SNS: diagnóstico y propuestas de avance
Hay que eliminar bolsas de ineficiencia y aprender de otros
La sanidad es el servicio público más utilizado y valorado por los ciudadanos y el que consideran que más justifica los impuestos que pagan. Al mismo tiempo, los ciudadanos manifiestan que es aquel del cual se hace peor uso y el que mayor margen de mejora tiene. Esta percepción encaja a la perfección con la identificación de rigideces y problemas de adaptación del Sistema Nacional de Salud (SNS) a un entorno que ha cambiado sustantivamente. La negativa en el pasado a acometer reformas compromete seriamente la capacidad del SNS para responder al futuro. El Sistema Nacional de Salud está siendo uno de los estabilizadores sociales clave para que la crisis no derive en una crisis social de gran magnitud en España. Pero en épocas de crisis, los objetivos socialmente deseables quedan excluidos de la agenda política: lo urgente suele eclipsar a lo importante.
En estos momentos de tribulación, se debe subrayar que el contrato social establecido entre los ciudadanos y sus representantes y entre los profesionales sanitarios y sus pacientes es sólido, y cualquier duda sobre él debería exponerse a un intenso debate social y parlamentario. Ello no implica que el sistema sea inmutable. En un contexto de ingresos públicos reducidos y escaso o nulo margen para incrementar la deuda, un imperativo será lograr un mejor desempeño con menos recursos. Porque menos de la misma manera conllevará, seguro, una erosión en la calidad del sistema y en nuestras condiciones de salud. Se necesitan nuevas reglas y prácticas que afronten los problemas presentes y de futuro. La negativa a acometer reformas compromete su solvencia en los próximos años.
Para afrontar estos retos, la Asociación de Economía de la Salud (AES) ha elaborado un documento de trabajo —Sistema Nacional de Salud: diagnóstico y propuestas de avance— que reúne las aportaciones de un nutrido grupo de expertos del ámbito de la economía de la salud y la gestión sanitaria. El trabajo pretende tomar el pulso del SNS sobre una base objetiva y atendiendo a parámetros científicos, y poner encima de la mesa más de 150 propuestas de mejora del sistema sanitario en España. En último término, la solvencia de nuestro sistema sanitario pasa por apoyarnos en sus fortalezas, pero también por eliminar bolsas de ineficiencia, aprender de experiencias ajenas, pero aplicarlas con inteligencia y realismo en nuestro medio, apelar al liderazgo y compromiso de los profesionales sanitarios y favorecer la participación ciudadana, tomar decisiones informadas y cultivar la evaluación de nuestras políticas.
Juan Oliva y Marta Trapero-Bertran escriben en nombre de la Junta Directiva de la Asociación de Economía de la Salud.
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