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“Debemos enseñar a los estudiantes a no creer todo lo que aparece en Facebook”

Con 20 años de experiencia a sus espaldas, Nik Peachey ayuda a profesores de todo el mundo a adaptar el actual modelo de enseñanza a la era tecnológica

El británico Nik Peachey, la semana pasada en Madrid, donde participó en un seminario sobre impartir clase usando las nuevas tecnologías.
El británico Nik Peachey, la semana pasada en Madrid, donde participó en un seminario sobre impartir clase usando las nuevas tecnologías.SANTI BURGOS

El británico Nik Peachey lleva más de 20 años vinculado a la educación. Ayuda a profesores de universidades y centros de enseñanza de todo el mundo a adaptar el actual modelo de enseñanza a la era tecnológica, en la que los estudiantes se manejan mucho mejor con las pantallas que sus profesores. Su entusiasmo por las nuevas tecnologías le viene de su época de mal estudiante y músico callejero, a la que dio la vuelta formándose en tecnología en un ciclo online.

Peachey recaló en Madrid la semana pasada para impartir una conferencia en el British Council sobre el reto que plantea a los profesores la nueva generación de estudiantes, zambullida en lo digital.

Pregunta. ¿Está cambiando la tecnología la forma de enseñar y el aprendizaje?

Respuesta. La tecnología está cambiando la forma en la que nuestros niños y adolescentes aprenden y acceden a la información. Son mucho más hábiles para hacer varias tareas a la vez de lo que yo era cuando era adolescente, incluso ahora. Para mí es una locura, algo imposible, pero no para ellos, y eso está influyendo en cómo aprenden.

Cuando los estudiantes entran en una clase con sus teléfonos inteligentes y sus iPads, el profesor no es capaz de captar su atención cuando habla. Se les pide que los apaguen, pero habría que incluir estos dispositivos en clase y utilizarlos para atraerlos de forma diferente, que hagan algo más que solo escucharle.

P. Meter la tecnología en el aula

R. Sí, creo que debemos dejar de usar papel y empezar a manejar formatos digitales, los estudiantes saben utilizarlos y están acostumbrados a ellos, son buenas herramientas para comunicarse.

P. ¿Sirven para aprender? ¿No estarán sobreestimulados los alumnos?

R. Puede ayudarles a acceder a una enorme cantidad de información, hay que enseñarles a llegar a ella de forma que les ayude, no que los arrolle. Los estudiantes están acostumbrados a usarlos para chatear con sus amigos, mandarse fotos, mirar vídeos, pero eso no ayuda a su educación, lo que necesitamos es utilizar la tecnología como material educativo. El problema es cómo procesar la información, cómo encontrar la que necesitan, que no tomen por verdadero lo que ven en Facebook.

P. ¿Cómo están manejando los profesores su menor conocimiento digital que el de sus alumnos?

R. No están preparados, les está costando. Los profesores son muy entusiastas respecto a la tecnología y quieren usarla, el problema es la infraestructura. Cuando usan Internet en clase no saben qué va a suceder porque aunque muchas escuelas han invertido en hardware y tecnología, no lo han hecho lo suficiente en banda ancha, así que cuando empiezan a usarlo va lento o se para. Para el docente es una amenaza que las cosas puedan salir mal, y eso les asusta, porque ellos tienen el papel de “yo tengo la información y tú eres el que aprende”, y los estudiantes saben más de tecnología que los profesores. Se necesita más formación, no se puede esperar que aprendan por sí mismos en su tiempo libre a saber qué hacer con ello, especialmente cuando hay un problema y no hay nadie para solucionarlo. No pueden depender de que la red funcione.

En el aula debemos dejar de usar papel y empezar a manejar formatos digitales. El alumnado sabe utilizarlos y son buenas herramientas para comunicarse”

P. ¿Hay un problema de adicción de los alumnos a Internet y las nuevas tecnologías, influye en su aprendizaje?

R. Yo estoy muy apegado a mi móvil, no salgo de casa sin él, suelo viajar mucho y me quedo en hoteles. Si me despierto en mitad de la noche preguntándome dónde estoy, ahora también me pregunto dónde está mi iPad, porque siempre lo llevo cerca de mí. Para mi hija de 15 años es igual, lleva su teléfono a todas partes. Debemos desarrollar un código social de cómo y cuándo usar estos dispositivos; por ahora son muy nuevos en nuestras vidas y es fácil que nos controlen, por eso debemos saber lo que es socialmente aceptable, también en nuestras casas, y decidir cómo incluirlos en nuestras vidas.

