Las televisiones autonómicas reniegan del fútbol

Las televisiones autonómicas contribuyeron a engordar la burbuja de los derechos deportivos, contenidos que no siempre estaban justificados en una cadena pública. Comprar la Liga o la Champions iba más allá del compromiso con una oferta de proximidad. “Debemos reconocerlo. Es uno de los aspectos en los que nos desviamos de la necesidad que perciben los ciudadanos de una televisión pública”, ha admitido esta mañana el presidente de turno de la Forta (la entidad que agrupa a los entes regionales) y director general de la Radiotelevisión de Aragón, Jesús López Cabeza. “El fútbol no es un contenido que debamos tener las televisiones públicas”, agregó.

Pero durante muchos años las autonómicas emitían el partido de Liga de los sábados. Incluso siguieron haciéndolo en las últimas temporadas, cuando ese mismo partido se retransmitía simultáneamente por una cadena nacional (La Sexta). Con la crisis y unos precios cada vez más astronómicos, las autonómicas fueron poco a poco renunciando al balompié. Ahora solo TV3 comparte con TVE el partido de los martes de Champions. Pero la Liga de Campeones tampoco ha sido un buen negocio. López Cabeza ha reconocido que a la televisión de Aragón apenas le aportaba dos décimas de audiencia en el cómputo anual.

Durante su intervención en el Foro de la Nueva Comunicación, López Cabeza ha sido muy crítico con la labor que hicieron los gestores de las autonómicas en los tiempos de bonanza, cuando disfrutaban de generosos presupuestos. Ahora, toca apretarse el cinturón. Tanto que algunos entes están al borde del colapso. En los últimos tres años han ahorrado 500 millones de euros. Sus presupuestos (que representan el 0,75% del gasto de las comunidades) son un 30% más bajos y el coste de este servicio público es de 21 euros por habitante y año, según explicó López Cabeza.

Para sobrevivir en tiempos de penuria, el responsable de la televisión de Aragón (la tercera autonómica más vista tras Cataluña y Galicia) apuesta por una explotación conjunta de contenidos, una oferta informativa y cultura de proximidad, una mayor colaboración entre los canales públicos. También planteó alianzas más sólidas con las productoras privadas para así reducir los costes y flexibilizar la gestión para afrontar la “tormenta perfecta” generada por la crisis.