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Fukushima sufre la peor fuga de agua contaminada desde el tsunami

Tepco admite un vertido de 300 toneladas de líquido muy radiactivo desde un tanque de almacenaje La central está desbordada por la acumulación de desechos

Foto: reuters_live | Vídeo: REUTERS-LIVE

Los frenéticos esfuerzos que la central nuclear de Fukushima Daiichi lleva haciendo los dos últimos años para contener los efectos del tsunami se toparon este martes con el peor revés hasta la fecha: la compañía operadora de la central, Tepco, informó de una fuga de agua altamente radiactiva que supone el incidente más grave sucedido en la central desde que, en marzo de 2011, el terremoto provocara el peor accidente nuclear desde Chernóbil. Uno de los tanques construidos a toda prisa para almacenar las ingentes cantidades de agua que se usan para enfriar los reactores ha vertido al menos 300 toneladas de líquido muy contaminado. La filtración, que se evidenció en forma de charcos en los alrededores, seguía activa a última hora, según las informaciones de Tepco.

“Cien milisieverts por hora equivale al límite de radiación acumulada en cinco años de los trabajadores de centrales nucleares; nos hemos encontrado un nivel de radiación tan fuerte que es como darle a alguien una dosis de radiación de cinco años en solo una hora”, explicó en rueda de prensa el portavoz de Tepco, Masayuki Ono. Esta fuga llega pocas semanas después de que la operadora se retractara de declaraciones anteriores y admitiera con retraso el 22 de julio que 300 toneladas de agua radiactiva se vierten al Océano Pacífico cada día, suficiente para llenar una piscina olímpica cada ocho días, desde el tsunami producido por el terremoto de magnitud 9 en la costa noreste de Japón.

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El incidente, que es independiente de las fugas anteriores, es el más grave sucedido hasta ahora, según reconoció Ono y recogió la agencia de noticias japonesa Kyodo. La Autoridad de Regulación Nuclear (ARN) nipona lo ha clasificado como un incidente de nivel uno, el segundo nivel más bajo de la Escala Internacional de Eventos Nucleares (INES). Es la primera vez que el regulador nuclear japonés ha emitido una calificación de este tipo desde el terremoto y tsunami de 2011, al que se le asignó la máxima calificación de siete, la que recibió el desastre de Chernóbil hace 25 años.

Tepco explicó que la filtración proviene de un tanque con agua cuya función había sido enfriar los reactores. La empresa no ha sido capaz de descubrir por dónde se filtró el agua, pero sospecha que lo hizo a través de una junta en el tanque o una válvula. La operadora añadió que, dado que el depósito está a unos 100 metros de la costa, la fuga no ha llegado al mar. El agua se había filtrado en el suelo tras pasar un muro de cemento y una barrera de sacos de arena alrededor del tanque. La ARN ha ordenado un estudio exhaustivo para aclarar las circunstancias de lo ocurrido.

Fuente: Reuters.
Fuente: Reuters.EL PAÍS

El mayor desafío de la central de Fukushima ha sido hasta ahora la acumulación de 400 toneladas diarias de agua contaminada en los sótanos de los edificios de los reactores. Líquido que procede en parte del agua sucia que se ha usado para refrigerarlos y en parte de las filtraciones que llegan desde acuíferos subterráneos cercanos. Los técnicos de la central sacan ese agua bombeándola y la van almacenando en tanques. Al principio, según recogía Reuters, eran de acero, pero el ritmo al que se van acumulando los desechos líquidos ha hecho que ahora lo hagan en tanques cuyas juntas se sellan con plástico: resultan menos robustos, pero son más rápidos de montar. Tepco planea tener suficientes tanques para guardar 800.000 toneladas más de agua para el 2015.

La crisis en cifras

El brutal maremoto que asoló Japón el 11 de marzo de 2011 causó 15.883 muertos y 2.667 desaparecidos, en el peor accidente nuclear que ha sufrido el mundo desde Chernóbil en 1986.

Las autoridades no registraron ninguna víctima mortal directa por el desastre atómico que obligó a evacuar los municipios de los alrededores. Decenas de miles de personas siguen desplazadas.

La tarea de limpieza y desmantelamiento de la central llevará alrededor de 40 años, tendrá un coste de unos 11.000 millones de dólares (8.290 millones de euros) y consecuencias para la salud de los técnicos que allí trabajan.

Aunque el agua contaminada recibe un tratamiento para eliminar algunas de las partículas radiactivas antes de su almacenamiento, altos niveles de otras partículas como el estroncio, que es dañino para el cuerpo humano, permanecen, según la ARN. Muestras de agua de mar tomadas en la bahía cerca de la planta nuclear han mostrado altas cantidades de tritio, una partícula radioactiva, de 4.700 bequerelios por litro, la marca de tritio más alta desde que se inició la toma de muestras, según el diario japonés Nikkei.

Un equipo formado por 12 expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), liderados por el español Juan Carlos Lentijo, visitaron Fukushima en abril pasado en una misión que tenía como objetivo evaluar los esfuerzos para desmantelar la central nuclear. En su informe, publicado el 22 de mayo, trataron la cuestión del almacenamiento de agua contaminada. Recomendaron a Tepco “revisar su estrategia de gestión del agua acumulada y desarrollar un plan exhaustivo” que tuviera “en cuenta las restricciones y los riesgos asociados de la estrategia actual”.

“Se debe prestar atención continua para mejorar la seguridad y la fiabilidad de las instalaciones de tratamiento y almacenamiento de agua”, añadía el informe. Y concluía, que, dada la gran cantidad de material almacenado en tanques, era “de la máxima importancia tener instaladas las medidas adecuadas para detectar fugas de inmediato y mitigar sus consecuencias”. Un responsable de Tepco citado por Reuters afirmó: “No hemos detectado la fuga en un primer momento y tenemos que revisar no solo los tanques sino también nuestro sistema de control”.

La exposición humana a la radiación de moderado o alto nivel puede conducir al cáncer, como la leucemia, según el Comité Científico de las Naciones Unidas sobre los Efectos de las Radiaciones Atómicas, que está a cargo del estudio —se presentará en octubre— más completo de la catástrofe de Fukushima.

El primer ministro japonés Shinzo Abe sugirió recientemente que había perdido la fe en la capacidad de Tepco para manejar esta crisis. El constante fracaso para evitar fugas podría frustrar los intentos de la empresa de reabrir más reactores en Japón. Las fugas también han generado preocupación en el extranjero. Corea del Sur afirmó que ha pedido a las autoridades japonesas que expliquen qué están haciendo para detener los vertidos de agua contaminada al Pacífico.

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