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ENTREVISTA | Alberto Echevarría

“Parece que esperan resolver la dependencia mediante fallecimientos”

El presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia advierte de que el sector no puede asumir más recortes

Carmen Morán Breña
Alberto Echevarría.
Alberto Echevarría.c. m.

Los empresarios de la dependencia viven momentos de vértigo. 60.000 camas vacías en sus residencias y los impagos de las comunidades y Ayuntamientos (880 millones de euros) ahogan un sector proclive al crecimiento que hace su negocio con un material frágil: los dependientes. La últimas medidas anticrisis no han dado los frutos que esperaban. “Más del 20% de nuestras empresas tiene ya una viabilidad imposible”, dice Alberto Echevarría (presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia (FED). Y advierten que no podrán con más recortes. Dan un aviso al Gobierno. “Esperamos a los próximos presupuestos, no podemos más”.

Pregunta. Dicen que las Administraciones les deben 800 millones. ¿Por qué no dan esos datos por comunidades? Los afectados tendrían más capacidad de presión.

Respuesta. Es imposible hacerlo por Ayuntamientos y de comunidades tenemos los datos de algunas, por ejemplo de Valencia, 200 millones, pero… los empresarios tienen miedo porque ven que si dan los datos ponen en riesgo aún más los plazos de pago.

P. Acusan a la Administración de no usar y pagar las 60.000 plazas vacías que ustedes tienen en sus centros, pero no todas están en los lugares donde hay demanda y quizá el dinero público no puede pagar lo que valen.

Los empresarios tienen miedo de decir la deuda de sus comunidades"

R. Reclamábamos un mapa de recursos desde hace años, pero hoy en día podemos decir que hay plazas vacías por todos lados, en el ámbito rural, urbano. Y sobre los precios, creemos que la Administración debe optar por la ayuda vinculada al servicio, es decir, el cheque-servicio y que cada ciudadano, con esa cantidad concedida escoja el centro que le guste.

P. ¿Es el ciudadano el que elige o elegiría el centro? Porque si dos ciudadanos con el mismo cheque van a un centro a pedir plaza y uno de ellos además tiene dinero propio para pagar otros servicios que allí se ofrecen, como peluquerías o masajes, el centro escogerá al ciudadano con más dinero. Y los más pobres tendrán que quedarse con la red pública. ¿No lleva eso a un sistema dual?

Una residencia es como un hotel, uno elige según lo que puede pagar"

R. En absoluto, esto es como los hoteles o la automoción. Cada uno escoge en función de lo que se puede permitir. Pero además, todos nuestros centros tienen una alta calidad de atención. Para la dependencia están perfectamente acreditados y supervisados. Los servicios complementarios se los pagará quien pueda, claro. Además, ningún centro en España puede escoger porque todos tienen plazas vacías.

P. Habla de calidad en las residencias, pero el que tiene un anciano ingresado en ellas sabe que hay muchas caídas, alimentación poco individualizada. Los familiares se quejan de falta de esmero. ¿No necesita el sector una reconversión?

R. Esa reconversión se ha hecho en los últimos tres o cuatro años. El nivel de calidad es ahora el mismo o mejor que en el resto de Europa y lo sé porque he viajado por esos países para conocerlo. Había centros que necesitaban una adaptación y aún quedarán, pero pocos, nosotros hemos denunciado algunos ilegales, que nos perjudicaban. Los que operan ahora cumplen los requisitos.

P. El Gobierno prometió un cambio de tendencia: ahorrar en pagas económicas para los familiares que cuidan a enfermos para potenciar los servicios profesionales que ustedes ofrecen. ¿Está siendo así?

Los geriátricos 
tienen ahora la misma calidad que en el
resto de Europa"

R. En absoluto, ese ahorro no se ha traducido en servicios. La lista de 239.000 ciudadanos que esperan por su ayuda se está reduciendo por fallecimientos, no porque les atiendan. ¿Dónde se han ido esos ahorros, dónde el dinero que se deja de pagar por la seguridad social a los cuidadores o el de la rebaja de un 15% o más a esos cuidadores en su paga? ¿Adónde ha ido? A los dependientes no, desde luego. Tenemos más plazas vacías y menos horas de ayuda a domicilio.

P. Dicen que han hablado con todos los partidos, Gobiernos, con el secretario de Estado, Juan Manuel Moreno, y que no recogen sus sugerencias.

¿Dónde ha ido el dinero del ahorro? A los dependientes no"

R. Es así. Y lo hicimos todas las patronales, ONG y los sindicatos. Lo del secretario de Estado es para nota: nos dice que nos entiende, que sabe que hay demanda de plazas, que hay oferta de ellas, que se genera empleo y retornos para el Estado… Bien, ¿y entonces? Contesta que no hay dinero. Si esto no es de tener dinero, hay otras medidas que tomar.

