Marte es demasiado seco para albergar vida
El análisis de granos de arena de la superficie del planeta indica que es hostil para los organismos vivos dada su aridez durante más de 600 años
Las hipótesis sobre si hubo (incluso pueda haber) vida en Marte suben y bajan según se van acumulando conocimientos científicos. Ahora, mientras el robot Curiosity de la NASA viaja hacia el planeta vecino con la misión de investigar las condiciones de habitabilidad (no es su misión buscar vida ni lleva instrumentos para ello), un equipo científico que ha estado tres años analizando datos de la misión anterior de la NASA, la Phoenix, concluye la superficie de Marte ha sido demasiado árida durante los últimos 600 millones de años para la supervivencia de cualquier forma de vida.
Tom Pike (Imperial College de Londres) y sus colegas han analizado una por una las partículas que recogió, excavando un poco en el suelo, el brazo articulado de la Phoenix y colocándolas ante un microscopio óptico (los granos de arena más grandes) y un microscopio de fuerza atómica (las partículas de polvo más pequeñas). La Phoenix (2008) era un módulo fijo que descendió al suelo en un punto del casquete polar norte del planeta rojo.
El suelo marciano pudo estar expuesto al agua un máximo de 5.000 años
“Hemos descubierto que, aunque hay hielo abundante, Marte ha sufrido una supersequía que puede haber durado cientos de millones de años”, señala Pike en un comunicado del imperial College. “Creemos que el Marte que conocemos hoy contrasta radicalmente con su historia primitiva, que tuvo períodos más templados y más húmedos tal vez más aptos para la vida. “Futuras misiones planeadas por la NASA y la ESA (Agencia Europea del Espacio) tendrán que perforar más profundamente para buscar evidencias de vida, que puede están aún refugiada en el subsuelo”.
Los investigadores, que dan a conocer sus resultados en la revista Geophysical Research Letters, han buscado partículas microscópicas de arcilla entre los granos de arena de las muestras de la Phoenix. Los granos se arcilla se forman cuando el agua rompe las rocas y son un importante marcador del contacto entre el suelo y agua líquida. Pike y sus colegas no lo han encontrado. Además, han calculado que incluso si algunas de las partículas analizadas fueran arcilla, supondrían menos del 0,1% del total de muestras del suelo. En la Tierra, por el contrario, los granos de arcilla suponen el 50% o más del suelo, así que la mínima proporción marciana sugiere que la superficie allí tiene una historia muy seca. Según sus estimaciones, y en comparación con los procesos geoquímicos terrestres, el suelo marciano analizado sólo habría estado expuesto al agua durante un máximo de 5.000 años, un tiempo demasiado corto como para que la vida dejase su impronta allí. El planeta vecino pudo ser un mundo templado y húmedo hace más de 3.000 millones de años.
La extensa región Syrtis Mayor es volcánica
¿Son extrapolables los resultados de Pike y sus colegas al resto de Marte? Ellos señalan que las imágenes tomadas desde satélite y estudios previos han mostrado la uniformidad de la superficie, por lo que se inclinan a responder que sí.
Los investigadores consideran que el suelo de Marte y el de la Luna se formaron bajo las mismas condiciones extremas dado que encuentran correlación en la distribución de partículas de superficie, aunque los procesos implicados serían diferentes, puesto que en el satélite terrestre no hubo agua en el pasado remoto, como seguramente en Marte, donde habría contribuido a la formación del suelo.
Fotos de una región volcánica
Aunque la región marciana de Syrtis Mayor se consideró en el pasado un mar, ahora se sabe que es una zona volcánica de hace miles de millones de años. La nave de la ESA Mars Express, en órbita de ese planeta, ha obtenido unas espectaculares imágenes en alta resolución de esa región.
Syrtis Mayor es tan extensa (unos 1.300 por 1.500 kilómetros) que se puede distinguir desde la Tierra con un telescopio relativamente pequeño. De hecho, Christiaan Huygens la descubrió en 1659 y utilizó ese rasgo de la superficie del planeta vecino para medir la duración de los días allí, recuerda la ESA. Fueron los cambios apreciados de esta región los que hicieron pensar que se trataba de un mar cuyo nivel de agua subía y bajaba. Pero ahora se conoce su origen volcánico, sin agua, y los cambios de sus rasgos geográficos se deben al polvo movido por el viento. La dirección del viento, además, se aprecia en estas nuevas fotos por las diferentes marcas del polvo fino y de la arena más oscura en los cráteres y alrededor de los mismos.
En las imágenes que ha tomado la Mars Express se ven los flujos de lava que discurrieron en el pasado sobre suelo anterior, dejando colinas aisladas suficientemente altas para resultar afectadas. El número y tamaño de los cráteres de impacto son una herramienta clave para los geólogos planetarios a la hora de medir la antigüedad de la superficie en los cuerpos del Sistema Solar, ya que se acumulan a medida que pasa en tiempo y se pueden distinguir en una superficie prácticamente inalterada durante millones de años, no como en la Tierra. Según este recuento, la superficie de Syrtis Mayor tiene una antigüedad de más de 3.000 millones de años.
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