Los profesionales de la información se concentran por un periodismo digno
En los últimos cuatro años se han perdido más de 6.200 empleos
Decenas de periodistas se concentran hoy en las principales ciudades españolas para denunciar la grave situación que atraviesa el sector de los medios de comunicación y defender y promover la libertad de prensa como garante de la democracia. En los últimos cuatro años se han perdido más de 6.200 empleos, 1.309 solo en el primer trimestre de 2012, según datos presentados el pasado lunes por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE).
Unos 300 periodistas se han concentrado a mediodía en la explanada del Museo de Arte Público en Madrid, debajo del puente de Juan Bravo, un lugar que los concentrados han encontrado muy apropiado teniendo en cuenta el estado de la profesión. "¿Y tú a qué has venido?, ¿a manifestarte o a cubrirlo?", se preguntaban los periodistas al encontrarse. "¿Cómo están las cosas por tu empresa?", era la segunda consulta más oída en los corrillos, informa Carmen Pérez-Lanzac. Entre los asistentes, había caras y firmas conocidas como las de Iñaki Gabilondo, Pepa Bueno, Fran Llorente, Ángels Barceló, Joaquín Estefanía, Miguel Ángel Aguilar o Hermann Tertsch. El veterano periodista Antonio Ivorra se ha declarado "entristecido" por las cifras de periodistas en paro. "Llevamos 30 años de democracia y el periodismo, en lugar de mejorar, parece que va a peor", ha lamentado. “Ahora el peligro ya no es la censura, sino la autocensura de los periodistas”, ha declarado otro experimentado profesional, Ignacio Amestoy.
A la concentración, con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, también se han sumado periodistas en paro y en ciernes, como María Sanz, estudiante de Periodismo de la Universidad Complutense, que ha acudido a la protesta junto a otras dos compañeras de facultad porque, "como parece que no vamos a poder trabajar de lo que estamos estudiando, al menos queremos manifestarnos por nuestros derechos y hacer bulto". Jano Sanvicente, periodista en paro de 26 años, dice encontrarse ante "condiciones laborales terriblemente precarias" y sostiene que, "de cara al futuro, es importante que se haga valer y respetar esta profesión para que vuelva a ocupar el puesto que tenía y se merece".
Fernando González Urbaneja, anterior presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), también ha asistido a la concentración en la capital: “Me siento muy identificado con la nueva directiva, el único problema es que lo están haciendo mejor”, ha dicho. En los últimos meses la APM se ha mostrado muy combativa con la precariedad de la profesión, ha apoyado el movimiento Gratis no trabajo y ahora este en favor de un periodismo digno, que en la redes sociales se debate y comparte bajo la etiqueta #periodigno.
La presidenta de la FAPE, Elsa González, y los vicepresidentes de la organización, Aurelio Martín y Nemesio Rodríguez, denunciaron el lunes la existencia de contratos de trabajo "leoninos"; ofertas de empleo "indignas"; la práctica de convocar ruedas de prensa sin derecho a preguntas y el uso político de concesiones de publicidad institucional o de licencias de radio y televisión. Además, se refirieron a la "merma" de las redacciones; las "rebajas salariales" o el pago de sueldos "indignos" que, en su opinión, se producen en la profesión periodística en España en los últimos años.
Un rosario de cierres desde 2008
Buena parte de la culpa de la crisis del sector está en la caída de la publicidad y de la difusión en el caso de la prensa, y en la nueva forma de consumir la información con la irrupción de las nuevas tecnologías: Internet, redes sociales y teléfonos inteligentes.
Desde 2008, son numerosos los medios de comunicación que han desaparecido. El último ha sido La Voz de Asturias, una histórica cabecera del Principado fundada en 1923 que tuvo que echar el cierre en abril al no encontrar inversores que garantizaran su viabilidad. Su empresa editora, Mediapubli, era la misma que la de Público, que, lanzado en 2007, desapareció de los quioscos en febrero tras presentar concurso de acreedores. Desde entonces solo funciona la página web. Tampoco se pueden comprar ya El Día de Guadalajara, el de Toledo, el de Albacete y el de Cuenca, que se despidieron de sus lectores también en abril, un mes negro para los medios de comunicación.
En cuanto a las grandes cabeceras, la editora del diario El Mundo comunicó el pasado 27 de abril a su plantilla un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a entre 195 y 220 trabajadores del periódico, sus delegaciones, el departamento de documentación y los suplementos Yo Dona, Magazine y Metrópolis, lo que supone en torno a un 30% del total (algo más de 600), según fuentes sindicales.
Los diarios gratuitos ADN y Metro dejaron de publicarse en diciembre de 2011 y enero de 2009, respectivamente. También, en prensa regional, han desaparecido la Tribuna de Salamanca, el Xornal de Galicia, el Faro de Murcia, Extremadura al día y La Voz de Jerez, entre otros. La edición en papel del periódico Segundamano abandonó los quioscos en noviembre de 2008 para mantener únicamente la versión online.
Se suman a este rosario de bajas revistas tan conocidas como la juvenil Súper Pop, nacida en 1977, o la deportiva Don Balón, que vio la luz en 1975. También han dejado de venderse la revista gay Zero después de 11 años, la popular Teleindiscreta, que alcanzó su máximo apogeo en los años ochenta, o la revista femenina para adolescentes Ragazza, que aterrizó en los quioscos en 1989.
Tampoco se libra el sector audiovisual, donde han dejado de emitir los canales Localia, en 2008, y CNN+, en 2010, ambos del Grupo PRISA. Un año antes, se iba definitivamente a negro la cadena sobre economía Bloomberg TV España y, en 2011, el canal de TDT Veo7.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.