Se busca currículo global
Las multinacionales piden experiencia en otros países y saber idiomas Es importante reciclarse en el mundo digital, donde crecen las nuevas profesiones
¿Garantiza el empleo ser titulado en ingeniería, matemáticas, informática o física? El río de profesionales españoles con titulaciones técnicas dirigido a los mercados de Alemania, Bélgica o Reino Unido no siempre culmina en un trabajo acorde a su formación. Esta situación aumenta el desaliento entre los jóvenes españoles: más de la mitad están en paro (dobla la media europea) y se han lanzado al subempleo. A pesar de ello, solo el 11% de los 500 bachilleres españoles encuestados por la universidad internacional Shiller antepondrá la salida profesional en la elección de estudios, y el resto elegirá lo que le gusta. ¿Obtienen el trabajo deseado?
Se requieren comerciales expertos para alentar la vuelta al consumo
Los universitarios españoles desempleados están firmando contratos temporales, media jornada, de camareros, reponedores de almacén o dependientes. Asempleo, la mayor asociación de agencias privadas de empleo, indica que uno de cada cuatro ocupados está sobrecualificado (sobre todo en hostelería y comercio), mientras un 15% está infracualificado en trabajos ligados a la industria (más en la manufacturera) y a la construcción. El mayor desajuste se produce entre los trabajadores cualificados del sector agrario: siete de cada diez carece de la formación acorde a su empleo.
La ecuación es anterior a la crisis, el desajuste entre la oferta y la demanda laboral en España es estructural. El sector periodístico, por ejemplo, está en reconversión desde hace 12 años con cientos de cierres de medios, pero cada año se licencian miles de periodistas (2.900 en 2012) cuando hay 50.000 en ejercicio y 6.500 en paro, más los licenciados que nunca han ejercido la profesión.
Informes y estudios concluyen la necesidad de formarse para trabajar, pero de una forma distinta a la realizada hasta ahora. El portal de empleo QueSabesHacer.com (30.000 usuarios registrados) informa de que los 10 perfiles más ofrecidos por los parados son para trabajos de baja cualificación; ni un 4% recibe ofertas. El perfil más demandado es el de comerciales, siempre lo es, y las empresas los querían con un alto grado de especialización para realizar ventas muy difíciles en la dureza de la crisis. Ahora prefieren comerciales muy experimentados para alentar la lenta vuelta del consumo. Más alejado queda un segundo grupo de demandas de administrativos, cocineros, esteticistas o diseñadores gráficos que pueden ser cubiertos por titulados en Formación Profesional. Enrique García, socio de McKinsey, considera clave el papel de estos estudios para habilitar a los jóvenes en el empleo. En países como Austria, los estudiantes cursan Formación Profesional al alimón con carreras universitarias.
La mayoría se decanta por la carrera sin tener en cuenta las salidas
“El problema de la formación en España tiene varias aristas. No puede ser que la mitad de los jóvenes se equivoque en su elección. Va menos gente de la debida a Formación Profesional porque está socialmente estigmatizada, y la mayoría de los alumnos estudia lo que le gusta sin conocer las salidas laborales, algo de lo que deberían informar los centros docentes. Algunas carreras tienen tan escasas salidas que apenas los mejores encuentran trabajo, y estudiar así es un lujo porque los jóvenes se forman para ejercer su profesión”, asegura Mikel Larreina, vicedecano de la Facultad de Administración y Gestión de Empresas de Deusto Business School. Enrique, reponedor en un gran almacén, volvería a cursar la licenciatura en Historia y los dos másteres realizados. “Es mi vocación, y no imaginaba la escasez de salidas porque nadie nos lo dijo en el instituto, nos sentimos estafados. Yo sigo buscando otros caminos porque no he tirado la toalla, pero amigos míos se han quedado en casa deprimidos”, explica.
Deusto Business School tiene una tasa de colocación superior al 90% debido a su especialización en el nicho de administración de empresas. “Suelen venir alumnos sin vocación definida, y con muchas ganas de trabajar. Algunos optan por el doble grado para abrir el abanico”, explica Mikel Larreina. La indefinición vocacional es generalizada. Las multinacionales son las empresas preferidas para trabajar según un estudio realizado por Randstad en 23 países, y la prioridad en la elección son las condiciones económicas, muy por delante de la seguridad laboral, y muy lejos de los motivos profesionales. También en España, donde las oportunidades internacionales apenas se valoran para elegir empresa, y esa actitud cercena posibilidades laborales.
Los expertos coinciden en que la FP necesita más alumnado
“Profesiones de escasas salidas cobran auge con el apellido internacional. Pero no basta con hablar inglés y conocer la cultura profesional de otras naciones, hay que realizar parte de la formación en varios países para tender puentes en ellos. El mundo es global y las empresas demandan empleados que sepan moverse con soltura en varios mercados”, asegura Manuel Alonso, presidente de Shiller, universidad estadounidense con campus por todo el mundo. Coger la maleta no es solución para trabajar en el exterior, se aconseja hacerlo para responder a ofertas concretas, o ir a sitios ya conocidos.
Los alumnos de universidades privadas con campus en varios países deben rotar entre ellos. Los de las públicas pueden acudir al intercambio entre universidades, es la asignatura pendiente en casi todas, y el Gobierno ha recortado las becas Erasmus. Otra forma de asegurar el empleo es cursar estudios en la universidad de la región con mayor demanda para tender puentes con las empresas. “Turismo internacional en Florida, por ejemplo, tiene la primera industria de cruceros del mundo. Al sur de Alemania siempre hay demanda de ingenieros para la industria de la automoción. Quienes no tengan dinero que lo busquen con préstamos o trabajando, es más barato que invertir en una profesión que nunca se ejercerá”, insiste Manuel Alonso.
