El Niño podría traer lluvias a una seca California a finales de año
Los expertos creen que el fenómeno atmosférico podría volver este año e incrementar la temperatura del planeta en 2015
Una de las más poderosas influencias en el clima de la tierra, El Niño, lleva dormido dos años, pero los científicos han observado - basándose en modelos informáticos - que está despertando y podría visitar la costa del Pacífico el próximo otoño.
De hecho, el National Oceanic and Atmospheric Administration’s Climate Prediction Center acaba de activar su sistema de alerta, El Niño watch. Este aviso se concreta en que las condiciones en el Pacífico son favorables para que El Niño tenga un 52% de probabilidades de formarse entre el próximo verano y otoño.
Aunque los expertos señalan que es demasiado pronto para predecir con seguridad si nos va a visitar El Niño, su paso – apuntan - traería lluvias para California y el sur de los EE UU, mitigaría la temporada de huracanes del Atlántico e incrementaría la temperatura global del planeta en el 2015.
El ciclo de El Niño tiene lugar entre cada dos y siete años cuando las suaves corrientes de viento en el Pacífico originan el calentamiento del agua a lo largo de la costa suroeste de Sudamérica. Ello genera tormentas en la parte tropical este del Pacífico, cambiando los vientos y alterando el comportamiento de las precipitaciones en todo el planeta.
No obstante, tal y como evidencian los datos del National Climatic Data Center, el comportamiento de El Niño es irregular. De los seis inviernos en que El Niño se formó desde 1950, cuatro trajeron consigo lluvias por encima de la media habitual y dos por debajo (entre 1965-66 y 1991-92). Lo cierto es que se asocia con lluvias, al contrario que La Niña- el ciclo que le sigue- caracterizado por enfriar el agua y traer sequía.
La última vez que El Niño se adentró en el Pacífico fue en el 2009-10, un episodio moderado seguido por La Niña. Durante los dos últimos años, las condiciones en la parte este tropical han permanecido en un estado intermedio, ni frías ni cálidas. Los expertos las denominan “la nada”.
Sin embargo, Mike Halpert, director del Climate Prediction Center, apunta que “los científicos han observado un calentamiento de las aguas de la superficie, muy impresionante. Y, además nuestros programas informáticos apuntan en la misma dirección”.
El último episodio fuerte que se recuerda de El Niño fue en 1997-98, que supuso lluvias un 200% por encima de las precipitaciones habituales en el sur de California. Las consecuencias fueron inundaciones que causaron daños por importe de más de 550 millones de dólares, tormentas muy intensas que golpearon la costa y deslizamientos de tierra. 1998 fue uno de los años más calurosos que se recuerdan.
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