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21 días esperando una ambulancia por una disputa entre autonomías

La Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha tardan tres semanas en resolver el transporte El paciente es valenciano y había sufrido un grave infarto cerebral mientras estaba de viaje

José Gil llega al hospital de Sagunto.
José Gil llega al hospital de Sagunto.

José Gil, de 63 años, ya descansa en la habitación 108 del hospital de Sagunto (Valencia), cerca de casa. Ha tardado en llegar 21 días, el tiempo que las administraciones sanitarias de Valencia y Castilla-La Mancha, en un tira y afloja burocrático-sanitario, han estado discutiendo a cuál de ellas correspondía y en qué condiciones debía llevarse a cabo el traslado en ambulancia de este paciente valenciano. Al final, ha sido la comunidad castellanomanchega la que ha facilitado el transporte sanitario. José estaba ingresado en el hospital Virgen de la Salud de Toledo desde hace dos meses después de sufrir un grave infarto cerebral mientras se encontraba de viaje.

El episodio que ha traído de cabeza a José Gil y a su mujer, Rosario Tejero, arranca con el grave accidente cerebrovascular que sufrió el paciente el 22 de septiembre. Su nieto cumplía seis meses y acudieron a celebrarlo a casa de su hijo en Griñón (Madrid). Allí sufrió un desvanecimiento, seguido de una caída y la sensación de tener rígida la mitad izquierda del cuerpo, recuerda Rosario. Una ambulancia lo trasladó al hospital de Toledo, donde le diagnosticaron el severo infarto cerebral acompañado de un fuerte edema y hemiplejia izquierda.

Dos días después, el 24 de septiembre de madrugada, la situación del paciente se complicó y el equipo médico decidió practicar de forma urgente una craniectomía descompresiva —cirugía que consiste en retirar una parte del cráneo— para liberar la presión de la inflamación cerebral provocada por el hematoma.

La Generalitat ofrecía un vehículo pero sin asistencia sanitaria

Debido a la gravedad del enfermo, la evolución fue lenta. Entró y salió en la unidad de cuidados intensivos por complicaciones relacionadas con una infección. Mientras tanto, como la convalecencia iba para largo, Rosario se alojó primero en una casa de estudiantes en Toledo y, más adelante, en la habitación doble de su marido, a la espera del traslado a Valencia. “Era duro porque estaba casi sin ayuda”, explicaba ayer recién llegada a la habitación del hospital de Sagunto, mientas acomodaba la decena de bolsas de plástico en las que ha traído sus enseres desde Toledo.

Poco a poco, la situación de José se fue estabilizando hasta que el 2 de noviembre los médicos consideraron que su estado era suficientemente bueno como para subir en un transporte sanitario y seguir la recuperación en su hospital de referencia. Pero con reservas. Recomendaron que le acompañara un profesional sanitario por si necesitaba algún tipo de asistencia a lo largo de los 420 kilómetros del trayecto.

Sin embargo, no ha sido hasta ayer cuando José Gil ha podido ingresar en el hospital de Sagunto, el más cercano a su domicilio, tres semanas después de que los médicos autorizaran y solicitaran el traslado. Y todo por la controversia que durante este tiempo ha mantenido la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha sobre quién ponía la ambulancia.

La Junta dice que la responsabilidad es de la región de origen del paciente

“Desde el hospital de Sagunto se ha ofrecido transporte desde el momento que fue solicitado, dentro de las condiciones legales establecidas”, explican desde la Consejería de Sanidad valenciana. Esas condiciones, en contra de lo que pedían los médicos de Toledo, excluían el desplazamiento de personal sanitario. La Generalitat ofreció una ambulancia, pero solo con conductor, ya que “el transporte sanitario está diseñado para atender pacientes susceptibles de traslado, es decir, suficientemente estabilizados, que no requieren personal sanitario”, añade el departamento de salud valenciano, que niega que este requisito esté relacionado con los recortes sanitarios.

La Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha sostiene que la responsabilidad del traslado corresponde a la comunidad de origen del paciente y remite al real decreto 1030/2003, que establece la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud, para apoyar su insistencia en que fuera la Generalitat la que se hiciera cargo del traslado en las condiciones que establecían sus médicos, es decir, con personal sanitario. Ante la diversidad de criterios, “finalmente hemos puesto nosotros la ambulancia”, indican desde este departamento de salud. ¿Quién correrá con el coste? “En principio, nos lo compensarán”, apuntan desde la Junta.

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