P. Antes hablaba de la forma pasiva en la que aún hoy los estudiantes aprenden. ¿El reto es incluir las redes en el aula o cambiar el modelo de enseñanza hacia otro en el que los estudiantes puedan participar más?

R. Tiene mucho que ver con el sistema, tenemos un sistema de educación que no ha cambiado desde hace 200 o 300 años, desde la invención del libro. Platón o Sócrates decían que el libro mataría la educación porque ya no sería interactiva, era un conocimiento pasivo el no poder cuestionar un libro. Quizá ahora aprobarían más Internet porque permite cuestionarlo, puedes interactuar, y eso tiene implicaciones en todo el sistema educativo.

P. ¿Cuál es el papel de la tecnología en esa nueva forma de enseñar?

R. Simplemente les conecta con la información, que es lo que sigue siendo importante. El formato realmente no importa, y además variará, pero lo que permanece es la información y el conocimiento.

P. Con la rapidez a la que cambian tendencias y aplicaciones, ¿cuál es la prioridad ahora para los profesores?

R. Enseñar a los estudiantes a ser críticos con la información, no aceptarla solo porque el profesor lo dice o porque lo han leído en Facebook; deben ser críticos, pensar en cuánto tiene esa información de genuina. Sabemos por la historia que los Gobiernos siempre la han manipulado. Ahora cuestionamos más eso, y es algo bueno que nuestros hijos y estudiantes crezcan cuestionando las cosas.

P. ¿El modo analógico está pasado?

R. A veces me comunico más con mi hija a través de Facebook que si estoy con ella en la misma habitación.

P. ¿Y eso es algo que uno debería plantearse?

R. No lo es, puedo comprender la inquietud. He visto fotografías de una familia en una habitación cada uno con un iPad o un teléfono inteligente, y todos sentados mirando sus pantallas, y ninguno se habla, pero lo que está pasando en esa habitación es mucho más complejo. Si cinco personas están en una habitación viendo el mismo programa de televisión, pasivas, no están interactuando entre ellos. Pero si ese grupo de gente está mirando sus tabletas, pueden estar viendo diferentes cosas y contándoselas entre ellos a través de Facebook, o a sus amigos de otros países, hay mucha más comunicación en esa habitación porque dentro de ella está el mundo entero, no solo cuatro personas mirando la televisión, y eso es bueno. Dicho esto, sigo hablando con mi hija a veces.

El profesorado no está preparado para manejar las nuevas tecnologías en clase. Se necesita más formación, no se puede esperar que aprendan en su tiempo libre”

P. ¿Todo es enseñable con tecnología y desde cualquier edad?

R. Hay cosas que se pueden aprender online y otras que solo se pueden aprender en el mundo físico, pero sobre a qué edad empezar no veo ninguna razón por la que no se pueda empezar inmediatamente, especialmente si lo haces acompañado por tus padres. Los padres pueden leer libros con sus hijos en un iPad, ¿por qué no?, o pueden buscar libros para leer con ellos y ayudarles con las palabras, hay muchas cosas que se pueden hacer desde una edad muy temprana.

P. A cierta edad, los niños admiran a sus profesores, y eso los lleva al mundo, ¿está cambiando ese rol con la tecnología?

R. Es un tema interesante. En la escuela primaria, los niños hasta los 10 años piensan que el profesor es maravilloso. Todos levantan la mano para responder a sus preguntas. Y, de repente, a los 11 o 12 años, el profesor hace una pregunta y están de brazos cruzados. Lo que ha cambiado no son los niños, sino cómo les enseñamos.

Cuando están en la escuela primaria, aprenden con el juego, la curiosidad y haciendo cosas, pero cuando llegan a secundaria deben estar quietos, estar dentro de la fila, escuchar y anotar lo que el profesor dice, se les empieza a examinar y decidimos lo que deben saber. Hay que parar eso en la educación secundaria y en la universidad, debería parecerse más a primaria, mantener viva esa curiosidad e interés por el mundo. Con la tecnología, podemos dar rienda suelta a esa curiosidad y los estudiantes pueden buscar y aprender cosas por ellos mismos, y pueden jugar como lo hacían en sus primeros años de enseñanza.

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