Un gran dinosaurio con buen sentido del equilibrio
El spinophorosaurus, un animal de 15 metros de longitud que vivió hace unos 165 millones de años, tenía un oído interno bien desarrollado, según una reconstrucción tridimensional del cráneo
El spinophorosaurusm, un gran saurópodo que podría llegar a medir 15 metros de longitud, con una larga cola y un largo cuello, tenía un oído interno bien desarrollado. Esto ha sorprendido a los científicos que han realizado una reconstrucción tridimensional de la cavidad craneal de un ejemplar de este dinosaurio descubierto en 2006 en Níger. El spinophorosaurus era un dinosaurio herbívoro, cuadrúpedo con protuberancias en la cola a modo de espinas.
“A pesar de ser un animal cuya agilidad física se había reducido dramáticamente con respecto a la de sus ancestros, el spinophorosaurus disponía de un aparato vestibular bien desarrollado”, explica, en un comunicado del CSIC, Fabien Knoll, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales, que ha liderado el equipo de investigadores. El aparato vestibular constituye la base del sentido del equilibro y posee tres canales semicirculares encargados de detectar la aceleración angular de la cabeza. Dichos canales se muestran alargados en animales ágiles como el Eulemur mongoz mangosta y cortos en los más lentos, como el Bradypus tridactylus.
El aparato vestibular constituye la base del sentido del equilibro
Los antepasados del spinophorosaurus eran animales relativamente pequeños, bípedos, y tenían el aparato vestibular bien desarrollado, característica que conservó el gran saurópodo posterior a pesar de haber perdido mucha de aquella agilidad. Esta característica “podría explicarse por la presencia de un cuello especialmente largo y flexible” característica de este orden de dinosaurios, añade Knoll, “y por la importancia del sentido de la visión y la coordinación entre los ojos, la cabeza y el cuello”.
En cuanto a las demás características de la cavidad craneal de estos dinosaurios, los investigadores, que presentan su trabajo en la revista PLoS ONE, destacan que su anatomía es intermedia entre los sauropodomorfos más antiguos, de hace unos 230 millones de años, y los neosaurópodos, que vivieron hasta el final de cretácico (hace unos 65 millones de años).
Integran el equipo de investigación, especialistas de la Universidad de Ohio (EE UU), de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y de la Universidad Humboldt de Berlín.
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