España recela de la vacuna de la gripe A
La OMS y la UE recomiendan que se inmunice al 75% de los mayores de 65 años Solo la solicita el 57% de la población con riesgo de sufrir complicaciones
Puede parecer paradójico, pero la pandemia de gripe A que declaró la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2009 hizo un flaco favor a la lucha que desde hace décadas mantienen las autoridades sanitarias contra la reticencia de la población a vacunarse contra la gripe estacional. Las tasas de cobertura en mayores de 65 años, uno de los considerados como grupos de riesgo a los que se aconseja inmunizarse, han caído en España desde cerca de un 70% hasta el 57,7% que recoge el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, en sus siglas en inglés) en su último informe, publicado hace unos días. Ni España ni ningún otro país europeo, salvo Holanda, han conseguido llegar al objetivo del 75% de cobertura vacunal que recomiendan tanto la OMS como el Consejo de la Unión Europea.
“No es que estemos teniendo más casos de gripe, ni que sea más agresiva o diferente de otras; lo que sucede es que tenemos menos población vacunada”, explica Tomás Pumarola, virólogo y miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). “La pandemia de 2009 hizo bastante daño. Esperábamos un virus aviar altamente virulento y apareció un virus porcino menos agresivo, lo que generó un cierto escepticismo”, subraya.
Este experto insiste en la importancia de vacunarse de la gripe estacional todos los años. Sanidad recomienda la inmunización a determinados grupos de población, bien porque son personas con alto riesgo de sufrir complicaciones en caso de padecer la gripe, bien porque están en contacto con ellas y pueden transmitírsela. Se trata de mayores de 65 años, enfermos crónicos cardiovasculares o pulmonares, diabéticos, embarazadas y trabajadores de centros sanitarios. La gripe afecta cada año a entre un 5% y un 15% de la población española.
Dudas sobre la epidemia
- ¿Qué virus está circulando? En esta temporada las infecciones gripales se están produciendo mayoritariamente por el virus de la gripe A (H1N1). Los virus que están circulando en el mundo son dos A, el subtipo A (H1N1) y el AH3, y un virus de la gripe B. El A (H1N1) emergió como un virus nuevo para el ser humano en 2009 y desplazó la circulación del resto de los estacionales, lo que provocó una pandemia mundial. Cuando terminó, este virus se ha convertido en estacional y circula con otros subtipos.
- ¿Es este año peor que otros? Hasta la semana pasada la "onda epidémica" se manifestaba con "características moderadas desde el punto de vista de su presentación en el tiempo e intensidad, en comparación con temporadas gripales previas", según el Centro Nacional de Epidemiología, que sin embargo avisa de que el virus A (H1N1) se asocia normalmente a un mayor número de infecciones graves que requieren hospitalización e ingresos en UCI por las complicaciones generadas.
- ¿Es normal que haya fallecimientos? Todos los años se producen fallecimientos de personas contagiadas de gripe. El Instituto Nacional de Estadística (INE) registra como directamente atribuibles entre 200 y 600 defunciones cada año, pero se calcula que en realidad influye en unas 3.000, porque agrava patologías previas. En 2011, último año del que tiene datos detallados el INE, los fallecimientos fueron 214. En 1998 se registraron 620.
- ¿Cómo se previene? Los expertos recomiendan, además de las medidas higiénicas básicas para evitar contagios, la vacuna para las personas que forman parte de grupos de riesgo. Lo son los mayores de 65, enfermos crónicos, embarazadas y trabajadores sanitarios o de geriátricos.
Conseguir una tasa de vacunación del 75% en mayores de 65 años no solo es un objetivo de la OMS para 2015. También se lo propuso en 2009 el Consejo de la UE, que transmitió a sus miembros la necesidad de mejorar las políticas y campañas de vacunación. El informe del ECDC señala que en la mayoría de los países europeos aún se está lejos de esa cobertura, pero recoge que al menos han podido identificar qué es lo que está fallando: baja percepción de riesgo, en especial del riesgo a contagiar a los demás; miedo a posibles efectos secundarios; dudas sobre la efectividad de la vacuna; información engañosa en los medios y finalmente el desconocimiento general de lo que es la gripe y la vacunación.
“Pese a que todas las coberturas vacunales se resintieron en los primeros años después de la pandemia, las tasas de inmunización de la gripe no son malas en España”, opina Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad. “No se han conseguido coberturas tan altas como sería deseable, pero se va mejorando. Es un proceso largo. Se trata de una enfermedad que durante mucho tiempo se pensó que era algo normal, que había que pasarla y nada más. Poco a poco va calando que el objetivo de la vacunación es fundamentalmente reducir la probabilidad de complicaciones en personas frágiles”, añade.
“Es fundamental concienciar a la población. En España más del 70% de los pacientes hospitalizados por un cuadro grave de gripe no fueron vacunados, por lo que bajar este porcentaje, sobre todo en los grupos que presentan mayor riesgo, cobra mucha relevancia, no solo para prevenir, sino también para reducir el riesgo de contagio”, insiste Pumarola. “Es importante tener claras dos cosas: la vacuna no protege al 100%, pero quien la pase estando inmunizado difícilmente sufrirá complicaciones”.
Los datos del ECDC muestran también que las tasas de vacunación entre el personal sanitario son muy bajas. En España, por ejemplo, han bajado del 32,4% de la temporada 2009-09 al 24,7% en la última que recoge el estudio, 2011-12. La recomendación del Consejo de la UE incluía la petición a los Estados miembros para que realizaran campañas entre sus trabajadores sanitarios. “Debe concienciarse a los trabajadores de la atención sanitaria del peligro concreto al que se enfrentan sus pacientes más vulnerables. Asimismo debe concienciarse a los trabajadores de la atención sanitaria sobre su responsabilidad en el asesoramiento adecuado a sus pacientes sobre la vacunación”, señala el texto de 2009.
“En algunos hospitales las tasas de vacunación de su personal rozan el 30%, a pesar de que se hacen esfuerzos de concienciación y campañas muy agresivas”, señala Pumarola. “Es un problema, porque no solo pueden transmitir la infección, sino que su actitud se contagia a la población”, añade. Si los trabajadores sanitarios están más informados que la población general sobre la gripe y las vacunas, ¿por qué son más reticentes a inmunizarse? Pumarola afirma que le gustaría conocer la respuesta. “Entonces tendríamos el remedio”.
Las campañas de vacunación ya han terminado en las comunidades autónomas, tal y como recordó el jueves pasado el Centro Nacional de Epidemiología. La vacuna necesita al menos dos semanas para ejercer su máximo efecto protector, continúa este organismo, pero dado que la onda epidémica de esta temporada durará previsiblemente entre seis y ocho semanas más, las personas con riesgo de complicaciones que aún no se hayan vacunado pueden solicitarlo en sus centros de salud. En muchos de ellos aún está disponible la vacuna, aseguran desde el Ministerio de Sanidad.
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