“Para lo que está pasando, la gente es muy civilizada”
La profesora de criminología defiende que la mayoría de los agresores sabe lo que hace
Siempre que se habla de un forense, de inmediato se piensa en una persona fallecida y en la autopsia. Mar Pastor Bravo dejó atrás estos trámites judiciales hace ocho años, cuando dio un giro a su carrera hacia la psiquiatría y se puso a investigar los motivos por los que una persona es capaz de matar a otra. Profesora de Criminología en la Universidad de Alicante, a sus 41 años es la responsable de la Unidad de Valoración Forense Integral de Violencia de Género de la provincia. “Es triste pensar que entre el 15% y el 20% de las mujeres sufren en algún momento una agresión física por parte de su pareja”, resume apesadumbrada.
A Mar Pastor le gusta pasar inadvertida. De hecho, intenta rechazar la entrevista a la vista de la polvareda levantada por las muertes de los dos hijos de José Bretón en Córdoba. “Prefiero no hablar del tema, porque no lo conozco directamente”, reconoce. El desayuno se desarrolla en una cafetería cercana a su lugar de trabajo, en el Palacio de Justicia de Alicante, la antigua cárcel en la que estuvo preso el escritor Miguel Hernández. Es media mañana y la médica opta por el zumo de naranja.
Esta especialista atiende cada año a unas 200 mujeres con casos graves o muy graves. Los de menor calado se quedan en los juzgados de violencia de género. “Mi primer caso fue el de una universitaria a la que pegaba su pareja. Me impactó mucho porque uno siempre tiene la idea falsa de que las víctimas son gente sin formación que vive en pueblos y que no tiene recursos”, dice.
A lo largo de su trayectoria afirma que ha visto casos espeluznantes. Mujeres que llevaban 20 años sufriendo maltratos físicos; que recibían la comida en una jofaina como si fueran bestias; heridas por no mantener relaciones sexuales. “Las agresiones físicas son muy duras, pero lo que realmente lleva a la mujer a denunciar su situación es el desgaste psíquico”, afirma la especialista, que ha escrito junto con otros compañeros tres libros. Su profesión también la lleva a enfrentarse con los supuestos autores para valorar si sufren algún desequilibrio mental. En este punto llega a una conclusión clara: la inmensa mayoría de los agresores sabe lo que hace.
Pastor también trabaja en el hospital psiquiátrico penitenciario de Foncalent, al que acude la mayor parte de los presos con problemas mentales. “Eso es otro mundo. Se ven casos dramáticos, como personas que han matado a sus padres o a sus hijos… Son los autores de los delitos más graves”, describe. “El enfermo mental existe y la mayor parte de ellos no van a cometer un delito en su vida. A eso se une que casi todos los que cometen hechos horribles no tienen ninguna enfermedad psiquiátrica”, explica.
Durante el desayuno surge la tristeza que dice sufrir el jugador del Real Madrid Cristiano Ronaldo. “Muchas veces, la gente piensa que estar triste es lo mismo que estar depresivo y no tiene nada que ver. El caso de CR demuestra que el dinero y la fama no dan la felicidad. Muchas veces es mejor el reconocimiento y el cariño de los más próximos”, afirma. Lo que resulta más grave es la desmotivación que se palpa en la sociedad. “Con todo lo que está pasando, la gente es muy civilizada y está aguantando mucho. Hay cosas que son muy desmotivantes incluso para las personas que tenemos un trabajo fijo”, reconoce la médica, que defiende a ultranza al funcionariado.
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