España repite curso
PISA refleja un estancamiento de más de una década en lectura y matemáticas El alto número de alumnos que van retrasados lastra los resultados
España está más o menos donde estaba hace una década, según los resultados de sus escolares de 15 años en matemáticas y lectura en el informe PISA de la OCDE (algo mejor en ciencias). Se puede decir, simplemente, que es muy difícil mejorar (aunque hay países, como Polonia y Portugal, que lo han conseguido), y que desde luego eso inhabilita las interpretaciones catastrofistas sobre el empeoramiento del sistema español. Pero también puede ser para muchos frustrante ese estancamiento a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho en educación, un tema que se considera crucial para el futuro del país.
Desde 2003 los resultados en matemáticas de los alumnos —25.000 en esta ocasión, un 6,7% de los chicos de 15 años— se han mantenido estables dentro de su mediocridad (484 puntos en las últimas, ocho menos que la media de la OCDE y el puesto 33 de 65 países). Una recta matemática, que se arqueó hacia abajo en lectura y que ahora se mejora hasta llegar al nivel de 2000. En PISA 2012 se consiguen en esta capacidad 488 puntos (481 en 2009), 15 puntos menos que la media. Mientras que en los últimos seis años en ciencias han subido (496 puntos, ocho más que en 2009), aunque siguen quedando por debajo de la media OCDE (501).
“En matemáticas —la capacidad en la que se detienen más— no estamos tan mal. En el grupo de Italia, Estados Unidos o Noruega que deberían supuestamente estar por encima”, cuenta Lorenzo Blanco, catedrático de Didáctica Matemática en la Universidad de Extremadura. “Y la media de la OCDE ha bajado seis puntos”.
¿A qué se debe este estancamiento? Educación incide en la rémora que suponen los repetidores. Un 34% de los chicos a esa edad va retrasado, casi el triple que la media. Sin ellos se alcanzarían los 519 puntos, superando los 506 de la OCDE. Pablo Zoido, analista principal del proyecto, estima que su retraso en conocimientos respecto a la media es de dos años y medio.
Monserrat Gomendio, secretaria de Estado de Educación,achacó en la presentación también estos malos datos al aumento de inmigrantes (tres veces más en una década, un 9,9%). “Un sistema educativo tan rígido no es capaz de lidiar con la diversidad en las aulas”, piensa Gomendio. Blanco sostiene que se debe a una “mala política” de integración de los extranjeros: “En España los resultados en matemáticas de los inmigrantes se mantienen estables, mientras que se ha reducido en 11 puntos en la media de la OCDE”.
Jorge Calero, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona, recuerda el lastre que supone el bajo nivel educativo las generaciones previas: “La reciente evaluación de competencias de la población adulta, también de la OCDE, es esclarecedora en este punto: España, junto con Italia, ocupa los puestos más bajos del ranking”.
Se acentúa el distanciamiento entre los resultados por género. Los chicos ganan en matemáticas (9 puntos más) y ciencias (7 puntos) y las chicas en lectura (29). A Blanco este dato le sorprende: “La tendencia siempre ha sido a reducirse la diferencia. En algunos países, como Islandia, las mujeres ya son mejores en matemáticas”.
Gomendio asegura que los resultados obtenidos no se asocian a una mayor inversión, pues el presupuesto ha crecido un 35% en una década (aunque será un 30% menor en 2014 que en 2010). “Lo que hay que cambiar son las normas de juego”. A partir de un gasto superior por alumno a los 36.600 euros —60.000 en España— Zoido subraya que la inversión no juega peso en los resultados. Pero sí la implicación y formación de sus docentes y la autonomía de los centros siempre que se rindan cuentas. Tampoco condiciona el sueldo de los docentes si este es mayor a 16.000 euros. “España tiene unos salarios por encima”, recuerda Gomendio, que propone “incentivar la promoción”.
La baja formación de las generaciones previas ralentiza la mejora del país
Hasta ahora en España no había grandes diferencias entre los alumnos con escasos recursos económicos y los favorecidos. Pero en la actualidad dentro de los centros les separan 27 puntos —más de medio curso de aprendizaje— cuando hace una década eran 18, aunque otros indicadores de igualdad se mantienen estables. Lo resalta Francisco Imbernón, catedrático de Pedagogía en Barcelona: “Nuestro sistema mejora el rendimiento de los más desfavorecidos, aunque es cierto que los de un mayor bienestar cultural tienen resultados más bajos. Se necesita un análisis más fino para entrever qué es lo que está pasando y no hacer lecturas sesgadas”. Gomendio remachó mucho los datos que considera argumentan la urgencia de una reforma educativa, aunque nazca sin apoyos. Como el alto numero de horas de clases, que no se corresponde con los logros. Por eso motivo considera fundamental el cambio de la LOMCE que obliga a dedicar un 50% del horario lectivo las asignaturas instrumentales. Andalucía, a través de su consejero Luciano Alonso, acusó a Educación de “manipular y empeorar los resultados” para justificar la ley.
Blanco considera que habría que hacer como en Japón, donde se estudia la mitad de contenidos matemáticos. “Nuestros alumnos saben las fórmulas, pero tienen que saber interpretar, entender un gráfico o si es un timo la oferta del supermercado”.
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