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Entrevista:

"Tenemos mucha más tecnología de la que somos capaces de absorber"

Lleva en IBM desde 1987, cuando comenzó a trabajar como investigador en el Departamento de Ciencias Matemáticas del Centro Thomas Watson de Nueva York, pero es a partir de enero de 2009 cuando asume la presidencia ejecutiva de la compañía para España, Portugal, Grecia e Israel. Ha vivido de cerca, por tanto, la transformación de una de las mayores multinacionales, que tuvo que reinventarse a partir de 1993 y convertir su actividad de fabricación de ordenadores en una empresa de servicios. Diez años después, a mediados de la década pasada, sus responsables deciden apostar fuerte por el software y abren un proceso de compras y fortalecimiento de la "capacidad de alcanzar la información y gestionarla", que es donde han invertido la mayor parte de sus esfuerzos en los últimos años.

En estos momentos, IBM desarrolla más de 2.000 proyectos de ciudades inteligentes

Pregunta. ¿En qué momento deciden apostar de una manera tan clara por esa veta de las ciudades inteligentes?

Respuesta. Hace tres años. Nosotros hacemos análisis periódicos de lo que ocurre en el mundo y estudiamos las vías para la construcción de un mundo más inteligente, no solo en el ámbito de las ciudades. La gestión del clima, de la energía o del tráfico supera el ámbito urbano. Y apoyados en tres pilares: la sensorización para conseguir los datos, la conectividad y la inteligencia aplicada a la lectura de esa información nos habilitan para hacer mucho más eficientes todos los procesos sociales y económicos. La tecnología permite hoy eliminar las ineficiencias y crear negocios atractivos. Y eso está en línea con el debate actual en España sobre dónde hay que dirigir los esfuerzos para recuperar el PIB que se pierde en otros sectores, como la construcción.

P. Pero ¿estamos preparados para ese cambio? ¿Qué hay detrás realmente de esa nueva inteligencia aplicada a la gestión de las ciudades?

R. Se trata de ciudades que han dotado de tecnología suficiente a sus procesos para conseguir una ciudad mejor. Así de sencillo. Hay una componente importante de análisis de lo que está pasando y de toma de decisiones. Esa inteligencia por la que me pregunta supone que yo leo continuamente lo que ocurre y gracias a ello soy capaz de tomar mejores decisiones. Además, lo bueno de las ciudades es que son un sistema de sistemas, y cuando intervienes en uno la bondad se propaga a los demás.

P. La sostenibilidad parece ser una de las áreas en las que hay una mayor aplicación de esas tecnologías. Incluso se confunden ambos conceptos. ¿En qué otras áreas hay también un desarrollo importante?

R. Se trata de tecnologías que se pueden aplicar en cualquier ámbito, lo que ocurre es que cuando te enfrentas a los grandes retos de las ciudades, uno de los más importantes es la sostenibilidad; pero son cosas diferentes. En realidad, hay una relación de causa-efecto entre ambos. IBM tiene en estos momentos 2.000 proyectos de ciudades inteligentes de todo tipo, con diferentes aproximaciones. En Estocolmo, por ejemplo, hemos conseguido reducir un 20% los atascos y un 12% las emisiones de gases de efecto invernadero, hemos aumentado un 7% el uso del transporte público, se han reducido considerablemente los accidentes, las horas laborales perdidas, el coste de los seguros... Otro caso es la gestión de aguas. Se puede perder hasta el 50% de la que entra en una ciudad en el sistema de distribución. Ahora se pone la máxima presión para cubrir todos los edificios independientemente del consumo, y estamos trabajando en un sistema de sensores y compuertas que midan el gasto y el patrón de comportamiento de cada edificio y regular la presión basándonos en ello. Los ejemplos son muchos: de transporte en Sinapur, energía en Malta y en la ciudad danesa de Bolhom, medio ambiente en Río de Janeiro, seguridad ciudadana en Richmond, participación de los ciudadanos en la política en Coventry...

P. ¿Dónde están los límites?

R. Únicamente en la mente humana. Este año hemos dado un salto cualitativo importante con los sistemas de capacidad de aprendizaje por ellos mismos.

P. ¿Y los límites económicos? ¿Cómo se financian estos desarrollos?

R. Con las formas de colaboración público-privada y las nuevas formas de contratación del Estado existe la posibilidad de que la industria anticipe las inversiones que luego se recompensan con los ahorros que se crean en el sistema.

P. ¿Tiene respuestas la tecnología para toda la demanda?

R. En este momento no hay un déficit tecnológico. Al contrario, el déficit está en la capacidad de la sociedad de absorber la tecnología. El problema es de tener el suficiente liderazgo para pasar a la acción. La innovación es producto, por un lado, de las ideas, la creatividad... y, por otro, del riesgo empresarial, y eso es lo que nos falta. Todo el mundo sabe cómo se puede reducir la contaminación en una ciudad, lo difícil es asumir el riesgo de hacerlo, tener el liderazgo para ello.

El presidente de IBM, junto al árbol en el que se recogen las acciones de voluntariado de los empleados para celebrar los 100 años de la compañía.
El presidente de IBM, junto al árbol en el que se recogen las acciones de voluntariado de los empleados para celebrar los 100 años de la compañía.SANTI BURGOS

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