Cien organizaciones lanzan una campaña por la escuela laica, pública y sin religión
Respaldan el manifiesto Redes Cristianas, Europa Laica, CEOAPA, Sindicato de Estudiantes, Club Amigos de la UNESCO y varios partidos y sindicatos
“Una sociedad secularizada y democrática no debería permitir la regresión al pasado de un Estado confesional católico y, por lo tanto, la pervivencia, incluso el aumento, de una enseñanza sometida al dogmatismo religioso”. Este es uno de los principios con los que hoy se ha presentado en Madrid la campaña nacional ‘Por una escuela pública y laica. ¡Religión fuera de la escuela!’.
Promovida por un centenar de organizaciones de la enseñanza y el laicismo y de otros sectores sociales, y apoyada por fuerzas políticas y sindicales, estos son los puntos más significativos de su manifiesto: la derogación de los Acuerdos con la Santa Sede; que la religión deje de formar parte del currículo y del horario lectivo, saliendo de la Escuela; que ninguna simbología religiosa tenga presencia institucional en los centros escolares, y que con dinero público no se financie el adoctrinamiento religioso en ningún centro escolar o que segregue por razón de sexo o por otra naturaleza ideológica o social.
Francisco Delgado, presidente de Europa Laica, manifestó: “El Gobierno acaba de aprobar las líneas generales de una nueva modificación de la Ley Orgánica de Educación y, como era de esperar, mantiene los mismos criterios de Religión en la Escuela y de financiación de los centros católicos. Se elimina Educación para la Ciudadanía en Primaria, que se rebautiza para un curso de la ESO como Educación Cívica y Constitucional; desaparece la asignatura de Ética Cívica de cuarto de ESO, es decir, la única asignatura que en Secundaria servía para reflexionar sobre ética, sin moralina religiosa; desaparece la asignatura Cultura Clásica de tercero de ESO, para perder el referente grecolatino de nuestra cultura y que sólo quede el religioso, y se permiten conciertos aunque se segregue por sexos, en un nuevo impulso hacia la privatización, la segregación y más confesionalidad”.
“Los poderes públicos no tienen legitimidad alguna para propiciar la implantación de unas u otras opciones religiosas o ideológicas, por su carácter personal, en el espacio común e institucional de la Escuela. Y menos, seguir parapetándose en unos Acuerdos pactados con el Vaticano, que anulan derechos fundamentales como la libertad de conciencia de las personas, hecho más grave cuando se trata de edades tempranas”, añadió.
El manifiesto empieza afirmando que “el Laicismo, lejos de constituir una ideología particular contrapuesta a otras, aparece históricamente como uno de los principios básicos de toda democracia, vinculado al reconocimiento de la libertad de pensamiento, a la igualdad de los ciudadanos en derechos y deberes y, por tanto, a la no discriminación por razón de sus ideas. Su contenido no es otro que el establecimiento de las condiciones jurídicas, políticas y sociales idóneas para el respeto y desarrollo pleno de la libertad de conciencia, uno de los pilares fundamentales de los Derechos Humanos. Implica la separación efectiva entre el Estado -que representa a toda la ciudadanía- y las confesiones religiosas, cuyos principios y creencias sólo conciernen al grupo de personas que las comparten. A fin de salvaguardar el espacio de lo público y común de toda connotación sectaria, defiende la neutralidad ideológica de las instituciones públicas -que son de todos- con respecto a cualquier intento de imposición o apropiación por parte de intereses o ideologías de carácter particular.
Los promotores de esta campaña afirman que la escuela es, justamente, una de esas instituciones públicas donde es preciso observar de forma más escrupulosa el principio de laicidad o neutralidad por tener como función la satisfacción de un derecho universal, como es la educación, que atañe al conjunto de los ciudadanos sin excepción.
Añaden: “Como establecen diversas declaraciones y pactos internacionales, e incluso nuestra propia legislación sobre la materia, los objetivos básicos de la educación persiguen el libre y pleno desarrollo de la personalidad humana, así como el fortalecimiento del respeto a los Derechos Humanos y a las libertades fundamentales. Y ello no es posible si la Escuela Pública no se asienta sobre la libre formación de la conciencia y el fomento de la actitud crítica. Estos objetivos resultan por completo inalcanzables mientras los Poderes Públicos sigan sometiéndose a los dictados de los Acuerdos con la Santa Sede y de una obsoleta Ley Orgánica de Libertad Religiosa, que vulneran principios democráticos elementales. De acuerdo con los fines que le son propios, la Escuela ha de educar sin dogmas, en conocimientos científicos y universales, en valores humanistas y cívicos, en el respeto a los derechos humanos, en la asunción de la diferencia y de la diversidad, sobre la base de la igualdad en dignidad y derechos, en los principios éticos y democráticos que son comunes”.
“En momentos como los que vivimos, cuando se ponen en cuestión conquistas democráticas y sociales hace tiempo asentadas en la conciencia ciudadana, es aún más necesario, si cabe, hacer frente a las medidas de intimidación, acoso ideológico y descarada involución que no dejan de prodigarse. En el terreno de la enseñanza, los profundos ataques a la Escuela Pública y a los recursos imprescindibles para mantener su calidad, vienen acompañados de una regresión en todas las condiciones que deben prefigurar cualquier proyecto educativo democrático. La nueva orientación que se quiere dar a Educación para la Ciudadanía es sólo un ejemplo del sesgo reaccionario que puede extenderse al conjunto de la enseñanza”, dicen también.
Entre las organizaciones que respaldan esta campaña figuran Europa Laica, Redes Cristianas, la Confederación Española de Padres de Alumnos (CEOAPA), Izquierda Unida, el Sindicato de Estudiantes, el Observatorio del Laicismo y de la Laicidad, la Federación estatal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales, el Club Amigos de la UNESCO, Comisiones Obreras de Palencia y EQUO-Córdoba.
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