Las cámaras del Highlands El Encinar recogen al padre Marcelino ir a un punto ciego con niñas y se suma una nueva denuncia
Un menor cuenta un “experimento con gotas mágicas” hecho por el capellán de los Legionarios de Cristo y una madre relata que el director le aseguró que ponía “la mano en el fuego” por el sacerdote


La policía avanza en la investigación sobre varias denuncias de agresión sexual a alumnas del colegio Highlands El Encinar de Madrid, en la Moraleja. El día 6 de marzo el padre Marcelino de Andrés, capellán del colegio, sacerdote de los Legionarios de Cristo y último secretario personal del fundador de la orden y pederasta en serie, Marcial Maciel, fue detenido y retirado de su puesto. Los investigadores tratan de encontrar pruebas que complementen los testimonios de los seis menores, después de la incorporación de una última denuncia. Entre ellas, está la de las cámaras de videovigilancia, que captan al sacerdote acompañado de niñas dirigiéndose a un punto ciego del patio descrito por algunas de las niñas como el lugar donde se produjeron “cosas malas”.
Los investigadores han sido capaces de recuperar imágenes de hasta 18 cámaras de videovigilancia del colegio, y se han centrado en aquellas que registran las zonas descritas por las denunciantes. En concreto son seis los dispositivos de más interés. Los agentes se han centrado en un fragmento registrado el día 3 de marzo en el que, sobre la una de la tarde, se ve a un adulto que corresponde con la descripción física del padre Marcelino acompañado de tres menores y todos se dirigen a una parte del patio, señalada por las afectadas como el lugar de los hechos, y que es un punto ciego de las grabaciones. Allí permanecen diez minutos.
Además, se suman nuevos testimonios aportados por padres que han hablado con sus hijos tras hacerse públicas las denuncias y la investigación. Uno de los menores describió a sus padres un “experimento” que había hecho el padre Marcelino con varios niños en el que movía un objeto, “como un termómetro” hasta que salieron “gotitas mágicas”.
El grupo investigador también ha podido hablar con una madre que se llevó a sus hijos del colegio en 2023, poco después de que el sacerdote denunciado llegara al centro, cuando se publicó un artículo en el que se contaba que un sacerdote muy cercano a Marcial Maciel había empezado a trabajar con menores. En ese momento, varios progenitores expresaron su preocupación al director del centro, Jesús María Delgado, quien se responsabilizó de la decisión de que continuara en su cargo. “Pongo la mano en el fuego por él”, le dijo a esta madre.
Otros padres reflejan que acudieron a hablar con la subdirectora del colegio por el mismo motivo y que esta les comunicó que el cura había pasado por “estrictos controles” para trabajar con menores y que asumían el riesgo de que pudiera pasar algo. Delgado dimitió este lunes de su cargo al asumir toda la responsabilidad de haber mantenido a De Andrés en su cargo a pesar de los temores. El director es uno de los testigos llamados a declarar en los próximos meses dentro del proceso de instrucción del caso.
Varias familias relatan que sus hijas han contado que las llevaba a la capilla a darles “el pan de la comunión”. Una madre cuenta cómo su hija le dice que el padre Marcelino le ha hecho varios regalos y que era “muy bueno” con ella, pero que cuanto intenta interrogarla más sobre posibles indicios de abusos, la pequeña se cierra en banda y se pone a llorar. En el relato de los pequeños hay muchos “no me acuerdo”, muy habitual en los relatos de menores y muchas referencias a “cosas malas” que supuestamente hacía el capellán denunciado.
Para obtener unos testimonios de la máxima calidad por parte de los menores, en este tipo de casos se suele hacer una de las cámaras Gesell, unas habitaciones especiales para escuchar a los niños sospechosos de haber sufrido agresiones sexuales en las que son entrevistados por psicólogas que dirigen un cuestionario con las preguntas que desean hacer las partes y el juez instructor. Todas las figuras jurídicas se encuentran al otro lado de un espejo, escuchando la conversación, con lo que las garantías procesales son totales. Este método se usa para que solo se tome declaración a los menores una vez en todo el proceso y así evitar la revictimización constante.
El último informe policial también revela que el padre Marcelino también trabajó en el colegio Everest de Madrid, donde era directora la hermana de Delgado. Un padre de ese centro contó a la policía que allí sí habían conseguido que trasladaran al sacerdote tras quejarse por su cercanía a Maciel.
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