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Último recurso antes de abandonar

Algunas universidades ofrecen ayudas de emergencia a alumnos en apuros Las solicitudes han crecido un 76% en La Laguna; un 26% en la UNED

J. A. Aunión

Hay situaciones que la burocracia no suele tener en cuenta. Por ejemplo, para pedir una beca universitaria del Ministerio de Educación en el curso 2011- 2012, los datos económicos que la Administración tiene en cuenta son los de 2010. Si en ese tiempo la situación ha cambiado (algo que en el contexto actual puede ser muy común), porque el alumno o el cabeza de familia se ha quedado en paro, no se tendrá en cuenta. Si el becario baja su rendimiento y no llega al mínimo de aprobados para mantener la ayuda, tampoco importa si ha sido por un accidente o si se ha tenido que poner a trabajar de un día para otro; la perderá sin más.

En la Universidad de La Laguna, en Tenerife (Canarias es la segunda comunidad con la tasa de paro más alta, del 30,9%), las solicitudes de ayudas de emergencia han pasado de 2.087 en el curso 2009-2010 a 3.692 en 2010-2011, es decir, un 76% más. Se trata de un fondo social que algunas universidades mantienen -en muchos casos a duras penas por los recortes presupuestarios- para atender esas situaciones inesperadas. De esa manera, los alumnos no se verán abocados a abandonar o, al menos, podrán mitigar un poco el esfuerzo económico que han de hacer. Suelen tener un carácter temporal: si mejora la situación, se retira.

Las becas clásicas no tienen en cuenta caídas económicas sobrevenidas

La inmensa mayoría de las solicitudes en la Universidad de La Laguna (3.343) son para descuentos en los bonos de comedor. Las situaciones más graves, las que eximen al alumno de pagar el coste de la matrícula, se han multiplicado casi por cuatro, hasta las 318 solicitudes, de las que solo se pudieron atender 126, el doble que el año anterior. La universidad canaria cuenta con una tercera categoría de ayudas destinadas a estudiantes en paro y con hijos, para que puedan sufragar los gastos de guardería mientras ellos acuden a la facultad; de estas se han concedido 22 en 2011.

Este último servicio también lo ofrece la Universidad de Valladolid. Los campus de Alicante, la Carlos III o la Autónoma, ambas de Madrid, cuentan con ayudas de emergencia parecidas, aunque con distintas variantes. Los presupuestos que pone cada una de ellas van de los 22.500 euros en la Carlos III (que implantó este servicio el año pasado), hasta los más de 100.000 euros en La Laguna o en la UNED.

Los fondos suelen pagar transporte, bonos para comida o la matrícula

La universidad pública a distancia es el centro que por antonomasia recibe a los alumnos que estudian y trabajan a la vez. Estos son, probablemente, los universitarios más vulnerables a los vaivenes económicos. El programa de ayudas de emergencia de la UNED (las becas del fondo social) se concentran en eximir a estudiantes en apuros de pagar la matrícula (una parte o toda). "Es una segunda oportunidad para la gente que se queda fuera de la beca del ministerio o a quien le ha empeorado súbitamente la situación económica. Por ejemplo, hemos tenido algún caso de divorcio y algún embarazo complicado", explica Álvaro Jarillo, vicerrector de Estudiantes. En 2008-2009 tuvieron 380 solicitudes; en 2010-2011, 530, de las que concedieron 219. Este año han recibido hasta finales de febrero 187 solicitudes; el año anterior por estas fechas había 107.

En la Universidad de Alicante, las solicitudes crecieron el curso pasado con respecto al anterior un 17%, hasta las 165. Patricia Soler, del Servicio de Estudiantes del campus alicantino, pone los ejemplos más comunes que les llegan: la denegación de beca del ministerio, la independencia de los padres y los reducidos ingresos, el bajo rendimiento académico justificado (lo que supone la rescisión de la ayuda), enfermedad o fallecimiento del cabeza de familia, agravamiento de las condiciones económicas, la compensación de una ayuda insuficiente...

En esta universidad, las ayudas más comunes que se conceden son para pagar fotocopias y libros, y también las de transporte, es decir, simplemente, para pagar el abono mensual. También hubo cuatro casos el curso pasado de ayudas para pagar el alojamiento. Los casos, por supuesto, se revisan uno a uno, "con una entrevista en profundidad con un técnico en trabajo social", que prepara "un plan personalizado para mejorar las condiciones de vida que han incidido en el proceso de crisis personal o familiar", explica Soler.

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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