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Alianzas para salvar a los grandes de la fauna

Oso pardo, buitre negro, foca monje y visón europeo necesitan el compromiso local para su conservación Varios proyectos europeos LIfe+ intentan potenciar esa conciliación

El macho Pyros (a la izquierda) y la hembra Hvala en el valle de Arán (Lleida).
El macho Pyros (a la izquierda) y la hembra Hvala en el valle de Arán (Lleida).

“El Conselh Generau d'Aran pide la captura y traslado a otros territorios de todos los osos que han establecido su hábitat en las montañas aranesas ”. Hasta hace pocos años, incluso meses, parecía inviable que administraciones, científicos y grupos de defensa de la naturaleza alcanzaran un acuerdo para hacer plenamente viable la reintroducción del oso pardo en el Pirineo catalán, y más concretamente en el valle de Arán (Lleida). Un viejo y promiscuo ejemplar, Pyros, y un programa europeo (Life+) han puesto de acuerdo a todas las partes para trabajar en pos de la especie. No es el único proyecto dentro de los últimos Life+ aprobados (se dieron a conocer en abril de este año) que intentan compatibilizar la conservación de la biodiversidad con el desarrollo humano.

Un año más, España fue agraciada con la mayor dotación económica y el mayor número de proyectos Life+ aprobados de toda Europa. De los 68 seleccionados (Italia, en segundo lugar, cuenta con 47), 51 corresponden a iniciativas vinculadas con política y gobernanza ambiental, 14 con la conservación de la naturaleza y 3 con la biodiversidad. Muchos de los encuadrados en estas dos categorías, que tienen como objetivo conservar los hábitats y especies más amenazados del continente, cuentan con la población y las economías locales para afianzar las políticas de conservación.

“Lo mejor no es que se suelte un oso o los que hagan falta para renovar una población empobrecida genéticamente por la descendencia del macho Pyros, lo mejor es que los habitantes de este medio lo aceptan”, señala Guillermo Palomero, director de la Fundación Oso Pardo (FOP), uno de los socios del proyecto Pyroslife. El perfil del resto de los participantes dice mucho del trabajo en común esperado: coordina el Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació y Medi Natural de la Generalitat de Cataluña y son socios la Universitat de Lleida, el Conselh Generau d'Aran y el organismo Forestal Catalana, además de la FOP. El trabajo previo en la reparación de daños a colmenas y rebaños de ovino ha allanado el camino, que, según Palomero, “si todo va como está previsto podría ser un modelo a seguir en Navarra, Aragón e incluso la vertiente francesa”.

Aunque Pyroslife, junto al Life+ Pletera (recuperación de lagunas costeras afectadas por la construcción urbanística en Torroella de Montgrí, Girona), son los dos proyectos que recibirán más dinero de la CE (1,9 millones de euros), no son los que cuentan con mayor presupuesto: 2,4 y 2,5 millones respectivamente. Sin salir de Cataluña, es el Life+ Montserrat el que se lleva la palma en inversión: 3,5 millones de euros. En este caso, se trata de evitar los incendios forestales que periódicamente asolan estas montañas de Barcelona. Para ello, entre las medidas a desarrollar se incluye un plan de gestión silvopastoral que integra el pastoreo y la restauración forestal, y entre los socios está la Associació Propietaris Forestals Entorns de Montserrat.

En la ficha del proyecto, coordinado por la Diputació de Barcelona, se especifica la necesidad de la participación ciudadana, que se concretaría en 80 contratos de custodia del territorio firmados con propietarios de fincas, 220 permisos de pastoreo y 10 granjeros implicados. De esta manera, no solo se preservaría la riqueza forestal y de montaña y las especies de aves asociadas (águila perdicera, alimoche, collalba negra, tórtola europea…) sino que se recuperarían y/o mantendrían hábitats agrícolas abandonados, entre ellos 126 hectáreas de olivar.

