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El transporte automático se asoma a aeropuertos y carreteras

Vehículos eléctricos con guiado óptico y convoyes que siguen a un líder son algunas de las soluciones que se investigan

Unos pequeños autobuses eléctricos que transportan ya a los pasajeros, sin conductor, entre las distintas terminales y aparcamientos del aeropuerto londinense de Heathrow adelantan lo que los expertos creen que será el futuro. Los vehículos funcionan a lo largo de carriles específicos, a demanda de los pasajeros, por navegación óptica siguiendo líneas en el pavimento, y alcanzan los 35 kilómetros por hora. Han sustituido a los autobuses diesel que hacían las mismas rutas.

Estos ciberautomóviles son el primer paso del proyecto europeo de I+D CityMobil , en el que participan 29 socios. La idea es reemplazar los automóviles y autobuses convencionales con vehículos que se utilicen bajo demanda y autobuses semiautomáticos que puedan depender de cables como los de los tranvías y de motores de combustión interna.

“Hemos mostrado que estos vehículos son factibles técnicamente”, señala Suzanne Hoadley de la organización Polis, basada en Bruselas, que es uno de los socios de CityMobil. “Esperamos ver en el futuro un aumento constante del número de sistemas de este tipo que se instalen en Europa”.

CityMobil también ha probado, en Castellón, autobuses híbridos, que siguen una ruta entre la Universidad y el centro de la ciudad. En ellos, los conductores vigilan el sistema de autoguiado y tocan el volante solo en caso de emergencia. El objetivo final es que una persona pueda llamar a un cibercoche a una dirección o parada de autobús, apriete el botón correspondiente a su destino y sea transportada de forma automática por la ruta más rápida.

Los estudios económicos hechos por los investigadores indican que los autobuses automáticos son más baratos que el tren de alta velocidad, utilizan la mitad de energía que los autobuses y un cuarto de la de los coches. Eventualmente podrían utilizarse en carreteras normales. El segmento de población que tiene discapacidad, avanzada edad o no dispone de carnet de conducir representa a posibles usuarios.

Sin embargo, existe otra solución en el horizonte para los conductores que sigan pretendiendo llevar su coche propio, especialmente en viajes largos, de noche o en condiciones meteorológicas desfavorables. Es el llamado convoy o tren vial, que está desarrollando la empresa sueca Volvo junto con otras instituciones y empresas europeas dentro del proyecto Sartre. En formación, los automóviles o camiones circulan detrás de un vehículo que transmite las instrucciones de guiado y frenado, que son seguidas de forma instantánea y automática por los demás. Los conductores pueden dedicarse a cualquier actividad mientras viajan.

Los elementos del convoy se mantienen a una distancia fija entre ellos y pueden alcanzar los 90 kilómetros por hora. Así se demostró este año en una prueba realizada en el circuito de ensayos de Volvo cerca de Gotemburgo. Un camión seguido de tres automóviles, que se mantuvieron a una distancia máxima de seis metros unos de otros, sirvió para confirmar la posibilidad de este tipo de convoyes, aunque todavía hay que solucionar muchos aspectos de la combinación de las variadas y numerosas tecnologías implicadas.

Estos dos proyectos, que acaban de terminar su fase subvencionada, tienen tres objetivos claros, a los que la Unión Europea está dando prioridad: aumentar la seguridad vial, ahorrar combustible y hacer un uso más eficiente de las carreteras. En ambos han participado instituciones y empresas españolas. En el caso de CityMobil, son ENQ, ETRA y la Generalitat valenciana. En Sartre participan Idiada y Robotiker-Tecnalia.

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