China lanza su primera sonda no tripulada con destino al suelo de la Luna
Un vehículo rodante, bautizado 'Yutu' (Conejo de jade), tomará imágenes del entorno
China ha lanzado su primera sonda de exploración diseñada para posarse en el suelo de la Luna. El lanzamiento de la Chang E3, una sonda no tripulada, que lleva un módulo de descenso con un vehículo rodante llamado Yutu, se ha producido a las 18.30, hora peninsular (1.30 de la madrugada del lunes en China), con un cohete Larga Marcha 3B -el más potente de la flota china- desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Xinchang, en el centro del país.
Si todo va según lo previsto, Yutu alunizará dentro de dos semanas y funcionará tres meses, según la agencia Xinhua. Será la primera vez que alguien ha hecho un descenso suave -en el que el vehículo permanece intacto- en la Luna desde 1976, cuando alunizó la misión soviética Luna 24. Estados Unidos es el otro país que tuvo éxito con alunizajes suaves. Su última expedición en la superficie del satélite terrestre fue una visita tripulada en 1972.
Yutu es un robot de color dorado muy eficiente de 140 kilos con seis ruedas, que puede soportar los amplios cambios de temperatura de la Luna.
El lanzamiento marca un hito importante en el programa de exploración espacial chino, que tiene como objetivo hacer misiones preparatorias, crear una estación espacial permanente en 2020 y enviar finalmente a una persona a la Luna la próxima década.
Para el Partido Comunista Chino bajo la presidencia de Xi Jinping, tal hazaña encarna el "sueño chino" de unidad patriótica bajo el gobierno del partido, apoyado por avances tecnológicos y el aumento de su importancia internacional.
Para los ciudadanos del país asiático, el valor propagandístico es enorme y los medios chinos lo están utilizando con entusiasmo. El nombre del robot Yutu, que hace referencia a un mito chino sobre una liebre blanca que vive en la Luna con la diosa lunar Chang’e, fue elegido a través de una encuesta pública. El lanzamiento del cohete fue transmitido en vivo por la televisión china, aunque la audiencia fue reducida debido a la hora del despegue.
“El momento del lanzamiento está marcado por la trayectoria de luna con la tierra, no por propaganda”, dice Chan Kwing-Lam, director del centro de investigación de ciencia espacial de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong. “Los requisitos temporales son muy estrictos, la ventana para el lanzamiento era de un minuto porque el sonar va directamente de la tierra a la luna, sin órbitas alrededor de la tierra como hacen la mayoría de satélites”. Chan añadió que aunque el lanzamiento en sí era relativamente fácil para China, que ya hizo con el Chang E2, el alunizaje es lo que es más difícil. “El descendimiento suave es mucho más arriesgado que entrar en órbita. No hay margen para errores”, dice.
El subdirector del programa de exploración lunar, Li Benzheng, ha descrito la misión Chang E3 como una tarea con grandes riesgos para el programa espacial chino. Pekín ve su programa espacial, de gestión militar, como una muestra tanto de su poder tecnológico y posición global, como del éxito del Partido Comunista para sacar al país de la pobreza. “Más del 80% de la tecnología utilizada en esta misión es nueva, y con tecnología y productos nuevos que llevan a cabo nuevas tareas, definitivamente hay mayores riesgos”, dijo Li.
Esta es la tercera misión lunar de China, y su primer intento de aterrizaje suave en el satélite. La primera misión Chang E, llamada así por una diosa china, se puso en órbita lunar en 2007. La segunda se puso en órbita en 2010 y 2011, y luego continuó en espacio más profundo. El programa espacial del país asiático envió su primer astronauta al espacio en 2003. Desde entonces, ha llevado a cabo cuatro misiones tripuladas y ha puesto en marcha un laboratorio espacial.
Pekín insiste que su programa espacial tiene fines pacíficos, pero el Departamento de Defensa de Estados Unidos quiere evitar que China aumente capacidades espaciales que puedan darle una ventaja estratégica. Pekín dice que compartirá los logros tecnológicos de su programa espacial tripulado con otras naciones, especialmente aquellas en vías de desarrollo, y ofrecerá entrenar a astronautas de otros países.
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