Un cambio radical
La integración de la pedagogía y la tecnología cambiará el paisaje de la educación superior futura
Asistimos a una nueva revolución en la integración de pedagogía y tecnología, que cambiará el paisaje de la educación superior del futuro. En este nuevo entorno cabría distinguir varios segmentos:
— Un segmento representado por fundaciones como la Khan Academy y University of the People. Su financiación proviene fundamentalmente de fundaciones y donaciones. La misión de las organizaciones de este segmento es la educación universal y gratuita. Con el tiempo pueden operar un efecto sustitución de la oferta educativa pública, por las dificultades de financiación de los Gobiernos. No olvidemos que los últimos años las grandes universidades públicas en Estados Unidos, Reino Unido y España (y en el futuro otras europeas) han tenido que elevar el precio de matrícula de forma importante.
— El segmento de los “grandes distribuidores de educación”, ofreciendo calidad razonable a un precio asequible, obteniendo ingresos a través de matrícula, quizás publicidad y productos relacionados. Aunque algunos de los operadores ofrezcan sus cursos gratis ahora, posiblemente se trate de una estrategia para ganar mercado, contenidos y luego empezarán a fijar precio progresivamente. En este segmento estarían todas las instituciones privadas financiadas por fondos (Udacity, Udemy y Academic Earth) y también los grandes conglomerados for-profit creados en la última década: Apollo, Laureate, DeVry, Capella o EF Education First.
— El segmento diferenciado, en el que estarían las universidades de la Yvy League que ofrecen programas abiertos o están explorando modelos que integren pedagogía y tecnología. Aquí estarían Stanford o EdX (iniciativa conjunta de Harvard y MIT, que todavía no tienen claro si cobrar por certificados en cursos abiertos). En este segmento diferenciado estarían también el IE Business School y UNC-Kenan Flagler, con programas blended. La clave de la diferenciación de estas iniciativas son la selección de alumnos, claustro de calidad —no tutores—, el sistema de evaluación y seguimiento, así como una mayor calidad de los programas.
Habría dos cuestiones clave: ¿Cuál será el próximo paso disruptivo en el sector? ¿Cuáles serán las fuentes de diferenciación de las grandes universidades?
Santiago Iñíguez de Onzoño es presidente de IE University.
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