Cronología de otros horrores
Amstetten, Viena, Budapest, São Paulo o Charleroi han alojado otros infiernos
Amstetten, Viena, Budapest, São Paulo o Charleroi han alojado otros horrores. En muchos de los casos, la Policía descubrió a las víctimas tras años de cautiverio. Algunas lograron escapar y denunciar a su captor; otras, no.
El monstruo de Amstetten
Josef Fritzl, un electricista jubilado, mantuvo secuestrada durante 24 años a su hija Elisabeth en el sótano de su casa de Amstetten (Austria), una localidad de 23.000 habitantes. Aunque ninguno de sus vecinos sospechó nunca de él. Fritzl estaba considerado por su comunidad como una persona afable. Nada que ver con el monstruo que era en realidad. Comenzó abusando de su hija cuando esta tenía 11 años. Con 18 la encerró en el sótano, que había construido años antes con esa intención, y le hizo escribir una carta a su madre diciéndole que estaba en una secta y que no la buscase. Hasta 2008 no vio la luz del sol. Como consecuencia de las violaciones, Elisabeth tuvo siete hijos de su padre, que fue condenado en 2009 a cadena perpetua por asesinato, esclavitud, violación, encarcelamiento, asalto grave e incesto. Un informe psiquiátrico aseguró entonces que Josef Fritzl no sufría ninguna enfermedad mental.
Caso Natasha
"Él no era mi amo. Yo era igual de fuerte". Natascha Kampusch fue secuestrada en 1998 con 10 años por el ingeniero Wolfgang Priklopil. El raptor había construido un zulo debajo del garaje de su casa unifamiliar, cerca de Viena, donde la niña vivió ocho años. Durante ese tiempo, Priklopil abusó de ella, la maltrató y la humilló. Pese a lo cual, Kampusch nunca se consideró una víctima de su captor, que se suicidó tirándose a la vía del tren al descubrir que esta había huido. "Él fue una parte de mi vida. Por eso, de alguna manera me entristece su muerte. Naturalmente, es cierto que mi juventud es diferente a la de otros, pero en principio no tengo la sensación de haberme perdido nada. Me he ahorrado algunas cosas, no haber comenzado a fumar y a beber y no haber tenido malas amistades", explicó.
La Natasha húngara
Poco se sabe del caso de esta joven húngara de 27 años, encerrada durante 13 años por su padre, que la sometió a un infierno de malos tratos y repetidas violaciones, además de pegar a la madre, gravemente enferma. Su historia conmocionó a Hungría, en una época en que estaba muy reciente el secuestro de Natascha Kampusch. Su versión húngara fue encontrada por colaboradores del servicio de asistencia social del distrito 9 de Budapest, que fueron llamados a la casa después de que la salud de su madre empeorara. Para entonces, su padre había muerto por lo que no pudieron juzgarle. La joven húngara fue descrita como "una niña de 12 años con canas".
María Aparecida Rosa
María Aparecida Rosa y a sus dos hijas sufrieron durante años las amenazas de Ary Hernández Castijo, un agricultor brasileño, detenido en 2008 acusado de haber mantenido encerrada durante 18 años a su esposa e hijas, de 14 y 6 años, en Pedranópolis, a 563 kilómetros de São Paulo. Durante ese tiempo, las pequeñas apenas pudieron ir a la escuela mientras que su mujer estuvo recluida todo ese tiempo.
Jaycee Lee Dugard
La policía de California resolvió en 2009 la misteriosa desaparición de Jaycee Lee Dugard: una joven, hoy de 33 años, que fue secuestrada en 1991 en los alrededores de su casa en el lago Tahoe, al este de San Francisco. Durante los 18 años que estuvo cautiva, Lee Dugard tuvo dos hijas de su secuestrador, que mantuvo a las tres escondidas en tiendas y cobertizos instalados en la parte trasera del jardín de su casa. El captor fue identificado como Phillip Craig, de 58 años, y se supo que había estado un tiempo en prisión por violación y secuestro y que se encontraba en la lista de agresores sexuales del Estado de California. Junto a él fue arrestada su esposa, Nancy Garrido.
Caso Dutroux
El pederasta belga Marc Dutroux secuestró y violó entre 1995 y 1996 a seis niñas, de las que mató a cuatro en un zulo cerca de Charleroi (Valonia, Bélgica). En el juicio, Dutroux descargó la culpa en el jefe de una supuesta banda mafiosa, que, según dijo, fue quien le encargó los secuestros. Al pederasta se le describió como un hombre manipulador, egocéntrico, histriónico y con afán de notoriedad que secuestraba y torturaba sin piedad a sus víctimas y que actuó con la colaboración necesaria de su exmujer, Michelle Martin, y un toxicómano, Michel Leliévre. Las dos mujeres que sobrevivieron al cautiverio lo hicieron tras sufrir 80 días de secuestro y torturas a la edad de 12 años.
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