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El Papa acepta la renuncia del arzobispo de Washington, acusado de encubrir abusos sexuales

Donald Wuerl, de 77 años, presentó su dimisión en septiembre tras la publicación del informe de la Fiscalía de Pensilvania

Daniel Verdú
Donald Wuerl, el arzobispo de Washington que ha presentado su renuncia al Papa, en mayo de 2017 en la capital estadounidense.
Donald Wuerl, el arzobispo de Washington que ha presentado su renuncia al Papa, en mayo de 2017 en la capital estadounidense.AFP

Los escándalos de abusos a menores han sumido al Vaticano en un proceso de purga sin precedentes. Especialmente por la relevancia de los afectados y los niveles a los que están llegando las acusaciones. Ha caído ya la cúpula entera de la jerarquía eclesial chilena. Luego le tocó al cardenal Theodore McCarrick, a quien el Pontífice retiró la birreta cardenalicia por primera vez en 90 años. Y ahora Francisco ha aceptado la renuncia del arzobispo de Washington, el cardenal Donald Wuerl, de 77 años, salpicado por el tremendo escándalo del informe de la Fiscalía de Pensilvania (EE UU), un documento de 1.356 páginas de abusos de clérigos a más 1.000 menores de edad.

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El cardenal, de 77 años, había explicado en una carta a los sacerdotes de la archidiócesis de Washington ese mismo mes su decisión de pedir la renuncia de nuevo al Papa, pues ya la había presentado hace tres años por motivos de edad. Pero, a diferencia de ocasiones anteriores, el Vaticano no ha pretendido ocultar el motivo real y ha hecho pública una carta del Papa donde, como en otras ocasiones, Francisco acepta la dimisión pero también le defiende. “Tienes elementos suficientes para justificar tus acciones y distinguir entre lo que significa encubrir los crímenes o no, para hacer frente a los problemas, o cometer algunos errores. Sin embargo, tu nobleza te ha llevado a no elegir esta forma de defensa. De esto, estoy orgulloso y agradecido”, apunta el Papa en su carta

Muchas voces en el Vaticano dudan del nivel de responsabilidad de Wuerl en los escándalos y creen que no es responsable de encubrmiento. Pero su nombre apareció en decenas de ocasiones en el informe de Pensilvania, en el que se describieron más de 1.000 casos de abusos sobre menores por parte de 300 sacerdotes, por su mala gestión y ocultamiento cuando era obispo de Pittsburgh.

En la diócesis de Erie, por ejemplo, un cura confesó haber cometido en los años ochenta violaciones anales y orales a al menos 15 chicos, uno de ellos de solo siete años. Cuando se reunió con el depredador sexual, el obispo de la diócesis, Donald W. Trautman, lo elogió por ser una "persona cándida y sincera" y por los "avances" logrados en controlar su “adicción”. Y cuando finalmente el cura fue expulsado, el obispo declinó explicar los motivos. “Nada más debe indicarse”, escribió.

Wuerl también aparecía señalado en la carta del arzobispo y ex nuncio en Washington, Carlo Maria Viganò, en la que acusaba al Papa francisco de proteger a un supuesto lobbie gay en la Iglesia y de ocultar los escándalos de pederastia. Según el denunciante, también conocía el caso de McCarrick: “Yo mismo hablé del tema con el cardenal Wuerl en varias ocasiones, y no necesité entrar en detalles porque quedó claro inmediatamente que era plenamente consciente de ello. […]. Sus declaraciones recientes diciendo que no sabía nada sobre este tema… son de risa. Miente vergonzosamente”.

Francisco también ha pedido al cardenal que permanezca como administrador de la archidiócesis hasta el nombramiento de su sucesor. Por su parte, Wuerl se muestra "profundamente agradecido" y "profundamente conmovido por sus amables palabras de comprensión", en referencia a la carta del Papa tras aceptar la renuncia. "La decisión del Santo Padre de proporcionar un nuevo liderazgo a la Archidiócesis puede permitir que todos los fieles, clérigos, religiosos y laicos, se centren en la sanación y el futuro. Permite a esta Iglesia local avanzar. Una vez más, por cualquier error de juicio pasado, me disculpo y pido perdón. Mi renuncia es una forma de expresar mi gran y perdurable amor por ustedes, la gente de la Iglesia de Washington", ha escrito el religioso.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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