P. ¿Qué proponen?

R. Coordinación sociosanitaria. Podemos atender a muchas personas que están siendo cuidadas en los hospitales por siete veces menos su precio. Los hospitales no están para cuidar. Esas personas que necesitan rehabilitación, cuidados paliativos o incluso terminales podemos atenderlos perfectamente por menos precio. Se necesita valentía para hacer eso, cerrar esas camas y trasladarlos a nuestros centros. Y también digo que atendemos a la gente en nuestras residencias tres veces más barato que en las públicas. Para ambas cosas pedimos un trasvase. Garantizamos la calidad. En los centros públicos tienen ratios muy altas de empleados por dependientes, sale más caro.

P. Si se produce ese trasvase y reducen las ratios se perderá empleo.

R. Mantendremos los empleos, a corto plazo los haríamos nuestros. La calidad no depende de los empleados por persona atendida, sino de la atención que pueden prestar esos empleados en un momento dado del día. Nosotros sabemos gestionar, que nos dejen hacerlo y mantengan la financiación y titularidad públicas. Con el ahorro podríamos atender a los más de 239.000 dependientes que esperan su ayuda.

P. Rajoy antes de ganar las elecciones dijo que la dependencia era inviable y hace unos días, el ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó que de no corregirse la situación económica “será imposible que se sigan manteniendo las prestaciones sociales”. Da pavor.

Podemos atender
a gente siete
veces más barato que
en los hospitales"

R. Esas declaraciones son un grave error y una falta de visión política y económica. Total y absolutamente. La salud y el bienestar de la gente no es una consecuencia del estado de Bienestar, sino al revés, el estado de Bienestar se debe a que se ha invertido en salud y en mejorar las condiciones de vida. La sociedad bien atendida genera productividad y beneficios. ¿Abandonamos la atención a los dependientes y sobrecargamos el sistema sanitario? ¿Es eso lo que quieren decir? Porque no habrán medido el colapso que puede producirse. El euro restado al dependiente lo multiplicas por dos en gasto sanitario y coste farmacéutico. ¿O es que tampoco los van a atender en los hospitales? No quieren ver que este es el único sector que genera empleo y retornos económicos y no han analizado las consecuencias de los recortes.

P. Dice que lo saben y que no actúan en consecuencia, ¿a qué cree que se debe esto?

Se necesita valentía política para cerrar esas camas y traerlos a nuestros centros"

R. Falta valentía política para tomar esas decisiones que proponemos, el trasvase de los centros públicos a los privados, tanto en sanidad como en residencias geriátricas. Y otra cosa, este sector depende de cuatro Administraciones, Ayuntamientos, diputaciones, comunidades y Gobierno, no puede ser.

P. Y sanidad y educación.

R. Pues no puede ser. A mí me da igual dónde caiga la competencia, aunque tengo mis preferencias, pero debe ser una Administración, una competencia. Con eso también se ahorraría. Pero falta valentía política.

P. ¿Cuál es su opinión de estos meses de Gobierno de Rajoy en su sector?

R. Negativa, una visión cortoplacista. Solo miran los costes y recortan, pero no analizan la implicación en otros factores, como el empleo, los retornos fiscales. Se ha metido la tijera sin más. Eso es una revisión infantil. Rebajar un 15% las pagas y ya está, eso lo hace un crío.

P. Sacar a los dependientes leves para atender a los graves es priorizar, pero los expertos dicen que esos leves sin una buena atención serán graves en más corto plazo de tiempo, por tanto, serán más caros para la Administración en breve.

R. Desde luego. Con atención profesional, ejercicios, se ralentiza el avance de su dependencia. El que tardaría cinco o seis años en ser dependiente grave lo será en año y medio. Y es más caro, sí.

P. Sin embargo, el Gobierno concede a las comunidades un plazo de dos años para atender a los dependientes graves sin que arrastren penalización económica por el retraso. Parece…

Se ha metido la tijera sin más, eso es infantil, lo hace hasta un crío"

R. Parece que están esperando a que se solucione el problema de la dependencia por la vía del fallecimiento. Muchos habrán fallecido cuando les llegue la ayuda. ¿Qué Estado de garantías tenemos? Es como si tuvieras 250.000 niños esperando a ser escolarizados o con necesidad de ser hospitalizados. Se han dado dos años de carencia, se permiten el lujo de no pagar su propia ineficacia.

P. Sí, pero en este sector es más crudo, porque son personas que están muriendo sin que se aplique una ley, aprobada en el Congreso, que les otorgue las ayudas a las que tienen derecho. Basta pensar qué ocurriría si no llegaran las pensiones cada mes, y la gente no se moviliza…

R. No, es cierto, la gente no se moviliza.

Esperaremos hasta los presupuestos. No vamos a morir en silencio"

P. La última manifestación, el sábado 15, la convocaron los sindicatos y 150 organizaciones civiles. ¿Estaban ustedes entre ellos?

R. No. Creemos que todavía no es el momento. Los políticos no nos escuchan, cierto, pero hay mucho ruido en la calle, estamos todavía por la sensatez, las reuniones, el razonamiento.

P. ¿Hasta cuándo?

R. Hasta los próximos presupuestos. Nuestros centros están ya desesperados. Son empresas que no solo es un negocio, es algo muy vocacional, atendemos a la gente y hemos puesto en ello la ilusión, si esto se hunde se hunde la vida entera. Pero antes de que eso pase daremos mucha guerra, hablaremos alto, no vamos a morir en silencio.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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