Francia | Una comisión independiente empieza a investigar los casos de abusos desde 1950
Los obispos franceses acuden a Roma a punto de conocerse el fallo del principal juicio, en Lyon, por el silencio de la Iglesia francesa ante la pederastia
Los obispos franceses acuden a la cumbre en el Vaticano para tratar el problema de la pederastia en el seno de la Iglesia católica entre dos fechas angustiosas. Pese a los intentos de aplazarlo, la víspera del encuentro en Roma se estrena en los cines de toda Francia la película Gracias a Dios, sobre la creación de Palabra Liberada, la asociación de víctimas del cura pederasta de Lyon Bernard Preynat, responsables en buena parte de haber roto el muro de silencio sobre los abusos de religiosos a menores en el país.
Así llega cada país a la cumbre
El tratamiento de la cuestión de la pederastia en cada conferencia episcopal es muy desigual. Pinche aquí para conocer la magnitud del problema y cómo lo han abordado en una veintena de países
Además, el 7 de marzo se dará a conocer la sentencia contra el cardenal Philippe Barbarin y otros cinco altos responsables de la diócesis de Lyon acusados, precisamente, de haber guardado silencio sobre los crímenes del cura Preynat. Aunque hasta la acusación —los miembros de Palabra Liberada— saben que es difícil un fallo condenatorio, haber sentado en el banquillo al religioso más poderoso de Francia y conseguir que todo el país los escuchara lo consideran ya una victoria contra la omertà mantenida durante décadas sobre la pederastia. En noviembre, el exobispo de Orleans André Fort fue condenado a ocho meses de cárcel por silenciar otro caso de pederastia. Era la primera vez desde 2001 que se castigaba a un alto responsable eclesiástico por no informar a la justicia, como es obligatorio en Francia, de abusos de menores cometidos por un subordinado suyo.
Pero los obispos también acuden a Roma con la sensación de haber comenzado, por fin, el mea culpa tan reclamado por los centenares de víctimas en Francia. Según el último informe de la Conferencia Episcopal francesa (CEF), de finales de 2018,los obispos han recibido 433 denuncias por pederastia desde 2010, casi la mitad en los dos últimos años. Pero se esperan muchas más. La comisión independiente sobre los abusos en la Iglesia (Ciase, por sus siglas en francés) que la CEF acordó crear en noviembre y que deberá investigar los casos desde 1950, ya ha comenzado a trabajar. Su presidente es el ampliamente respetado Jean-Marc Sauvé, vicepresidente honorario del Consejo de Estado, el órgano consultivo supremo del Estado francés.
A comienzos de mes anunció la composición de la Ciase: 10 mujeres y 11 hombres, entre ellos especialistas en derecho penal o canónico, pero también psicólogos, antropólogos, sociólogos o trabajadores sociales. El martes anunciaron su metodología de trabajo, con la creación de diversas células de escucha y de recogida de testimonios, entre otros. Su objetivo es presentar, en dos años, un informe no solo sobre el alcance de la pederastia en la Iglesia francesa, sino analizar también qué funcionó y qué fracasó para afrontar este problema y proponer métodos mejorados. “No creo que exista un sistema organizado detrás de esos casos de pederastia. Pero hay algo de sistémico en la negligencia, el peso y la defensa de las instituciones frente a las víctimas”, reconocía en entrevista en el dominical Journal du Dimanche el presidente de la Conferencia Episcopal francesa, Georges Pontier.
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