Todos digitales, antes o después
No es un desafío cualquiera, pero la crisis del periodismo solo se salva con más periodismo Integrar la tecnología es un elemento crítico sin marcha atrás
Cada frase, cada idea, cada propuesta se escudriña como esperando la respuesta a todos los problemas. No es un desafío cualquiera: la industria de los medios, y especialmente la prensa escrita, sufre la suma de varias crisis, con los anunciantes dispersándose por la Red, los lectores por diversos soportes y una tecnología disruptiva que acrecienta la brecha entre ganadores y perdedores. Y en este túnel parece que ya se vislumbra la solución al periodismo. ¿Cuál es entonces la mágica poción contra todos nuestros males? Pues... ¡más periodismo, mejor periodismo! Rodeado de muchas otras cosas, pero al fin y al cabo esa es la propuesta que, desde la autocrítica, hicieron este jueves responsables de medios de todo el mundo, emprendedores, veteranos y noveles, gurús de Google y Facebook o representantes del establishment mediático.
La respuesta podrá parecer obvia, y en cambio no lo es tanto. Hablar del periodismo como panacea no es seguir formando parte de la abundancia informativa propiciada por los cambios tecnológicos, sino dar un paso atrás para, en palabras de Andrew Rashbass, consejero delegado de The Economist Group, dotarse de tres cualidades vitales: el valor, la relevancia y la diferenciación. Y aunque hagan falta unas cuantas virtudes más para sobrevivir y triunfar en el nuevo ecosistema, estas tres son inexcusables y la mayoría de los diarios las han perdido, según Rashbass. Con el espíritu de los contenidos -entendidos como contexto, ese paso más allá- siempre flotando en el ambiente del CaixaForum de Madrid, muchas más ideas surgieron de un grupo pocas veces visto en España. Aquí van algunas:
Más conversación, menos pontificación
El periodista ha perdido la tribuna y debe encarar a sus lectores de una manera muy distinta a como lo hacía hasta ahora. De todos los ponentes, quizá quien más experiencia acumulada tiene en este sentido es Wadah Khanfar, actual presidente del think tank Sharq Forum y fundamentalmente reconocido como el hombre que convirtió Al Yazira en un fenómeno mundial. Khanfar vivió esta transformación hace más de un año con el despertar de la primavera árabe y, a falta de alternativas en los primeros momentos, el medio que dirigía se volcó en fuentes que poco a poco, aplicando criterios más clásicos, iba verificando. Para Khanfar, igual que para Katharine Viner, subdirectora de The Guardian, el panorama completo solo se puede mostrar con la combinación que surge del periodismo profesional y la participación de los lectores. Sin embargo, Helen Boaden, directora de BBC News, considera que la mayor parte de la audiencia no ha cambiado, es pasiva. "Nuestras mejores historias en los últimos 18 meses son a la antigua usanza", aseguró.
Primero digital
No podía ser de otra manera estando en la sala John Paton, consejero delegado de Digital First Media y quizá el principal artífice en Estados Unidos en impulsar el cambio en la manera de trabajar en las redacciones. Paton, hasta no hace mucho empresario clásico de medios, tiene alrededor de 10.000 empleados y un mandato claro: la edición impresa de ninguno de sus diarios condicionará los flujos informativos, más bien al contrario. Los periodistas publican primero en la salida natural, que es la digital en sus múltiples canales y soportes. El consejero delegado de The Economist aseguró que sus cálculos son que en dos años tendrán ya más suscripciones digitales que impresas y que daba por hecho que en un tiempo indeterminado todos los medios serán únicamente digitales. Y si lo dice el máximo ejecutivo de una de las revistas más vendidas del mundo...
¿Y quién paga la fiesta?
La cuestión, inevitable, la planteó Juan Luis Cebrián, presidente de EL PAÍS y consejero delegado de PRISA, que habló de un "modelo confuso" en el que estamos inmersos. Según el Pew Research, para 2015 Google y Facebook van a acaparar la mayor parte de la facturación proveniente de anuncios en internet. Sus representantes en el CaixaForum, evidentemente, no aportaron soluciones a los medios. Tampoco el resto tenía la clave, e incluso se habló menos de lo habitual de muros de pago y distintas fórmulas para sustituir al decadente mercado de la publicidad. Muchos confían en las tabletas como salvavidas, a través de una mejora en la experiencia del usuario y en la mayor costumbre de pago que están creando los nuevos dispositivos.
El renacimiento del periodismo
Precisamente se habló poco de modelos de negocio porque el día giró mucho alrededor de los contenidos. Todos parecían coincidir ahí, cada uno a su manera. Muy conscientes del estado de la abundancia que vivimos, unos, como, Rashbass, propusieron valor, relevancia y diferenciación, mientras que Khanfar mencionó como su trilogía el contexto, la profundidad y la priorización. Richard Gingras, responsable de productos informativos de Google, se fue a terreno 'enemigo' y recomendó a los presentes que recuperen la confianza de los lectores: "Las noticias no son necesariamente ciertas porque las cuenten los medios tradicionales", aseguró. Entre los presentes estaban ilustres periodistas como Christine Ockrent, la cara de la información durante mucho tiempo en Francia, que trató de poner sensatez a la velocidad que ahora acucia a los periodistas, y, como en distintas intervenciones, resaltó la necesidad de que cada vez haya mejores editores en las redacciones. Lo viejo es nuevo puede ser uno de los mantras a no olvidar de las ocho horas que duró la conferencia.
Tecnología integrada
La pieza final y estratégica para completar el puzle. Y la tecnología no de cualquier manera. Cuando se ha probado ya no hay vuelta atrás, cuando se experimenta cómo se transforma un medio que integra en su corazón a ingenieros creativos que trabajan directamente con los periodistas resulta, al igual que la calidad en los contenidos, un elemento crítico. Son todas ideas comunes, un punto desde el que el periodismo, aseguraban los presentes, vivirá ese renacimiento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.