El proyecto coordinado por la Diputació de Barcelona se concretaría en 80 contratos de custodia del territorio firmados con propietarios de fincas, 220 permisos de pastoreo y 10 granjeros implicados

La conservación de aves necrófagas, principalmente el buitre negro, y el desarrollo de la ganadería extensiva de montaña forman también parte de los objetivos del Life+ Feeding Scavengers, cuyo socio beneficiario es la Fundación CBD-Hábitat. La encefalopatía bovina espongiforme, controles sanitarios más estrictos y el declive de la ganadería extensiva han reducido la disponibilidad de alimentos en forma de animales muertos para buitres, milanos y alimoches. Aquí, como en el caso de Piroslyfe, se quieren reducir los conflictos entre especies carroñeras y los ganaderos en Castilla y León. Por este motivo, los ganaderos serán colaboradores necesarios en el establecimiento de puntos fijos y móviles de alimentación para dichas aves.

La misma ONG española (CBD-Hábitat), pero con una especie y con un escenario completamente diferentes, tratan de conciliar igualmente la conservación de una de las especies de mamíferos marinos más amenazados del mundo y la actividad pesquera y turística que tiene lugar en su entorno. Se trata de la foca monje y del archipiélago de Madeira (Portugal), islas donde se dispersa una de las dos poblaciones aisladas del Atlántico (la otra se reparte entre Marruecos y Mauritania). Tras años de descenso alarmante de la especie (entre 6 y 8 ejemplares en 1988) la población de Madeira ha llegado a los 40 individuos, lo que intensifica la interacción con artes de pesca, buceo y embarcaciones turísticas. El LIfe+ Madeira Monk Seal pondrá en marcha un sistema de vigilancia para detectar el estado de la población y un plan de conservación regional de la foca monje para que esta interacción sea positiva, no negativa.

Del agua marina al agua dulce, donde la gran mayoría de las especies autóctonas de peces, especialmente las migratorias, están amenazadas de extinción por la introducción de animales exóticos (de peces a cangrejos pasando por mejillones), la alteración de los cauces y la contaminación. MigraToEbre tiene como principal objetivo “la recuperación del esturión, así como la mejora de las poblaciones de anguila, lamprea y sábalo en el tramo final del río Ebro y, al mismo tiempo, fomentar la restauración de la conectividad ecológica de este tramo del río”. Así lo expresa el Institut per al Desenvolupament de les Comarques de l'Ebre (Idece), socio beneficiario del Life+.

El director del Idece, Jordi Borràs, explicó durante la presentación de MigraToEbre los puntos donde se va a actuar y las repercusiones ambientales y sociales de dichas actuaciones, como las posibilidades turísticas en el caso del tramo de Flix (Tarragona): “necesitaremos la colaboración de la empresa, con la que estamos buscando complicidades, pero teniendo en cuenta la implicación obtenida hasta ahora por todos los agentes, agricultores, pescadores, gestores del agua, de compañías eléctricas, agentes turistas y autoridades regionales y locales creemos será viable".

“No saben qué hacer cuando ven una foca”

El parque de la naturaleza Senda Viva en un proyecto de conservación del visón europeo; los ayuntamientos de Aranjuez y Calasparra en otras iniciativas vinculadas a la protección de olmos y riberas en los ríos Tajo y Segura, respectivamente; la Universidad de Oviedo en un proyecto de recuperación de diez ecosistemas de dunas en la costa Cantábrica, la de Murcia en el de conservación del alerce africano o araar en Cartagena (Murcia) y la de La Laguna en el de prevención de incendios y restauración del Parque Nacional de Garajonay (La Gomera)… Son solo algunos ejemplos más de la colaboración de actores locales en los Life+.

Pablo Fernández de Larrinoa, director del proyecto Madeira Monk Seal coordinado por CBD-Häbitat, justifica la implicación de la sociedad civil en estas iniciativas: “en Madeira son conscientes de la importancia de la presencia de la foca monje, incluso una gran imagen suya preside el aeropuerto de Funchal, pero te encuentras con situaciones en que sus habitantes no saben qué hacer cuando ven un ejemplar en la playa, y hasta intentan devolverla al mar cuando solo está descansando; o buceadores que se acercan demasiado a sus cuevas para verla de cerca”. Por este motivo, en este, como en otros proyectos, se establecen códigos de conducta para personas e incluso empresas de avistamientos de animales, con el objetivo de aprovechar las posibilidades de las especies y sus hábitats como recurso turístico, pero sin dañarles.

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