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OBITUARIO

Stuart Hall, mentor de los estudios culturales

El influyente teórico británico de origen jamaicano fundó la revista política de izquierdas ‘New Left Review’

El sociólogo Stuart Hall.
El sociólogo Stuart Hall.DONALD MACLELLAN (GETTY)

Stuart Hall, influyente teórico social de origen jamaicano que fue una lúcida conciencia crítica de la izquierda británica durante más de medio siglo, falleció el pasado 10 de febrero, justo una semana después de cumplir 82 años. Acosado por problemas renales en sus últimos tiempos, hacía pocos años se había sometido a un trasplante de riñón. Hall fue el iniciador de la escuela conocida como “estudios culturales” y fundó la revista New Left Review, uno de los principales órganos de renovación y expresión de la nueva izquierda.

Nació en Kingston, Jamaica, en una familia de orígenes étnicos muy variada. “Éramos en parte escocés, en parte africanos, en parte judíos portugueses... yo era el más negro de la familia”, recordaría Hall en una entrevista. Era una familia razonablemente bien situada, pero marcada por lo que para el autor era una “pigmentocracia” asfixiante. Estudió en una institución de la más rancia raigambre inglesa, el Jamaica College de Kingston, y se vinculó a la lucha anticolonialista.

A los 19 años Hall desembarcó en Reino Unido gracias a la beca Rhodes que obtuvo para estudiar Literatura en la Universidad de Oxford. Se establecería en el país el resto de su vida, viviendo una cultura que conocía íntimamente, pero en la que siempre se sintió como un “familiar extranjero”. Muy pronto, su desencuentro con el rígido ambiente oxoniense le llevaría a abandonar su tesis.

En 1956, acontecimientos de cariz diverso (la invasión de Egipto por las antiguas potencias coloniales e Israel durante la crisis del Canal de Suez; por el discurso secreto de Nikita Jruschov sobre los crímenes de Stalin; y el aplastamiento de la rebelión húngara) sirvieron de catalizador para aproximar diversas corrientes distanciadas de la ortodoxia marxista que querían llevar al primer plano de la agenda política los debates sobre las identidades de raza y de género o las reivindicaciones de grupos sociales tradicionalmente marginados. Bajo la etiqueta de Nueva Izquierda, esas tendencias encontraron su principal altavoz en la New Left Review, que Hall fundó y dirigió hasta que, en 1964, tras la publicación de su obra The popular arts (en colaboración con Paddy Whannel) fue llamado a colaborar en el Centro de Estudios Culturales (CCC, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Birmingham por el fundador y primer director del centro, Richard Hoggart.

Hoggart había acuñado el término “estudios culturales” para referirse a la red de significados a través de los que los grupos e individuos crean sus identidades y se comunican entre sí. El enfoque de Hoggart y Hall, que en 1968 asumió la dirección del CCC, ponía el énfasis en el aparato simbólico de las comunidades y en la canalización de las relaciones de poder. Hall se interesaba fundamentalmente por manifestaciones culturales populares de rango, inferior, cuyo estudio abordaba con herramientas propias de la lingüística, la antropología, la estética y la semiología. Y, sobre todo, le interesaba cómo las relaciones de poder se canalizan y ejercen a través de los resortes culturales de una comunidad. Uno de principales intereses en la perspectiva inspirada por Hall es el estudio de las sociedades multiculturales.

El enfoque de Hall hizo fortuna en el mundo universitario, fundamentalmente anglosajón, dando lugar a una explosión de departamentos y centros dedicados a explotarlo, así como a una frondosa literatura, que no raras veces cae en extremos absurdos de los que Hall se distanció con ironía o hastío (“Si tengo que volver a leer otro estudio cultural sobre Los Soprano, tiro la toalla”, comentó).

En 1979, Hall dejó el CCC al hacerse cargo de la cátedra de Sociología en la Open University, institución similar a la UOC o la UNED españolas, aunque abierta a alumnos sin previa cualificación académica. Ese mismo año acuñó el término thatcherismo (cuatro meses antes de que la victoria electoral de Thatcher transformara el mapa político, no solo en Gran Bretaña) para referirse al populismo autoritario de la Dama de Hierro. Hall veía prescientemente en ella la encarnación de lo que Hegel llamaba “individuos de la historia universal”, figuras que encarnan fuerzas que les trascienden y que transforman sus sociedades. Tampoco ahorró sus críticas a Tony Blair y el Nuevo Laborismo, que en un principio había despertado sus esperanzas.

Tras jubilarse en 1998 de la Open University, Hall dedicó sus últimos años a diversos proyectos artísticos. Una película de John Akomfrah estrenada el año pasado en el Festival de Sundance, The Stuart Hall project, basada en una instalación artística que también le tuvo como protagonista, glosa la figura del influyente y polifacético teórico social británico-jamaicano.

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