En un estudio de McKinsey, las empresas europeas denuncian la imposibilidad de cubrir plazas en varios países por no encontrar la oferta adecuada. ¿Qué le toca cambiar a la universidad española? La rectora de la Universidad Europea de Madrid, Águeda Benito, aconseja reducir la brecha entre universidades y empresas, ya antigua. “Es imprescindible aumentar el diálogo para conocer las necesidades empresariales, potenciar sus demandas en los estudios incluso con nuevas titulaciones, e informar a los jóvenes para que elijan mejor”, indica.
A pesar de un cambio pedido a gritos, incluso desde dentro de las universidades, las campanillas de algunas titulaciones españolas traspasan fronteras. “Es verdad que la universidad privada sabe tender puentes empresariales a sus alumnos, pero seguimos teniendo grandes universidades públicas con titulaciones de mucho prestigio, como son las ingenierías. Las multinacionales siguen viniendo a España a contratar ingenieros, aunque también los hay en paro”, cuenta Alex Jané, team leader de Randstad Professionals, que ha colocado ocho ingenieros de proyectos, fundamentalmente mecánicos y de automatización, en una empresa holandesa durante 2013. “Me piden ingenieros de nicho —cada año salen nuevas especializaciones— o industriales porque son los polivalentes de la ingeniería”, puntualiza.
“Las multinacionales vienen a España a contratar ingenieros”, dice un experto
“Multinacionales afincadas en España se llevaron las áreas de administración y finanzas a la matriz con la crisis, con los consiguientes despidos. Ahora empiezan a contratar a este tipo de perfiles para volver los departamentos en España”, cuenta Pablo Urquijo, director general de Experis Perm, la empresa especializada en selección de talento y directivos de Manpower. El talento y capacidades personales como la gestión del cambio, la capacidad de aprendizaje o buena capacidad de comunicación se han puesto de moda, y a las empresas no les cuesta formar a recién licenciados con estas cualidades cuando no encuentran perfiles altamente especializados.
Imprescindible un altísimo nivel de inglés, y siempre tendrán salidas las filologías de idiomas difíciles de hablar de países importadores o exportadores como Rusia, China, Japón o Corea. “Mejor si se complementan con estudios de marketing o administración de empresas, aunque sea un máster”, aconseja Pablo Urquijo.
El 'coaching' de los estudiantes
Pedro Palao Pons, coach de TISOC Coaching, da las claves para dirigir al estudiante en un camino de éxito personal.
- La educación de los padres es fundamental, deben preocuparse en formar a personas, y encaminarles hacia sus competencias reales. Huir de crear profesionales o clones de sus aspiraciones.
- Los padres deben valorar las motivaciones de los menores en el aprendizaje porque no están preparados para escoger, pero darles dos opciones guiándoles con un plan de acción de dos o tres años.
- Tras realizar una opción, deben ir a muerte a por ella. Si se han decidido por la universidad deben sacar la mayor nota en selectividad para poder elegir, y después parar para pensar en una posible reorientación.
- Las aficiones o los sueños no pueden quedar fuera del camino de la carrera ni del trabajo porque se puede querer cambiar en unos años.
- Ni todo es bueno, ni todo es malo. En cada situación se debe realizar un feedback sobre nosotros mismos con tres preguntas positivas. Si hay un suspenso en selectividad, por ejemplo, preguntarnos sobre las tres cosas que hemos hecho bien, y sobre nuestras tres mejores competencias para reorientarnos sobre ello. Nunca hablar de errores para no mediatizar.
- En un trabajo inadecuado debemos preguntarnos sobre los valores aprendidos. El trabajo permite vivir, y se debe invertir en nosotros mismos asistiendo a congresos o investigando sobre lo que hemos estudiado, si es nuestra vocación, puede ser nuestro hobby. Hay que fomentar el desapego de las cosas, los cargos y el trabajo. Eliminar las creencias limitantes de incapacidad de hacer algo, o de poder con todo. Conocer nuestras competencias y limitaciones reales.
- Es bueno formarnos en nuestra vocación pero siendo realista en las salidas profesionales. Pensar que vamos a trabajar en algo de escasas salidas porque somos los mejores es una creencia limitante. Abrirnos a la formación profesional, mal vista en España y al contrario en Estados Unidos o Alemania. Fomentar la movilidad y quitar apegos. Vivir el presente en vez de inventarnos el futuro porque la sociedad es cambiante.
El mundo se está volcando en Internet, y las empresas han puesto el apellido online a todos sus departamentos. “Se necesitarán expertos en e-commerce, responsables de marketing online, gente que haga la estrategia de la empresa en Internet. El mundo big data demandará expertos, igual el de la televisión digital y el de las aplicaciones, y los informáticos estarán bien posicionados para atenderlos”, indica Noelia de Lucas, directora comercial de Hays. Los mejores expertos en aeronáutica, farmacia, matemáticas y automoción podrán quedarse en España trabajando.
No todo está perdido. Incluso las carreras con menos salidas, como son las de humanidades, podrán reciclarse. “Los abogados deberán especializarse en el mundo online, y tendrán bastante trabajo. Cualquier licenciado en humanidades puede reciclarse digitalmente con un máster, incluso hay grados en formación profesional, como el diseño, que podría ayudarles. Los licenciados en Bellas Artes, que pueden tener salidas en centros de arte y exposiciones, ahora se multiplican”, desgrana Aziz Zagnane, directivo de Lee Hecht Harrison, consultoría de recolocación de Grupo Adecco. La mayoría de las personas del equipo de Zagnane son periodistas reciclados al marketing. Se impone la formación continua.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.