La nave ‘Rosetta’ explorará el origen del agua de la Tierra en los cometas
La sonda europea ejecutará un complejo baile espacial en sus maniobras de aproximación al objeto celeste al que se dirige
¿Cómo es la estructura y la composición del núcleo de un cometa? ¿Trajeron los cometas el agua al planeta Tierra? ¿Pudieron traer también las moléculas precursoras de la vida? ¿Cómo funciona la actividad de los cometas cuando se acercan al Sol? Estas son las preguntas fundamentales que pretende responder la nave Rosetta, de la Agencia Europea del Espacio (ESA), resume Laurence O´Rourke, coordinador de operaciones científicas de la misión. Y su colega Michael Kueppers añade que “los cometas están hechos del mismo material del que se formaron los planeas, pero sin procesar, así que estudiándolos se puede aprender mucho sobre cómo se formó el Sistema Solar”. La Rosetta, tras casi una década de viaje desde que partió de la Tierra, se está acercando ya a su destino final, el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, actualmente a unos 600 millones de kilómetros del Sol. El encuentro está previsto para el próximo seis de agosto.
El pasado enero se activó la nave, que había viajado durante dos años y medio en estado de hibernación, con casi todos los equipos apagados, y los científicos han comprobado ya que todos los instrumentos de toma de datos y análisis, así como las cámaras, funcionan perfectamente, informaron ayer sus responsables en una reunión celebrada en el Centro de Astronomía Espacial Europeo (ESAC), la sede de la ESA en Madrid, que se encargará de las operaciones científicas de la misión.
Una decena de cometas y asteroides han sido visitados ya por satélites, recordó Kueppers. Pero la Rosetta será la primera sonda en ponerse en órbita del núcleo de uno de estos objetos celestes y acompañarlo en su viaje hacia las proximidades del Sol. Lleva cámaras con resolución de 10 centímetros e instrumentos (11 en la sonda y 10 en el módulo de descenso Philae) para realizar investigación directa del cometa. Los datos de composición del agua del 67P/Churyumov-Gerasimenko (los cometas son bolas de hielo, fragmentos de roca y polvo) deben ayudar a comprender su relación con el agua en la Tierra, explicó Kueppers. “Incluso puede que los cometas trajeran las moléculas que formaron la vida... es una hipótesis”, añadió. “Rosetta va a ayudar también a interpretar los datos que tenemos de otros cometas”, puntualizó Nicolás Altobelli, científico de la misión.
“Incluso puede que los cometas trajeran las moléculas que formaron la vida... es una hipótesis”
“El Sistema Solar se formó de un disco de polvo y gas. En la parte exterior, el gas se condensó y se formaron objetos que son una mezcla de hielo y polvo, mientras que en el interior, en al región de los planetas terrestres y del cinturón de los asteroides, la temperatura era más alta y el gas no se condensaba, de manera que los cuerpos son secos (rocosos o metálicos)”, explica Kueppers. “Hay varias hipótesis sobre el origen del agua en los océanos de la Tierra y una de ellas es que los cometas que impactaron la tierra trajeron el agua en los primeros cientos de millones de años del sistema solar, cuya edad actual es de unos 4.600 millones de años. Para examinar esta posibilidad, se compara las propiedades del agua del cometa con las propiedades del agua de la tierra”.
Durante todo el próximo mes de agosto, una vez superadas las varias operaciones de frenado que está haciendo la nave estas semanas para no pasarse de largo del cometa, empezará un complejo baile espacial de maniobras para ir observando de cerca el 67P/Churyumov-Gerasimenko, de unos cuatro kilómetros de diámetro. “No podemos colocar la nave en órbita directamente, así que la Rosetta se quedará, al principio, un poco alejada del cometa”, señaló O´Rourke. Encendiendo sus motores en momentos perfectamente calculados, la sonda irá haciendo sobrevuelos del objetivo desde diferentes ángulos durante un mes. Y todo eso a una distancia de la Tierra tal que las señales de la sonda espacial, viajando a la velocidad de la luz (casi 300.000 kilómetros por segundo), tardarán 20 minutos en llegar a la Tierra.
El 11 de septiembre la nave se pondrá por fin en órbita del cometa y a finales de ese mes estará dando vueltas a su alrededor a 20 kilómetros de altura, para descender hasta unos 10 kilómetros a mediados de octubre. Un mes después se acercará aún más al 67P/Churyumov-Gerasimenko para soltar el módulo Philae que descenderá hasta el núcleo del cometa. Allí, este artefacto de cien kilos debe funcionar al menos durante una semana con la energía de sus baterías, y luego hasta tres meses con sus paneles solares comentaron los expertos. El lugar de aterrizaje se decidirá con los mapas de la superficie del núcleo cometario que se irán realizando con los datos que envíe la nave Rosetta a partir de agosto.
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