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OBITUARIO

Jean Louis Scherrer, el gurú de la moda que fue despedido como un barrendero

Definió la alta costura francesa de los sesenta y ochenta junto a Saint Laurent y Courrèges

Carmen Mañana
Jean Louis Scherrer, modisto francés, durante la recepción de la Legión de Honor en 2009.
Jean Louis Scherrer, modisto francés, durante la recepción de la Legión de Honor en 2009.CORBIS

Aunque su nombre no sea tan conocido como el de Yves Saint Laurent o André Courrèges, Jean Louis Scherrer (París, 1935) fue también “un artista universal que llevó la bandera de la costura y el pret a porter franceses por todo el mundo”, según puntualizó el ministro de cultura galo Aurélie Filippetti en WWD. Un nombre imprescindible dentro de la historia de la moda que abrió su casa en 1962, el mismo año que los maestros Saint Laurent y Courrèges con los que compartió popularidad y clientela, pese a que su estilo fuese mucho menos experimental. Durante las décadas de los ochenta y los noventa alcanzó el punto álgido de su carrera gracias a sus vestidos de estampado de leopardo y sus faldas de lunares. Piezas emblemáticas que tuvieron gran éxito entre las mujeres de la época además de entre iconos de estilo como Jackie Kennedy, Sophia Loren o Raquel Welch, a las que vistió en múltiples ocasiones. Scherrer murió el pasado 20 de junio a los 78 años en la clínica parisina de cuidados paliativos Jeanne Garnier, tras diez meses de enfermedad, según informó su asistente y mano derecha durante la última década, Guillaume Feugeas.

“Representaba el mundo de la alta costura: el auténtico, el antiguo. Un mundo que ya casi ha desaparecido”, escribía en su Twitter Pierre Bergé, socio empresarial de Saint Laurent durante casi toda su vida.

Además de por su legado estético, Scherrer pasará a las hemerotecas por una frase que resume la tumultuosa historia empresarial de su firma y refleja un sentir más común entre los diseñadores de hoy que entre los de entonces. “Me han despedido como a un barrendero”, declaraba a WWD en 1992, después de que el grupo japonés Seibu, propietario de la firma desde 1990, decidiese reemplazarle por el joven diseñador Eric Mortensen. “Karl Lagerfeld entiende Chanel y hace cosas con estilo. Pero Chanel está muerta y yo no”, reflexionaba el modisto. Stéphane Rolland llevaría las riendas de la casa desde 1998 hasta su desaparición en 2008.

Un triste cierre para una carrera que comenzó con un traspié. El joven Scherrer soñaba con ser bailarín pero después de que una lesión truncase sus expectativas decidió ingresar en la escuela de la cámara sindical de alta costura de París. Dio sus primeras puntadas en Dior, donde coincidió con Saint Laurent. Primero, siendo ambos aprendices, y después, a sus órdenes cuando el inventor del esmoquin femenino fue llamado en 1957 para sustituir al fundador de la casa. Los lazos de Scherrer con Dior se mantuvieron siempre fuertes. Su última salida fue, precisamente, para presenciar el debut de Raf Simons al frente de la alta costura de la maison parisina. Desde entonces, solo abandonaría el hospital para celebrar su último cumpleaños entre amigos.

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