Educación planea endurecer los requisitos para obtener becas
Las calificaciones tendrán más peso para acceder a una ayuda universitaria España destina un 0,1% a este capítulo, la mitad de la media de la OCDE
El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha vuelto a levantar ampollas con sus declaraciones —lo último fue la eliminación de los temarios de las oposiciones docentes de 2012—. Hoy ha anunciado que revisará el sistema de becas universitarias para endurecer los requisitos académicos que han de cumplir los estudiantes para obtenerla y mantenerla, con el objetivo de fomentar la excelencia. Al alumno “le da exactamente igual sacar un sobresaliente que un cinco”, se ha quejado.
Actualmente, si no se superan unos máximos de renta familiar, el alumno tiene derecho a una beca. Luego, para poder conservarla, ha de aprobar el 80% del curso en la mayoría de las carreras, y el 60% en titulaciones complicadas como las ingenierías. Además, la beca ya no cubre el importe de la matrícula si es la tercera vez para la misma asignatura (la cuarta en el caso de las ingenierías); por último, los becarios que las aprueben todas reciben 150 euros extra.
Pero al ministro no le parece suficiente: “Las becas se han convertido en una asignación no competitiva, es decir, que a partir de un determinado nivel económico se tiene el derecho a una”. El ministro prefiere que el éxito académico tenga más peso para el acceso a las becas, según ha dicho en un desayuno informativo en Madrid del Foro Nueva Sociedad. Eso sí, Wert aseguró que no reducirá el dinero para estas ayudas.
Como ya ha ocurrido con otros anuncios de este ministerio —la reforma de la secundaria o de la FP—, no hubo apenas concreción en la propuesta. El asunto está “en estudio” y requiere una “reflexión profunda”, ha dicho solo Wert. Así que el proyecto deja abiertas muchas dudas. Por ejemplo, ¿se retocará todo el esquema recién estrenado este curso? ¿Habrá que sacar sobresalientes para mantener la beca o los sobresalientes conllevarán premio por rendimiento? ¿Qué pasa con los alumnos que estudian y trabajan a la vez cuyo rendimiento puede verse mermado? ¿Y con aquellos cuyas carreras tienen un índice de suspensos alto, como las ingenierías? Y, sobre todo: ¿contará la nota del bachillerato para obtener la primera beca universitaria?
“El sistema debería seguir los criterios tradicionales de renta en el momento de matricularse por primera vez; las notas de secundaria no son un buen indicador de lo que hará un estudiante en la universidad; si se otorgaran las primeras becas solamente a los que terminan la secundaria con mejor nota podría llegarse a una limitación socialmente injusta”, explica el experto europeo en universidades Guy Haug.
Se refiere a que el nivel socioeconómico tanto de los alumnos como de los colegios condiciona los resultados en los institutos y las becas precisamente tratan de compensar esas desigualdades de origen. Por otro lado, los colegios podrían alterar los expedientes para que sus alumnos se hicieran acreedores de una ayuda.
Francisco Michavila, director de la Cátedra Unesco de Política Universitaria —que ha hecho varios trabajos sobre cómo mejorar el sistema de becas— insiste en no mezclar ayudas que tienen objetivos distintos. “Aquellas becas que dan un mayor peso al criterio de renta familiar están destinadas a mejorar la equidad en el acceso y permanencia dentro de la universidad. Aun así, estas exigen un rendimiento académico. Evidentemente, aquellas becas dedicadas a la excelencia sí deben primar un criterio competitivo basado en los resultados académicos”. Michavila cree que las declaraciones del ministro suenan “antiguas, incluso rancias”. “Resulta, cuando menos, inoportuno plantear este debate en un momento en el que la universidad debe ser una alternativa y refugio de los jóvenes ante las condiciones del mercado de trabajo”.
Los alumnos también criticaron duramente al ministro. “Me parece una torpeza y creo que refleja un gran desconocimiento por su parte”, dijo María José Romero, vicepresidenta del Consejo de Estudiantes Universitarios del Estado. Romero asegura que lo que hay que hacer es mejorar la calidad para reducir el abandono: un tercio de los estudian deja la carrera antes de sacar el título. Además, los becados tienen un rendimiento medio casi 14 puntos por encima de la media general.
“Parece que se trata de volver a épocas franquistas, cuando tenían beca muy poquitos: los que eran paupérrimos y sacaban las mejores notas”, señala María José Saura, de CC OO. También le preocupa que se eche por tierra el modelo estrenado este curso. España destina un 0,1% del PIB a becas, la mitad de la media de la OCDE.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.