preguntas por contestar: todas las posibilidades están abiertas”, indica Nathalie Schubart, portavoz policial.
(Esta noticia ha sido actualizada para incluir nuevos datos de la investigación policial.)
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.