“Escribí una letra para Nek sin tener ni idea de italiano”
Ha probado suerte como escritora, actriz y cantante. Ahora prepara una novela
Los recuerdos que tiene Raquel Díaz Reguera (Sevilla, 1974) de su abuela están en los olores, en la calma, en la luz, en la manera de narrar las historias. “Las de ahora, como mi madre, merecen un monumento porque son el pilar fundamental para que la infraestructura familiar de las madres trabajadoras se mantenga”. La autora de Abuelas de la A a la Z, un libro ilustrado, editado por Lumen, retrata a esas mujeres que, después de haber criado a sus hijos, son imprescindibles para cuidar a los nietos. En el libro se encuentran todo tipo de abuelas, desde la contadora de historias hasta la repostera o la gruñona. Porque no todas son encantadoras y dulces con sus nietos.
Esta andaluza polifacética parece sacada del bolso de Mary Poppins. Es ilustradora, compositora, escritora, madre de dos hijos pequeños y una maga en exprimir el tiempo. Su vida empezó a ser un carrusel a los 18 años cuando llegó a Madrid para estudiar Bellas Artes. Autora de las ilustraciones de una decena de libros, le gustaban los escenarios y probó qué era eso de ser actriz, pero no tuvo demasiada suerte. También le sedujo el mundo musical. “Me gustaba ser letrista y no dudé en recorrer todas las discográficas que había en Madrid, con mis papeles en la mano”, cuenta. A los dos meses Universal Publishing y Warner les llamaron a ella y a su hermana Nuria, con quien crea las canciones.
La osadía de la juventud les llevó a escribir letras para el cantante italiano Nek, “sin tener ni idea de italiano”. “Con el diccionario en la mano íbamos creándolas”, recuerda. “Vendió lo invendible. Era el cantante de moda en los años noventa. Luego, han trabajado para artistas como Víctor Manuel, Pastora Soler, Noa, Zucchero, Alba Molina, Alejandro Sanz, Chayanne, Miguel Ríos, Pastora Vega y otros. “Yo que me conocía desde el principio a fin El abuelo Víctor, cuando escuché a Víctor Manuel cantar Donde caben dos, una de mis letras, lloraba emocionada. Me parecía imposible”. Su hermana y ella grabaron su primer disco como integrantes del dúo Maldeamores. “Aquello fue una aventura fallida, no era el momento y no estábamos preparadas para afrontar un proyecto como el que habían creado para nosotras. Lo que me da rabia es no haber estudiado música. Me encantaría saber tocar el piano”.
Reguera ha ilustrado también una decena de libros
Mientras compartimos queso mozzarella con aceite y trufa, hablamos de la crisis que azota a los países mediterráneos y Díaz Reguera deja claro que es todo menos una mujer conformista. “Hay que adaptarse a las circunstancias”, dice. “Quienes vivimos a salto de mata estamos en crisis permanente”. Y eso, subraya, tiene su lado bueno. “Tenemos una ventaja frente a quien tiene un puesto de administrativo y le despiden; los creativos somos capaces de sortear adversidades y vencerlas”, explica. “Dependemos mucho de las cosas que nos piden. Y en ocasiones tenemos mucho trabajo y en otras tenemos que estrujarnos la cabeza para ver qué podemos inventar”.
Ella está ahora mismo escribiendo una novela, de la que no quiere hablar demasiado, y ocupada en inventar historias para sus hijos Pablo y Violeta sobre una mesa camilla.
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