El abad de Montserrat pide perdón a las víctimas de abusos sexuales
Las víctimas de la pederastia en la Iglesia celebran su primer acto de protesta en el monasterio
El abad de Montserrat, Josep Maria Soler, ha pedido en la homilía de este domingo por la mañana perdón a las víctimas de abusos sexuales cometidos por un monje de la congregación benedictina, el hermano Andreu Soler, que han sido denunciados en las últimas semanas. "Estos hechos han conmovido a todo el mundo y de una manera muy especial a nuestra comunidad", ha asegurado Soler.
"Pedimos humildemente perdón a las víctimas, nos solidarizamos con su dolor y les ofrecemos todo nuestro apoyo. Los abusos sexuales a menores por parte de personas consagradas a Dios nos duelen profundamente porque hieren la parte más vulnerable de las víctimas y traicionan la confianza que habían depositado en ellos", ha seguido el abad.
La declaración se ha producido poco después de que algunas víctimas de presuntos abusos sexuales por sacerdotes hayan llevado a cabo en el monasterio el primer acto de protesta por la catarata de casos que están aflorando en los últimos meses en España. La concentración ha estado protagonizada por Miguel Hurtado, el primer denunciante de las agresiones infligidas durante los años 70 por el hermano Andreu, que durante cuatro décadas dirigió el grupo de scouts de la abadía benedictina.
"El abad debe dimitir inmediatamente por encubrir durante 18 años los abusos del hermano Andreu", ha declarado Hurtado, quien el pasado 19 de enero destapó el caso a través de las páginas de EL PAÍS. Desde entonces, otras cuatro personas han denunciado públicamente haber sufrido abusos del mismo monje.
"No los conozco, son de otras edades. Pero esto corrobora aún más que nos encontramos ante un auténtico depredador que durante décadas abusó de los niños que pasaban por el monasterio sin que sus responsables hicieran nada", ha añadido Hurtado. Este ha recordado que "al menos ya en 1978 hubo las primeras quejas de una familia contra Soler, por lo que los abades encubridores son tres".
Al acto también han asistido Juan Cuatrecasas, presidente de Infancias Robadas —primera asociación española de apoyo a las víctimas de la pederastia en la Iglesia— y padre de un menor que sufrió abusos en el colegio vizcaíno del Opus Dei Gaztelueta, y Peter Saunders, víctima de abusos que fue miembro de la comisión antipederastia del Vaticano.
"Es hora de que la ley, la Iglesia y las autoridades empiecen a adaptarse a las víctimas, y no al revés", ha defendido Cuatrecasas. "Esto incluye el fin de la prescripción de estos delitos, pero también otros aspectos de la vida diaria de las víctimas. Muchas van a necesitar apoyo durante años, quizá durante toda la vida, y todas las instituciones deberían poner de su parte. Sigue habiendo muchas resistencias para afrontar el problema en toda su magnitud", ha añadido.
Cuatrecasas ha puesto un ejemplo reciente de su hijo: "Pagamos la matrícula universitaria de este curso, pero no ha podido ni empezar porque ha tenido un bajón emocional fuerte. Universidades, servicios públicos... todos ellos deben sumar en el apoyo a las víctimas".
Todos los participantes han sido muy críticos con el papel desempeñado hasta la fecha por la Iglesia, incluso con el Papa. "Lo que debería hacer no es solo reunirse con sus obispos, muchos de los cuales son encubridores. Debería reunirse con expertos en la materia y también con las víctimas", ha defendido Saunders.
La gestión que Montserrat está haciendo de las denuncias, por las que ha abierto una comisión interna, también ha sido blanco de los reproches. "La comisión se creó hace dos semanas, aún no se ha reunido y ni siquiera sabemos si nos van a llamar", ha lamentado Hurtado, que considera que "no tiene ningún sentido es que en ella no participen expertos independientes ni víctimas".
Para los asistentes es necesario que "la Iglesia acepte el problema en toda su dimensión y empiece a actuar en consecuencia". "Debe abrirse a escuchar a las víctimas, ofrecerles consuelo y pedir perdón, y adoptar todas las medidas necesarias para reparar el daño infligido con total transparencia", han coincidido los concentrados.
El acto de esta mañana ha contado con poca asistencia, apenas una decena de personas. Pese a ello, los promotores consideran que solo es el principio de una larga lucha hasta conseguir que la Iglesia y las autoridades asuman las responsabilidades que les corresponden", según Cuatrecasas. Las víctimas también recuerdan que en Estados Unidos cuando los grandes escándalos de los abusos estallaron, las víctimas llevaban mucho tiempo celebrando miles de pequeños actos de protesta.
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