El carro del horneado de Magrudis también da positivo en listeria
Unos análisis realizados en la empresa el 1 de julio dieron negativo en la presencia de bacteria
El carro de horneado de la empresa Magrudis, la responsable del mayor brote de listeriosis de España que afecta a más de 200 personas, también ha dado positivo en presencia de la bacteria, según ha podido saber EL PAÍS. Es un elemento más de la fábrica que se suma a los positivos en dos de sus mechadoras (instrumentos empleados para rellenar la carne cruda antes de cocerla), de los que ya informó este diario el pasado miércoles. Estos resultados son preliminares y han sido obtenidos por el laboratorio municipal del Ayuntamiento de Sevilla, que sigue analizando decenas de muestras en el interior de la fábrica, para determinar el origen del brote y el momento en el que se produjo su transmisión.
De cara a acotar cuándo se infectó la fábrica, en el sistema de autocontrol al que está obligada, los últimos análisis localizados pertenecen a tres muestras tomadas el pasado 26 de junio en la mesa de envasado, en la de elaboración y en el baño de manteca, cuyos resultados, remitidos el 1 de julio, dieron negativo en listeriosis. Aunque a primera vista esto podría contribuir a localizar el momento de aparición de la bacteria a partir de esa fecha, el dato no es determinante. "A veces la listeria no se encuentra en zonas de contacto directo con el alimento, puede estar en sumideros, en esquinas, en pequeños charcos..., explica José Juan Rodríguez, profesor titular de Nutrición y Bromatología por la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Seguridad Alimentaria. Rodríguez advierte de que si las muestras se tomaron inmediatamente después de que se limpiaran las superficies es muy probable que también dieran negativo.
El carro de horneado es un elemento de la fábrica que pasa por distintas fases de la cadena de producción, antes y después del horneado. Las muestras que han dado positivo se tomaron tras el proceso de horneado. "Esto corrobora que la listeria se encontraba en toda la fábrica", explica el profesor. "Si estaba en las mechadoras y ahora se confirma que está en el carro, esto es indicativo de que puede estar por las mesas de manipulado y que muchos otros productos podrían estar contaminados", asegura.
Cuando se conocieron los positivos en las mechadoras, el médico José Miguel Cisneros, portavoz del equipo de seguimiento del brote de la Junta de Andalucía, aseguró el pasado viernes que era una confirmación de que la fábrica “estaba altamente contaminada”. Además de la carne mechada otros dos productos de Magrudis también están infectados por la bacteria: el lomo al jerez y el lomo al pimentón. Un indicador que, de acuerdo con el profesor José Juan Rodríguez evidencia "que la mitad de la instalación está contaminada por listeria y que se trata de un problema ambiental de la fábrica”. La bacteria llega al organismo a través de alimentos contaminados y puede resultar mortal en enfermos, ancianos y embarazadas.
El 31 de julio, 15 días después de la fecha en la que el Gobierno andaluz ha fijado el inicio del brote, Magrudis informó a la Junta de que había hecho obras para la ampliación de su sede, en el polígono El Pino, a las afueras de Sevilla, una reforma para la que se necesitaba una autorización previa por parte de la Administración autónoma. En ese comunicado, la empresa afirmaba que cumplía con el sistema de autocontrol y que disponía de la documentación que lo acreditaba, especialmente el documento relativo al sistema de autocontrol basado en principios de análisis de peligros y puntos críticos de control garantizando que: “Se han mantenido las condiciones técnico sanitarias iniciales y correcto funcionamiento del sistema de autocontrol y su cumplimiento durante el tiempo que se desarrolle el ejercicio de la actividad”.
Magrudis ha emitido este domingo su primer comunicado, 10 días después de que se activara la alerta sanitaria. En él se asegura que días antes del envasado del producto contaban con un informe de un análisis de laboratorio externo con resultados que confirmaban "la ausencia de listeria". También afirman que cumplen con todas sus obligaciones sanitarias y que han dado parte al seguro de responsabilidad civil. Los propietarios, según el escrito "no se explican lo sucedido y están en estado de shock”.
Desde 2017, último año en el que fue supervisada por el Ayuntamiento de Sevilla, Magrudis está obligada a seguir un programa de autocontrol para garantizar que sus productos llegan sin riesgo al mercado. Cada empresa tiene libertad en la forma de llevar este plan a la práctica (puntos de mayor control, frecuencia de los análisis y otros aspectos), siempre que sea efectivo. La Junta rebajó ese año la calificación de la cárnica de A a C, lo que implica estar sujeta a un sistema de inspección más laxo. Esa supervisión se realiza de acuerdo con un modelo orientativo y no vinculante que fija la Junta, y que en el caso de las empresas de clase C aconseja períodos de revisión cada 18 meses. En estas inspecciones ordinarias no se toman muestras salvo que así lo determine un plan de inspecciones de la Junta de Andalucía y solo se comprueba el funcionamiento y la documentación, explican fuentes de la administración sanitaria.
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