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El exceso de testosterona en el feto es un factor de riesgo en el retraso del lenguaje

La exposición a la hormona en el útero afecta más a los varones, según un estudio

Los niños expuestos durante el embarazo a altos niveles de testosterona (la hormona sexual masculina) tienen el doble de probabilidades de sufrir retrasos en el desarrollo del lenguaje que las niñas. Esta es la conclusión a la que ha llegado un estudio que publica el Journal of Children Psychology and Psychiatry, que analiza la sangre del cordón umbilical para detectar la presencia de testosterona durante las fases clave del desarrollo de las áreas cerebrales vinculadas a las habilidades en el lenguaje.

El estudio recuerda que un 12% de niños sufre retrasos notables en su desarrollo verbal y que suele ser más frecuente en niños que en niñas. Los fetos masculinos tienen un 10% más de testosterona circulando en su sangre que los femeninos. Los investigadores australianos que han publicado este trabajo sostienen que una mayor exposición a la testosterona estaría relacionada con retrasos en el desarrollo del lenguaje.

No es la primera vez que se relaciona la testosterona con el desarrollo cerebral. En 1985 varios trabajos de los neurólogos Norman Geschind y Albert Galaburda publicados en Archives of Neurology ya apuntaron en la dirección de que la hormona masculina, en niveles superiores a los habituales, retrasaba el desarrollo del cerebro.

Unos años más tarde, en 1996, otro trabajo abordó la relación entre la hormona sexual y el habla de forma mucho más directa. Se sometieron a estudio niños con hiperplasia suprarrenal congénita, una enfermedad genética en la que, entre otros síntomas, los afectados producen más testosterona que los niños sanos. Los responsables de la investigación (dirigida por Elena Plante, de la Universidad de Arizona) observaron no solo que entre estos niños eran más frecuentes los trastornos en el lenguaje, sino que también existía una mayor asimetría entre los hemisferios cerebrales, lo que apoyaba la idea de que la testosterona también afecta al desarrollo del cerebro.

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