"El proceso puede durar meses"
"Aprovecha que hoy parece que esto está tranquilo". La invitación de la jefa de prensa de Juan Manuel Santana, director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, y, por tanto, máximo responsable de la respuesta a la crisis símica y volcánica de El Hierro, es un indicador de la incertidumbre que se vive en la isla. "Desde el 29 de septiembre lo más que he pasado seguido en Tenerife [donde vive] han sido tres días", corrobora el hombre en el despachito del Centro Coordinador Insular de Emergencias (Cecoi) donde tiene instalado su cuartel general.
Santana, de 49 años, admite que se enfrenta a una situación excepcional. "En este caso, lo anormal es casi la rutina". "Otras emergencias, como un incendio o la tormenta tropical que hemos sufrido hace poco, duran lo que duran, y luego llega la ocasión de arreglar, pero eso no sucede esta vez". Por eso entiende "el nerviosismo y la ansiedad de la gente", y que todos estén desenado que el proceso concluya de una vez. "La gente lo que quiere es volver a la normalidad, a la rutina". Pero eso no parece que vaya a ser lo que suceda a corto plazo.
Los más afectados son los habitantes de La Restinga, la población al sur de la isla que han sido desalojados por segunda vez de sus casas en menos de un mes. Y para los que no puede dar una respuesta tajante. "Los propios científicos tienen que conocer la evolución del fenómeno. Las erupciones podrían estar acercándose a tierra. Van a colocar nuevos instrumentos, como boyas que sirvan de referencia, porque hay que ver si la fisura avanza o va hacia afuera", afirma. Pero, en seguida, aclara que, de momento, "parece que se dirige hacia el mar".
¿No es un poco tarde para plantearse eso? Santana es consciente de que ha habido críticas, por ejemplo por la tardanza en enviar el buque del Instituto Onceanográfico Ramón Margalef. "Nuestras actuaciones son subsidiarias de los que los científicos ponen y van demandando, y entonces vemos si se lo podemos facilitar. Cuando el comité científico planteó la venida del Ramón Margalef se solicitó, y me consta que se preparó y envió a la mayor velocidad posible". Además, "si hubiese estado antes no habría hecho nada nuevo. No hubiera podido tomar imágenes, y de hecho ahora tampoco. Pero está realizando mediciones por batimetría en el norte y el sur", explica.
La incertidumbre ante la situación es tanta que, como algunos periodistas, parte del equipo de Santana tiene periódicamente que buscar nuevo alojamiento, porque la isla no tiene una infraestructura hotelera suficiente y las reservas cumplen su plazo sin que sea la hora de dejar la isla. Actualmente, en esta situación, el comité científico y el director de la crisis se reúne cada 48 horas, aunque eso puede cambiar "en función de cómo vaya evolucionando", dice. "Ahora, queremos estar más tiempo atentos". "El problema es que en estos instantes parece que el proceso no es tan crítico", por lo que es posible que en la reunión de hoy se decida que los habitantes de La Restinga puedan volver a sus casas. "Tenemos que ver la evolución. Parece que las burbujas eran de CO2. Si es así, no tendría por qué haber problema", afirma.
Claro que todo son suposiciones. Porque la situación puede ponerse peor. "El peor escenario sería una erupción en tierra", dice Santana. "Las probabilidades son muy muy pequeñas, y los científicos afirman que habría una ventana de tres días para alertar a la población, pero el daño en el patrimonio cultural y artístico, el medio ambiente, el riesgo de incendios y las propiedades de las personas sería más graves que si la erupción es en el mar, donde puede ocurrir una, por ejemplo en el norte, sin que lo notemos. En cualquier caso el trabajo de todos los que estamos involucrados en este proceso es tomar todas las medidas y contemplar todos los escenarios".
Santana, además, ha asumido la política informativa a la población en la crisis. Por ejemplo, con un férreo control de lo que dicen los científicos, que tienen prohibido dar entrevistas. La idea es "que debatan en el comité científico y que saquen posturas consensuadas. La comunicación es fundamental para las personas, que quieren certezas, y nuestra principal preocupación es que estén plenamente informados, pero por el comité científico", porque si aparecen otras voces "puede implicar desconcierto y sensacionalismo, y se ha intentado todo lo contrario. Lo que dicen otros son suposiciones. Están hablando los que tienen que hablar".
Un ejemplo de lo que se ha conseguido con esta política es el conocimiento que tiene la población de la isla acerca de vulcanología, indica Santana. "Es asombroso lo que han aprendido de este fenómeno". Muchos, mayores y jóvenes, ya se han acostumbrado, como el propio director general, a consultar la web del Instituto Geográfico Nacional para ver los terremotos. "Controlan un leguaje como erupción fisular, los tipos de coladas, tremor, edificio volcánico", dice. "Eso denota preocupación, pero también cómo ha mejorado el acceso a los conocimientos a través de las TIC, tecnologías de información y el conocimiento".
Y parte de esta política es no dar falsas esperanzas. "El proceso puede durar meses. Así que sí, necesitaremos suerte".
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