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Activistas trans inician una huelga de hambre para exigir que se tramite su ley

La norma, impulsada por Podemos, cuenta con el apoyo del PSOE, Ciudadanos y ERC

Mar Cambrollé y varios activistas, ante el Congreso este miércoles.
Mar Cambrollé y varios activistas, ante el Congreso este miércoles.Uly Martín

Las personas transexuales quieren dejar de ser “ciudadanos de segunda”, y hoy miércoles 17 activistas de toda España han iniciado una huelga de hambre para presionar a Podemos a que inicie la tramitación parlamentaria de la Ley Trans Estatal que registró en febrero en el Congreso. Mar Cambrollé, presidenta de la Plataforma Trans, considera que la propuesta está “secuestrada en un cajón”. Una portavoz de Podemos sostiene que esta sigue su curso parlamentario y considera positiva la huelga porque ofrece al Gobierno “la oportunidad de acelerar el proceso”.

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Los 17 transexuales que han iniciado la acción reivindicativa pertenecen a diferentes comunidades autónomas, ha explicado Cambrollé frente al Congreso. La mayor parte hará la huelga en su casa, aunque algunos la llevarán hasta lugares públicos de su ciudad. “La protesta no se desconvocará hasta que tengamos una fecha concreta”, insiste la activista. El 23 de febrero Podemos registró en el Congreso un proyecto legislativo por el que los colectivos transexuales llevaban años peleando. La ley aborda de manera integral todos los ámbitos donde estas personas sufren discriminación: sanidad, educación, deporte y derechos civiles, entre otros.

“Seguimos siendo ciudadanos de segunda tras 40 años de democracia”, insiste la presidenta de la Plataforma Trans. Según sus datos, la exclusión laboral afecta al 85% del colectivo, para el que solicita una nueva Ley de Identidad de Género, aprobada en 2007, porque “es obsoleta y no cumple las directivas europeas”. La activista andaluza subraya que más de 5.000 adolescentes trans se encuentran “desamparados” porque no pueden acceder a un cambio de nombre. “Los adultos debemos pasar por unos procedimientos que atentan contra nuestra dignidad. Nos obligan a una esterilización química forzosa y a acreditar que no estamos enfermos mentales”, explica.

Cambrollé ha amenazado con una “furia trans” si no hay fecha para tramitar la ley. En su opinión, es el momento político oportuno para hacerlo porque la proposición registrada por Podemos hace ocho meses cuenta con el apoyo público de otros partidos, como Ciudadanos, ERC y PSOE. Una portavoz de Podemos afirma que su organización ve “bien” la huelga, pero rechaza que tenga secuestrada la normativa: “Está en cauce parlamentario. Hay leyes importantes que están pendientes desde 2017”. Y añade: “El Gobierno tiene la oportunidad de acelerar el proceso a través de un proyecto de ley, algo que ya hemos planteado en la mesa bilateral”.

A los 16 años

"Decirnos que están haciendo el trabajo parlamentario ofende la inteligencia”, denuncia Cambrollé. La activista sostiene que el colectivo no pide privilegios. “Esta es una ley que garantiza que seamos iguales al resto de ciudadanos. Si la violencia política se prolonga, pronto tendremos algún caso de hospitalización porque hay gente que no está en condiciones de hacer esta huelga”. El texto de la iniciativa, fruto del consenso de las organizaciones transexuales y respaldada por más de 150 colectivos sociales, normaliza la identidad trans en todos los ámbitos, algo que ya hizo Andalucía en 2014 y que, según Cambrollé, sitúa a esta región en “la vanguardia europea”. El pasado junio fue la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien eliminó la transexualidad de la clasificación de las enfermedades mentales.

La ley registrada en febrero propone que los menores de 16 años puedan acceder a los tratamientos hormonales sin permiso de sus padres y que se nombre a un defensor judicial para aquellos que no tengan consentimiento de ninguno de sus progenitores. Además, prevé esta misma fórmula para los menores que deseen cambiar en el registro su nombre y su sexo, que podrá ser masculino, femenino o no binario, o que el Sistema Nacional de Salud pase a cubrir los tratamientos como los hormonales y de modulación del tono y timbre de voz. Cambrollé insiste en que otra de las demandas es cambiar los currículos educativos porque “todavía hay libros que catalogan la transexualidad como un trastorno psicológico”.

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