Demasiados agujeros que tapar
Un próspero Ayuntamiento vallisoletano cede terrenos a un colegio cercano al Opus Dei junto a un centro público a medio hacer y otro lleno a rebosar
Los jueves los padres de una escuela pública de Arroyo de la Encomienda (Valladolid), abierta hasta 2º de primaria, acuden a buscar a sus hijos con un chaleco fluorescente. En su espalda una petición clamorosa: “Colegio Elvira Lindo 3ª fase ya”. Nació a toda prisa cuando la natalidad desbocada en el pueblo obligó a abrir tres colegios —más el que había— a matacaballo. Según los padres, se presupuestó dos veces que en poco tiempo el centro contaría con un gimnasio, sala polivalente y comedor. Pero a juicio de la Junta de Castilla y León era un proyecto a medio plazo, del que ni siquiera existen planos y que tendrá que esperar a falta de fondos.
Sus hijos están hoy al borde del hacinamiento. En infantil son dos clases por curso, en vez de una, y el año que viene arranca 3º de primaria. ¿Pero dónde? Les queda un cuarto y tienen que llegar a 6º. Tampoco el Kántic@ —con tres clases por curso, en vez de dos— puede ampliarse.
En una escuela faltan medios, comedor, gimnasio y aulas para más alumnos
Los pequeños del Elvira Lindo comen en la sala de psicomotricidad panelada para aislar la cocina. “Se pensó para 40 niños, lo hacen 61 y hay otros 30 eventuales”, se quejan los padres. Hacer dos turnos no es solución. “Son pequeños. No les puedes atosigar para que terminen”, sostiene la directora, Carmen Rojo. Y dos aulas juntas simulan ser un gimnasio.
Si llueve no pueden salir al recreo porque no hay una parte cubierta y solo ocupan un trozo, arreglado por el Ayuntamiento y el profesorado, de este “patio carcelario”, en palabras del Ampa. El resto del espacio está vallado, por seguridad, según los padres, debido al desnivel. “No sé por qué no usan el resto. Este verano, de todos modos, echaremos cemento o gravilla”, se compromete Agustín Sigüenza, director provincial de Educación de Valladolid.
El consistorio calcula que el nuevo edificio costaría 450.000 euros. “Hay otros gastos prioritarios, como arreglar por seguridad si algo se rompe en un colegio”, se explica Sigüenza. Los progenitores no entienden que la Junta vaya, sin embargo, a costear los profesores del Colegio Arenales, próximo al Opus Dei que abre hasta 2º de ESO en septiembre. Quien tenga o quiera pagar 170 euros —los “extras” del concertado— disfrutará pronto de un campo de fútbol 7 de césped artificial, cuatro canchas de baloncesto, pádel, un polideportivo...
El consistorio calcula que el nuevo edificio costaría 450.000 euros
Arroyo cedió a la Junta un solar para un instituto. Ahí quedaron los trámites y este enero adjudicó unos terrenos a la Fundación Arenal, dueña de tres colegios en Madrid. En abril empiezan las obras de un centro con hasta cinco clases por curso y todas las etapas escolares, incluido FP. El PSOE local ha puesto un recurso por entender que el Ayuntamiento no es competente para determinar la construcción. “Estaban de acuerdo con la adjudicación hasta que han sabido que era esa fundación”, se defiende el alcalde, José Manuel Menéndez, que se rodeó de un comité de tres expertos para decidir entre este centro católico y uno laico.
“El concierto no se otorga hasta que haya niños. Se da por unas enseñanzas, no por un proyecto. Así que, por ahora, no es un concertado”, indica el director provincial sobre esta “iniciativa del ayuntamiento”. Y, sin embargo, en la caseta informativa del centro que han visitado 300 familias, lo dan por hecho. “Si se matricula tanta gente entonces no hará falta que mandemos niños en transporte a Valladolid”, advierte Sigüenza.
Algún padre se plantea cambiar a su hijo del Elvira Lindo, pero la mayoría encantada con el proyecto educativo —es bilingüe y en contacto con escuelas de seis países— y el entusiasmo de su profesorado, no piensa tirar la toalla. Recuerdan que la Junta envío 20 libros y que cuentan con 3.000 por donaciones; han reutilizado ordenadores del Banco de España —ahora Educación les ha mandado algunos—; compraron una pizarra digital con la lotería de Navidad... “En cuanto haya dinero dotaremos al centro”, asegura Sigüenza.
Las penurias contrastan con las vacas gordas de Arroyo
Las penurias del Elvira Lindo y el Kántic@ contrastan con las vacas gordas de Arroyo, un pueblo con instalaciones públicas imponentes y una alcaldía tan saneada que pretende bajar el IBI. Su bonanza se explica por el boom inmobiliario de los últimos años al que se suma ahora la apertura de la mayor área comercial en cientos de kilómetros. En 1990 eran un puñado de casas rodeadas de vaquerías; y hoy 17.000 vecinos. Unos 330 nacimientos al año que han saturado los colegios y los servicios de pediatría y ginecología.
El Ayuntamiento, gobernado por un grupo independiente, ha propuesto a la Junta pedir un crédito de cuatro millones para hacerse cargo de las obras —la ampliación del Kántic@ se llevaría 3,6 millones— con el compromiso del gobierno autonómico de devolverlo en el plazo de tres años. Sigüenza no se pronuncia y recuerda que para la administración “es muy difícil seguir un ritmo de crecimiento tal alto”.
“En dos décadas seremos unos 45.000 vecinos. La ciudad más grande de Castilla y León, con Ponferrada, exceptuando las capitales de provincia”, confía el edil, que desea que para entonces la Junta haya inaugurado instituto público. Sino recurrirá a la concertada. “No pongo barreras a la empresa privada”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.