Los profesores de Chicago prolongan la huelga hasta el martes
El alcalde de la localidad, Rahm Emanuel, asegura que interpondrá un requerimiento judicial que obligue a desconvocar el paro
Los sindicatos de profesores de Chicago decidieron este domingo prolongar, al menos hasta el martes, la huelga que iniciaron el pasado lunes, 10 de septiembre, y que ha dejado sin clases a 350.000 alumnos. Karen Lewis, el presidenta de la Unión de Profesores de Chicago, una de las asociaciones de trabajadores implicadas en el conflicto, aseguró que necesitan más tiempo para votar el principio de acuerdo al que llegaron este viernes con el gobierno local de la ciudad, que dirige el el ex jefe de Gabinete de Barack Obama, Rahm Emanuel, El alcalde emitió el domingo por la noche un duro comunicado en el que tildaba la prórroga del paro de ilegal y en el que aseguraba que pedirá un requerimiento judicial que obligue a desconvocarlo. Este lunes cumplió su promesa.
"No voy a permitir que nuestros alumnos sean tratados como marionetas por disputas internas de los sindicatos", decía el comunicado de Emanuel. La huelga de docentes en Chicago, la tercera mayor comunidad docente de Estados Unidos, ha puesto en jaque no solo al Gobierno local, sino al propio presidente del país, que ha impulsado buena parte de las propuestas educativas incorporadas en la reforma de la enseñanza de Emanuel y a las que se oponen los sindicatos, una fuerza que el presidente necesita para asegurar su reelección el próximo 6 de noviembre.
A la Casa Blanca le interesa un final rápido del conflicto para evitar que Obama se vea obligado a tener que decantarse políticamente a favor de las medidas del alcalde de la ciudad -lo que le granjearía la oposición del electorado demócrata que movilizan los sindicatos- o a favor de éstos últimos -contra cuyas posiciones se encuentran muchos de los grandes donantes de la campaña de Obama-. Un enquistamiento de la huelga daría, además, nueva munición a los conservadores para atacar al presidente a menos de dos meses para las elecciones.
Los principales obstáculos de la negociación entre los sindicatos y el gobierno local se centran fundamentalmente en la garantía de los beneficios salariales de los profesores, el mantenimiento de sus puestos laborales y, sobre todo, en la modificación del sistema de evaluación de los docentes, determinante para la conservación de su trabajo y para clausura de los centros educativos. Aunque el viernes, cuando se anunció el principio de acuerdo, ninguna de las partes revelaron las condiciones del nuevo contrato, según lo que transcendió de la reunión del día anterior, Emanuel habría accedido a modificar el peso de las notas de los estudiantes a la hora de determinar la calidad docente de los profesores.
La huelga ha puesto en jaque al propio presidente de EE UU que ha impulsado buena parte de las propuestas educativas incorporadas en la reforma de la enseñanza de Emanuel
La reforma del sistema de evaluación de los maestros, primando las calificaciones obtenidas por sus alumnos, es una de las reivindicaciones de los dos principales partidos políticos de EE UU para tratar de mejorar el nivel educativo del país, que ha perdido el liderazgo internacional que ostentaba años atrás -de acuerdo con el último informe PISA, EE UU ocupa el puesto 17 en habilidad lectora, el 31 en aprendizaje de matemáticas y el 23 en ciencias-.
El programa educativo Race to the Top [Carrera hacia la cima], que Obama instauró en 2009, favorece ese nuevo mecanismo de control de los docentes. Desde entonces, su Administración ha destinado 4.350 millones de dólares en fondos para aquellos Estados que incluyan en sus sistema educativo las propuestas incluidas en Race to the Top, The Wall Street Journal publicaba el jueves que más de 20 gobiernos estatales han cambiado sus leyes para adaptarse a esas iniciativas.
En cuanto a la mejora salarial, otro de los principales escollos de las negociaciones, Emanuel podría haber accedido a incrementar el sueldo de los trabajadores en un 2% los dos próximos años, según The New York Times. La media de su salario en el curo pasado fue de 74.834 dólares.
El pasado viernes, Lewis se mostró satisfecho con el principio de acuerdo alcanzado y todo apuntaba a que en la reunión de sindicatos del domingo, éstos aprobarían el nuevo contrato. En este conflicto, las organizaciones de trabajadores también han puesto a prueba su propio poder a la hora de poder doblegar las decisiones gubernamentales, un poder que ha quedado en entredicho en el último año. En Wisconsin, el gobernador del Estado, Scott Walker, fue reelegido pese a la presión de los sindicatos para desbancarle del poder tras haberle tratado de recortar sus derechos -el viernes un juez de ese Estado obligó a paralizar la ley que debilitaba sus poderes- y en Indiana se votó que las pagas a las uniones de trabajadores por parte de sus afiliados fueran voluntarias.
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